''30 Days with Lee TaeMin''

JUEGO -ChangTae-

PALABRA: JUEGO
PAREJA: ChangMin (Max de TVXQ y TaeMin)
RATED: T
ADVERTENCIAS: Slash. AU. SHOTA.
SUMMARY: Un pequeño juego inocente... ¿o no?

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—¡No!

—¡Vamos!

—¡No lo haré!

—¡Están locos!

—Pero las...

—Tienen que...

—¡No lo haré!

—... reglas dicen que...

—¡No me importan un cuerno sus malditas reglas!

—Da igual, no vamos a hacer eso y punto.

Habían estado discutiendo con el resto del grupo por lo que pareció ser horas y así y todo habían salido perdiendo.

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Todo comenzó con aquel estúpido juego -daba igual cuanto se arrepintiera él ahora de haberse unido a jugarlo-, con el que todos los niños habían estado tan locamente ansiosos por jugar. Más aún las pocas niñas que allí había.

El juego de la botella.

El juego era fácil, sencillamente los participantes formaban un círculo, colocaban la botella en el medio y la hacían girar dos veces para ver a quienes les tocaría cumplir la prenda.

Y he ahí el dilema en cuestión.

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Era la fiesta de cumpleaños de su primo Hee, quién era unos cuantos años mayor que él por con uno de los que más se hablaba desde hacía ya tiempo y que le había invitado así como como a tantos otros amigos varios en aquella noche de sábado -porque Hee era un chico demasiado popular para su propio bien-, cuando un poco aburridos habían comenzado entre todos a tirar nombres de juegos para pasar el rato... siendo el de la botella el elegido final por la mayoría, aunque renegando un poco con la niñería pero aceptándola de todas formas con tal de agregar gente y comenzar a jugar.

Todo había comenzado bien.

Al principio varios empezaron con lo de los besos en la mejilla, lo usual.

Sin embargo, fue luego de un rato cuando las parejas comenzaron a repetirse y con ello surgieron los problemas.

Como era habitual en aquel juego, una vez repetida la pareja el beso pasaba de ser en la mejilla a un 'pico' un ligero roce de labios y, siendo como era la fiesta de un chico, había más varones que niñas.

Beso en la mejilla entre varones estaba bien, era normal incluso porque todos se conocían bien y el skinship fraterno era costumbre, pero ya con lo otro...

A la corta o a la larga todos aceptaron, no importó cuantas caras hicieran luego, todos cumplieron (incluso en las raras veces aisladas en las que tocó chica con chica. Lo cual enloqueció aún más a varios de los varones allí). O al menos así fue hasta que el primer tercero llegó...

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TaeMin había estado con los nervios de punta desde hacía ya más de veinte minutos. Incluso con un ligero paro cardíaco hacía tan solo cinco debido a que la botella terminó apenas pasándole para quedar en DongHae, un chico mayor a su lado.

Él ya se había besado con varios y varias de los presentes y temía quién y cuándo le tocase besarse con alguien por tercera vez porque, bien, sería su primer beso. Como, un beso, completo, con lengua y todo.

En realidad su primer beso fue allí mismo hacía apenas unos cuantos minutos y, para su completa suerte, había sido con Kristal, la niña que desde hacía ya tiempo le gustaba y por la que desde un comienzo había cedido a jugar aquello. Disfrutando de que con los demás no hubo sentido nada más que algo de vergüenza o incomodidad excepto por las ansias que sintió con ella... y con él, con quien justamente acababa de ser elegido de nuevo, momentos antes de que él mismo girara la maldita botella y esta se detuviera, apuntándole. A él.

Botella. Apuntándole. A. Él.

ÉL.

Y era su tercera vez... por lo cual sería un beso, ese beso que tanto había temido y rehuído. Un beso con lengua. Beso francés o como se llamara.

Un. Maldito. Beso. Con. Él.

Changmin, alias Max. Quien le llevaba casi cuatro años, porque Tae recién había cumplido sus trece y él ya estaba en sus dieciséis casi diecisiete.

TaeMin tragó duro el nudo que de pronto sentía alojado en la garganta.

Joder...

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No lo entendía.

Peleó con todos y perdió. Se resignó a perder su primer beso así, como si nada, por eso es que no entendía porqué. Porqué fue que al momento de finalmente sentir sus labios contra los suyos -aún más calientes que la vez anterior-, todo se sintiera tan bien. Que al momento de sentir aquella lengua húmeda y cálida buscar entrada todo se sintiera tan, correcto.

Tan especial.

¿Por qué?

Estaba besando a un chico y le gustaba... y no era como si pudiera culpar al juego de eso.

No podía culpar a nadie.

No podía culpar a nada.

Pero ese juego para él, lo había cambiado todo.

TODO.

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 Y uno más con otra parejita que siempre me dejó picada jajaja

Nos leemos!! 

*Guadi*