Capítulo 15.

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Suspiré y esperé a que mi novia saliera de su salón.

—¡Lawliet! —se lanzó a abrazarme.

Hice una mueca y la aparté.

—Abby, tenemos que hablar...

—Claro. —me sonrió.

Comenzamos a caminar. Esperé a que la mayoría de los alumnos que nos rodeaban, se fueran alejando.

—Hablé con Daryl.

—¿En serio? —me miró emocionada. —¿Qué le hiciste? ¿Lo golpeaste?

—En realidad... solo conversamos.

—Ah...

Cerré los ojos y conté hasta 10, pero no me dio la tranquilidad que tanto esperaba. Estaba molesto.

—¿Quién es el chico al que tanto miras?

—¿Qué?

—Daryl me dijo que siempre que estabas al frente, no parabas de mirar y sonreírle a un chico.

Ella se sonrojó.

—¿Él te dijo eso?

—¡Sí!

—Pues no es cierto. —comenzó a caminar.

Fruncí el ceño y la seguí.

—¿¡No es verdad!?

—¡No!

—¡Entonces dímelo a la cara! ¡Dime que no es verdad!

—¡Púdrete!

—¡Abby!

Sentí como me abofeteaban.

—¡Eres un completo Imbécil! ¡Soy tu novia, Lawliet! —se señaló. —¿Qué ha hecho Daryl por ti?

La miré molesto.

—Daryl... —me vi interrumpido.

—¡Nada! ¡No ha hecho nada! —exclamó molesta. —¡Se alejó de ti cuando más lo necesitabas! ¡Me tienes a mí! ¡Yo te apoyo en todo!

—¡Abby! Estamos hablando sobre otro chico, ¡No sobre quién me ha apoyado más en todo! —me le acerqué. —¡Y si quieres hablar de eso, no estás en posición de abrir la boca!

Ella me miró. Me mordí el labio al ver que estaba apunto de llorar.

—Bien. —se retiró.

Suspiré con frustación y me hice el cabello hacia atrás.

No tenía ánimos de volver a la tienda de telepatía, pues solo me estarían preguntando como fue mi día.

Pensé a donde podía ir a "esconderme". Tenía que ser alguien a quién mi familia conociera y le tuviera confianza, así no me llamarían la atención. Pero, ¿Quién?

Me sonrojé, al tener una idea. Dudé un poco, pues si iba a aquella casa, saldría golpeado.

Suspiré, ¿Qué más da?

[…]

Toqué la puerta por tercera vez consecutiva.

Mordí mi labio, nervioso. Ya estaba mentalmente preparado para nos insultos y golpes.

La puerta se abrió.

—¿Lawliet?

—Ho-hola, Daryl... —fingí reír. —Pasaba por aquí y me dije a mi mismo "¡Hey! ¡Saluda a tu primito!".

—Ajá... —arqueó una ceja y me sonrió. —Ya, ¿A qué viniste?

—Me rindo. —bajé la mirada. —Discutí con Abby, no quiero ir a casa. —lo miré. —¿Puedo quedarme contigo?

Lawliet.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora