''30 Days with Lee TaeMin''

NUBES -TaeKai-

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PALABRA: Nubes
PAREJA: TaeKai (TaeMin SHINee y Kai de EXO)
RATED: MA
ADVERTENCIAS: Slash
SUMMARY: Porque lo suyo era un secreto a voces...Lo suyo era un amor real...

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—Aguarda...

—Lo sé, pero...

—Ya casi.

—Odio esto.

Un cálido aliento en su muy sensible oreja le hizo olvidar su momentáneo mal humor.

—Yo también, bebé pero mira. Ya llegamos —le oyó susurrar.

—Joder, ¡Sí!

El mayor rió entretenido ante el entusiasmo del menor, disfrutando cálidamente de verle así por fin. Tan él, tan relajado y contento. Feliz de finalmente haber llegado a aquel lugar, su casa, aquel sitio que poco a poco había terminado convirtiéndose en su santuario para simple y sencillamente poder ser. Solo ser...

No ser los idols estéticamente perfectos.

No ser las figuras con siempre un comportamiento ejemplar.

No ser ningún mero títere que hiciera recaudar más.

No. Ahí, dentro de esas hermosas y bien protegidas paredes podían ser ellos, solo ellos; Lee TaeMin y Kim JongIn, amigos, amantes... pareja.

Sí, ellos eran pareja. Y una ya seria además.

Ya no había más juegos, reclamos o histeriqueos ridículos para ellos.

Ya no había enojos por celos tontos ni desconfianza en nada.

Ya no había obstáculos que ellos mismos queriendo o sin querer propiciaran porque habían podido llegar al punto en el que se conocían más que a sí mismos. Habían llegado a ese punto en el que amaban más al otro que a sí mismos.

Al punto en el que estar juntos se había convertido en algo, necesario. En algo que lo era todo.

Y ese conocimiento certero que fortalecían cada día era lo que ahora les daba la completa libertad de ya no dudar ni de sí ni del otro.

—Te amo —dijo el menor sin esperar un segundo más. Apresándole no más lejos que a la derecha de la misma puerta de entrada. No queriendo tardar más de un segundo en reclamar para sí una vez más esos labios. Esta vez, ya sin nada que le impidiera demostrar su pasión y deseo por él -como sí ocurría ni bien cruzaban ese umbral hacia el lado contrario, hacia el mundo en general-, por ese hermoso y talentoso joven que le había robado el corazón, sí, pero que a cambio le dio el más hermoso de los regalos al entregarle el suyo propio.

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Lo suyo era una especie de secreto a voces. Algo que todo el mundo suponía, sospechaba, pero que nadie confirmaba. Ellos siempre habían sido amigos. Los mejores amigos. Amigos que poco a poco y medio a fuerza se fueron acomodando con el fanservice, el tan necesario skin ship y los claros acercamientos. Todo el mundo estaba ya tan acostumbrados a verlos siempre tan cercanos que poco llamaba la atención cuando alguna caricia no tan propicia se les escapaba por la mera necesidad de estar y sentir al otro.

A veces dolía tener que mantener hasta la más corta de las distancias cuando una emoción fuerte, ya fuera tristeza o alegría extrema, les invadía, porque lo que más querían entonces era poder sentirse uno con el otro y poder compartir lo que fuera en su máximo esplendor. Poder sentir el consuelo, el apoyo o tan solo el simple compañerismo. Pero se medían, o lo intentaban al menos ya que ambos eran demasiado conscientes de todo lo que tenían en juego. Era su futuro después de todo, la carrera que amaban. Sus sueños. Y ninguno quería ser el responsable de quebrar los sueños del otro.