''30 Days with Lee TaeMin''

ELEFANTE -TaeKey-

PALABRA: Elefante
PAREJA: TaeKey (TaeMin/Key)
RATED: T
ADVERTENCIAS: Slash/mpreg
SUMMARY: ¿Quién dijo que el embarazo era fácil?

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'Y aquí vamos de nuevo' -pensó Tae un poco cansado ya.

— ¡Tú tienes la culpa de todo! ¡Mírame! ¡Mira como estoy! No, mejor no me mires, ¡Que no me mires he dicho! Maldita sea, ¡Me veo horrible!

— Pues no te he oído quejarte cuando lo estábamos haciendo, amor — dijo el menor entre clamado y divertido puesto que esta escena era ya cosa de casi todos los días, por lo que realmente había perdido su gravedad en el proceso... al menos para él, claro porque para Key...

TaeMin era el menor de los dos en esa relación, pero definitivamente era el más maduro también.

Él se encargaba de ir a trabajar, de que Key tuviera todo cuánto y cómo lo quisiera y... bueno, sí, lo consentía demasiado quizás pero también era cierto que lo amaba tanto o más de lo que lo consentía.

— ¡Yaaah! ¡No digas esas cosas TaeMin! No quise... yo no, eso no es... Pfff, yah tú, sabes muy bien que eso no es lo que quise decir.

— Yah, yah, no te enojes o te saldrán arrugas. Sabes que no es bueno enojarte tanto en tu estado, amor ¿sí? vamos, ya cálmate ¿de acuerdo?

— Pero, es que debes parar de consentirme tanto en todo TaeMin.

'Sip, definitivamente, ahí vamos de nuevo' -suspiró Tae mientras que la diatriba/monólogo de nunca acabar de su novio retomaba su ritmo... de nuevo.

Lo que Key, su amado, loco, extravagante y precioso pero algo histérico novio parecía no querer entender era que él no iba -bajo ningún punto de vista-, dejar de consentirlo, estuviera embarazado o no. Hiciera lo que hiciera y dijera lo que dijera porque él era ahora su novio, su pareja, sí, pero durante mucho tiempo antes de eso él fue de hecho su mejor amigo. Su mejor amigo de toda la vida de hecho. Además, y por si ese solo hecho no bastara, él era también la persona que más amaba en el mundo y que dicho sea de paso estaba llevando en su seno a su preciado y muy esperado hijo desde hacía ya unos preciosos ocho meses ya.

Aunque ningún mes fue fácil para él siendo quien era Key. Ni siquiera al principio...

Había habido vómitos, llantos, gritos. Un tiempo de un voraz apetito sexual... y la total, triste y absoluta abstinencia días después. Más gritos, más llantos. Emoción cuando fueron capaces de verlo como se había comenzado a formar y un completo júbilo cuando ambos pudieron compartir del sentirlo patear. La acidez, la picazón, la sensibilidad en la piel -sobre todo en los pezones-. Los pies hinchados, los calambres. ¡El maldito dolor lumbar! y... desde hacía ya un mes...

— ¡No sé cómo es que puedes quedarte ahí viéndome así! ¿No te doy asco acaso? ¡Mírame! Parezco una carpa de circo ambulante, una morsa marina ¡una jodida ballena azul... encallada! Estoy como un maldito elefante y tú, tú solo vas, y me traes más y más helado, y mis chocolates y, y... — le gritó el mayor antes de sentarse (o más bien tirarse sería la palabra) en el sillón y echarse a llorar a gritar un poco más muy desconsoladamente una vez... de nuevo.

Fue apróximadamente desde el dichoso séptimo mes cuando toda la vida de TaeMin se volvió un verdadero caos. Justo desde el momento exacto en el que su tan amado pantalón más 'ancho' favorito de diseño le dejó de quedar. Ahora el mayor se la pasaba despotricando cada dos por tres de cuán 'gordo' estaba, de lo 'enorme' que lucía y lo mal que se veía... antes de rendirse y volver a pedir algo más, de lo que fuera, porque luego de gritar y llorar tanto solo le entraba más hambre y, sí, era un cuento de nunca acabar.

Sin embargo, TaeMin entendía -o lo intentaba. Mucho- y solo se limitaba a oírlo, complacerlo y repetirle -en cuanto tuviera un segundo para hablar-, lo mismo que le decía desde siempre una vez más. Siempre lo mismo, una y otra y otra vez, y ls que hiciera falta para que su amado sintiera cuánto lo quería una vez más.

Y no fue diferente entonces tampoco...

— Key, amor. Te amo a ti y a nuestro bebé. No me importa como luces porque es a nuestro precioso hijo a quien llevas ahí, ¿cómo podría no consentir a mis dos amores, eh? Vamos, toma, límpiate esas lágrimas que ya sabes que no me gusta verte llorar ¿sí? Nunca te preocupes por eso amor, porque yo siempre te amaré y lo haré estés como estés — dijo al tiempo que se acercaba y lo abrazaba fuerte de nuevo, sintiendo a su pequeño hijo patear contra su lado, intentando demostrar con cada hecho y asegurar con cada palabra todo el amor que pudiera hacerle llegar. Todo el amor que el mayor, día a día, se había encargado de cosechar.

— ¿Tae?

— Mmm...

— Perdón.

— Shhh...

— ¿Tae?

— Mmm...

— Tengo hambre...

Y sí, definitivamente aquel era el cuento de nunca acabar... pero también era el cuento más hermoso que una persona pudiera crear.

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Jejejeje Bueno, qué quieren? el embarazo es complicado che =P 

El primer TaeKey!! y habrá un par más 

Espero haya gustado y pues nos veremos en los siguientes..

Besos y cuídense! 

*Guadi*