Encuentro
Tsuna siempre se preguntaba quién sería el que aparecía en sus sueños.
No lo sabía. Apenas y veía una mancha difusa que sustituía a lo que debía ser un rostro. Pero sí distinguía unos ojos oscuros, brillantes, y quizá era eso lo que le intrigaba.
No tanto por lo que lograba ver, sino los sentimientos que le producían. Nostalgia, tristeza, dolor... pero sobre todo estaba mezclado con un amor que ni él mismo lograba comprender.
Un amor que no era semejante al que le tenía a Akihiro, o a alguno de los niños. Era algo más profundo. Algo que le llegaba al alma y le desgarraba el corazón.
Mukuro decía que estaba perdidamente enamorado de alguien antes de que llegara ahí. ¿De quién, sin embargo? Él no recordaba a nadie al que hubiera amado.
Él tenía recuerdos. Y por eso los que Mukuro trataba de implantarle chocaban con lo que él conocía. El ilusionista decía que eran falsos, y que los guantes que le otorgó Akihiro para defender a su familia en realidad ya le pertenecían de mucho antes.
El anillo que llevaba puesto lo decía muy claramente, solía decirle su amigo de peinado piña, era parte de los Vongola. Su próximo jefe, de hecho.
Pero él no se veía, no se encontraba en el chico débil y torpe de bonita sonrisa que Mukuro le contaba. Y aunque en un principio pensó que deliraba, al cabo del tiempo le empezó a gustar el que relatara sus historias.
No se imaginaba aceptando la propuesta de aquella ilusión que era Mukuro e irse con él a, donde decía, era su casa. Todo lo que conocía era aquel lugar, y disfrutaba cuidando y enseñando a los pequeños que poco tenían ya que perder.
Le gustaba la labor que hacía Akihiro, porque aunque Mukuro le dijera lo contrario, a él le parecía buena persona. Sin embargo, había una mínima parte de su cuerpo que parecía rechazarlo, y a la cual el ilusionista de ojos heterocromáticos denominó que era su hyper-intuición heredada de los Vongola.
No podía afirmarlo, pero tampoco era capaz de negarlo. Simplemente se encogía de hombros.
Mukuro también le hablaba de sus amigos, y aunque no los recordara se sentía bien pensar que tenía tantos. Le habló de una alondra que tenía mal carácter (no sabía cómo un pájaro podía tenerlo), un perrito que le seguía a todas partes y era explosivo, un sonrisitas que era despreocupado el noventa por ciento de las veces, una chica que era muy tímida, otra chica que era rarita y maniática de los disfraces, otra de la que antiguamente estaba enamorado, un chico también que era muy... extremo, un niño vaca que era muy llorón, una niña china que explotaba...
Y así seguía la lista. Tsuna se reía mucho al recordar las expresiones que ponía Mukuro cuando contaba sus aventuras con sus amigos, y trataba de ponerles un rostro. Le salían cosas muy raras.
—Tsuna~ —unos brazos le rodearon por detrás, y por la voz supo que se trataba de Akihiro—. ¿En qué piensas tanto? Es raro verte así.
—En nada, solo estaba distraído —sonrió, mirándole desde su posición—. ¿Y tú? ¿No tenías mucho papeleo?
—Moo, yo que venía a verte y vas y me lo recuerdas —infló las mejillas.
No sabía con exactitud cuántos años tenía Akihiro. Parecía muy joven, como de su edad, pero tenía experiencias que alguien de tan pocos años no podía haber vivido. Y el rubio siempre se reía cuando le preguntaban su edad.
Aunque la mayoría de veces tenía una actitud muy infantil.
—Lo siento, lo siento —rió el castaño—. Deberías ir, o se enfadará...
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Sonne & Himmel
FanficLos sueños son los deseos más ocultos; las pesadillas, los miedos hechos realidad. Cuando un mal sueño afecta profundamente al joven castaño, su tutor no podría saber bien qué hacer en esos casos, pero tenía clara una cosa. Mientras su alumno se lo...