Capítulo 8.

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—6 años después—

Lawliet tomó su mochila, su lonche y corrió hacia la puerta, hasta que fue detenido al escuchar aquella voz.

—¿A dónde vas, Lawliet? —el mencionado se tensó. —Entras a la escuela a la 1 de la tarde, apenas son las 10.

—Yo... —se volvió a verlo. —Iremos a caminar por el bosque.

—¿Iremos? —el peli-azul hizo una mueca. —Oh, entiendo...

—Si puedo ir, ¿Verdad?

—¿No tienes éxamen de matemáticas hoy?

—¡Vamos! Le daré una estudiadita antes de presentar...

Dipper arqueó una ceja, mientras Lawliet le mostraba su cara más inocente.

—¿Tienes dinero? La comida te la comerás antes y... —se vio interrumpido.

—¡Tranquilo! Comeré allá. —dijo para luego salir de la casa. Sonrió al ver a su acompañante, el cual, lo estaba esperando afuera.

—¡Vaya! ¡Ya era hora! —dijo soltando un suspiro. —Pensé que no te dejarían salir.

—Lo siento. —soltó una risa.

Ambos comenzaron a caminar, adentrándose en el bosque. Se apoyaban uno al otro, para que ninguno se cayera ó algo parecido.

Se sentaron cerca de un lago, donde podían llegar a ver los ciervos ó inclusive algunos Gnomos.

Lawliet sacó su cuaderno de matemáticas y comenzó a estudiar.
—¿Qué haces, azulito?

—Estudio.

—¿Para qué?

El peli-azul lo miró.

—Daryl, hoy presentamos matemáticas.

El mencionado palideció.

—¡No es cierto!

—Lo es.

—¡Da-dame! —le quitó el cuaderno.

—¡Oye!

—¡Hey! Tú eres muy listo, te las arreglarás, ¡Pero yo no pienso reprobar de nuevo esta materia!

—¿Quieres te enseñe? —el rubio se sonrojó. —Aprobarías el examen.

Daryl sonrió.

—Suenas muy confiado, pero, ¿Qué gano si no apruebo?

—Un regaño por parte de tus padres. —rió y el rubio se sonrojó más.

—¡Ah! ¡Presumido!

[...]

Guardaron todo en sus mochilas, pues ya habían terminado de estudiar y ya habían comido.

Chasquearon los dedos, provocando que sus tenis y calcetas desaparecieran y que sus pantalones fueran reemplazados por unos shorts. Entraron al lago.

—Y dime. —miró a todos lados, tratando de encontrar algo para sostenerse y no caer. —¿Cómo van las cosas con tus padres, Law?

El mencionado le tendió la mano, ayudándolo.

—Si te refieres a mi tío Gleeful, pues... Van bien. —se encogió en hombros. —No me quejo.

El rubio rió y le golpeó el hombro.

—¡No seas tonto! ¡Sabes a lo que me refiero!

Lawliet frunció el ceño.

—No, no sé.

—¿Cómo va todo con Mabel y...? —se vio interrumpido.

—No sé.

Daryl arqueó una ceja.

—Lawliet... No pregunto para lastimarte...

—Bien, entonces no preguntes nada.

El rubio torció la boca.

—Mi padre murió. —el peli-azul se sobresaltó. —Fue malo con muchas personas... —puso una mano sobre un hombro de Lawliet. —Conmigo no, siempre trató de hacer lo mejor para mí... —bajó la mirada. —Cuando le decía que lo odiaba... —suspiró.

—No es lo mismo, Pines. —quitó su mano. —Tú y yo somos dos casos distintos.

—Lawliet, tus padres podrán no ser buenos contigo, pero... Siguen siendo tus padres, ¿No has intentado al menos hablar con ellos? —negó. —¿Por qué?

—Aún no estoy listo... —lo miró. —Podría explotar y decírles todo lo que he tenido guardado.

—El odio es malo, Lawliet. —el mencionado desvió la mirada. —Tal vez... —se vio interrumpido.

—Olvídalo.

Daryl frunció el ceño y le arrojó agua.

—¡No estamos aquí para estar enojados!

Lawliet rió y le lanzó agua también.

Lawliet.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora