Desafío

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Desafío

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Cuando Reborn decía una cosa, la cumplía. Eso el castaño lo sabía demasiado bien, y cuando dijo que su entrenamiento sería doble, no estaba bromeando en lo absoluto.

Sus piernas no daban para más tras la vuelta número cincuenta alrededor de aquella montaña que era de todo menos pequeña.

—Has mejorado tu resistencia, Dame-Tsuna —sonrió el azabache, viendo al joven que se apoyaba contra un árbol, sentado en el suelo con la respiración levemente agitada—. Y eres algo más rápido, puedo dar el entrenamiento como acabado por hoy.

Tsuna esperaba esas palabras desde el mismo instante en el que comenzó, y agradeció infinitamente la botella de agua que su tutor le proporcionaba, tomándosela como si se tratara de la bebida más preciada que pudiera existir. En ese momento, para él no había nada mejor.

—Recuerda que tienes que estudiar, Dame-Tsuna —comentó Reborn, claramente divertido ante la expresión de exasperación del joven ante su recordatorio, la cual se veía como un dulce enfurruñamiento.

—No hacía falta que me lo recordaras, gracias —ironizó.

—Denada —Tsuna resopló ante su respuesta burlesca.

Se incorporó en cuanto vio que el azabache estaba dispuesto a irse, era hora de regresar. Le siguió sin pronunciar palabra, perdido en sus propios pensamientos.

Pronto sería navidad, y aún no tenía muy claro qué podría regalar a su tutor. No era porque no lo hubiese pensado, de hecho se había planteado varias posibilidades, pero ninguna acababa de convencerle. Parecería un problema banal, pero para él era importante, y no sabía si comentárselo o no a sus amigos en busca de ayuda.

Si se lo decía a Oni-san, Gokudera-kun y Yamamoto, seguramente sería un aluvión de ideas entre las cuales no sacaría nada en claro.

A Mukuro y Chrome no se veía capaz de preguntarles pues el primero podría intuir algo y eso era lo que quería evitar en la medida de lo posible, y la muchacha no era de las más habladoras.

A Hibari-san mucho menos, seguramente le mordería hasta la muerte por molestarle con cosas inútiles de herbívoros.

A Dino-san imposible, le daría demasiada vergüenza y además le conocía bien, podría darse cuenta e irse de la lengua en alguna situación en la que no estuvieran sus subordinados. Por no hablar de que solía charlar con Reborn.

Enma-kun tampoco era una posibilidad, era igual a él en varios sentidos, asi que no sacarían nada en claro. Y dudaba en recurrir a algún miembro de la familia Simon, sobretodo teniendo en cuenta el carácter de la guardiana del glaciar.

También había pensado en pedir consejo femenino a Kyoko-chan y Haru, pero no se veía capaz de superar su vergüenza para decírselo a ellas.

Los ex-arcobalenos también estaban descartados, no por nada eran los siete más fuertes de su época y sospecharían algo. No era cuestión de que se supiera que estaba enamorado de su tutor, este podría enterarse y definitivamente no estaba preparado para ser rechazado. Aunque Uni era una posible excepción.

Byakuran y Xanxus también estaban fuera por obvias razones. El amante de los malvaviscos pudiera ser, pues podría pedirle que viajara a otro mundo paralelo e inmediatamente lo sabría, pero su vergüenza le impedía que hiciera eso por algo así. Además, el albino era astuto y podría suponer lo que pasaba con facilidad.

El otro obviamente no, pues aún parecía odiarle.

¿Sería correcto pedírselo a Uni…?

—¿A dónde vas, Dame-Tsuna? —el castaño salió de sus pensamientos para girar y mirar al azabache, que estaba frente a su casa.

Se había pasado unos cuantos metros por estar pensando. Se reprendió mentalmente el ser tan absurdamente obvio, seguramente su tutor se suponga algo y… estaba pensando demasiado.

—Lo siento… —se disculpó, regresando sobre sus pasos.

—Últimamente estás más distraído de lo normal, ¿se puede saber qué te pasa? —bueno, nada fuera de lo normal, tan solo estaba enamorado de alguien que no le correspondería.

Tenía mucha mala suerte para los temas amorosos, eso estaba claro.

—Corrijo, estás siempre en tu mundo —volvió a comentar al volverse a perder en sus pensamientos, cruzándose de brazos—. ¿Estás enamorado o qué?

—¡Cla-claro que no! —sabía que la pregunta era retórica, pero no pudo evitar sonrojarse. Obviamente, su negación fue interpretada como una mala excusa.

—Entonces es un sí —detectó cierto tono de molestia en la voz de su tutor, cosa que le sorprendió. ¿Estaba… celoso?

¿Reborn, el mismo Reborn que tenía en frente, el hitman número uno, podría estar celoso?

Imposible… ¿o no?

—Está bien, me has pillado —había decidido poner a prueba su teoría.

Alguna vez tendría que devolverle todo lo que le había hecho sufrir con sus entrenamientos espartanos, y de paso se podría enterar de si tenía alguna remota posibilidad de ser correspondido.

—¿Y se puede saber quién es? —cuestionó el mayor, y el castaño sonrió mientras abría la puerta de su hogar y accedía al interior.

—No pienso decírtelo —canturreó, viendo de reojo como Reborn arqueaba una ceja mientras cerraba la entrada.

—¿Sabes que puedo averiguarlo, verdad? —Tsuna amplió su sonrisa. Se lo esperaba.

—¿Es entonces un reto? —volteó para mirarle, sabiendo que esa partida la tenía ganada.

Su tutor jamás rechazaría un desafío, y no le había contado a nadie acerca de su enamoramiento, asi que era imposible que lo supiera.

—Te arrepentirás de retarme, Dame-Tsuna —vio su sonrisa que prometía no perder ante él—. Si gano yo, tendrás entrenamiento triple durante un mes, que lo sepas.

—Bien, el plazo será de un mes. Y si gano yo me libraré del entrenamiento y tendré el placer de haberte ganado en algo —repuso Tsuna, subiendo las escaleras para dirigirse a su habitación, con la intención de coger ropa para darse una ducha.

—Me parece justo —aceptó Reborn, dirigiéndose a la cocina para prepararse un expresso.

Era un desafío que ninguno de los dos pensaba perder.

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Salut queridos lectores~.

Como prometi, la conti de este fanfic. Y con nueva portada jejeje.

amano_hikaru aqui esta la tercera, ve subiendo 7u7

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Au revoir. Nos leeremos pronto~.

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