Repostería
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.Se apoyó contra el marco de la puerta con una sonrisa mientras veía la cómica situación que se desarrollaba en la cocina. Se alegraba de haber tomado su desayuno antes de ducharse, pues en esos momentos no veía cómo se podría tomar algo en ese sitio.
El lugar estaba hecho un cuadro. Un líquido amarronado se veía deslizándose por las paredes, en el suelo e incluso en las ventanas. Diferentes ingredientes, tales como el azúcar o cáscaras de huevos, estaban desparramados por ahí sin orden alguno, y en el centro del caos, un joven castaño que le daba la espalda. Al parecer removía con un cucharón de madera el contenido de un cazo con una mano, mientras la otra sostenía lo que debía ser un recetario de cocina, o más bien, repostería.
No le hacía falta ver el rostro del improvisado repostero para saber que tendría una dulce expresión de molestia, la cual constaría de sus mejillas levemente infladas y sus labios apretados, formando una mueca de insatisfacción.
—¡Esto es muy difícil! —se quejó, seguramente cerrando los ojos para luego abrirlos, intentando comprender nuevamente el recetario.
Era tan predecible…
Se acercó silenciosamente a su Dame-alumno, y se inclinó hacia él, casi rozando su rostro mientras veía el libro que sostenía con curiosidad. Sintió el escalofrío que recorrió al menor y amplió su sonrisa.
—¡Re-Reborn! ¡No me asustes así! —un color carmín ascendió a las mejillas del castaño ante la escasa distancia.
—¿Qué estás haciendo? —cuestionó, sintiendo el aroma a chocolate que emanaba su estudiante, el cual estaba manchado con el dulce líquido.
—N-nos han dicho que… debemos hacer un regalo… de navidad para la clase… —tartamudeó—. Quise… hacer chocolate… pero creo que no me sale…
—¿Por qué? —se divertía con la timidez de Tsuna, eso estaba claro.
—Está amargo… —respondió con algo más de firmeza, dispuesto a no mostrarle su vergüenza—. Si quieres… puedes probar…
Reborn captó el desintencionado doble sentido del ofrecimiento de su alumno y se relamió los labios. Oh sí, le tomaría la palabra.
Se le acababa de ocurrir una exquisita idea que le podría ayudar a ganar aquel desafío propuesto por el castaño.
Tsuna sintió un contacto inesperado en su cuello, muy cerca de su rostro, y pudo notar su rubor extendiéndose por toda su cara al ver que el causante era su tutor, cuya boca estaba en su piel, donde momentos antes había una gran salpicadura de chocolate.
—¡Re-Reborn…! ¿¡Q-qué… estás haciendo?! —preguntó a duras penas, sintiendo como el azabache pasaba su lengua por su cuello, relamiendo y absorbiendo su piel como si de una cuchara se tratara.
Un pequeño gemido escapó de sus labios al sentir un mordisco, y finalmente el mayor se separó, para el alivio emocional del castaño, quien no tardó en voltear y mirarle acusatoriamente, cucharón en alto y rostro rojo como tomate.
—¡Cuando dije que probaras, no me refería a que lo hicieras de mi cuello! —reclamó, pero a Reborn no parecía importarle.
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Sonne & Himmel
Hayran KurguLos sueños son los deseos más ocultos; las pesadillas, los miedos hechos realidad. Cuando un mal sueño afecta profundamente al joven castaño, su tutor no podría saber bien qué hacer en esos casos, pero tenía clara una cosa. Mientras su alumno se lo...