''30 Days with Lee TaeMin''

Zapatos

PALABRA: Zapatos
PAREJA: JongTae (JongHyun y TaeMin)
RATED: T

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ZAPATOS

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—No.

—Por favor...

—No.

—Taeeee...

—No iré Sulli. Digas lo que digas y hagas lo que hagas no lo haré.

—¡TaeMin! Vamoooos, sabes lo mucho que he querido conseguir una cita con él ¡por favor!

—Lo siento, Sulli, pero no lo haré. No debiste de haber mentido en eso. No debiste haberle mentido y punto, ¿qué clase de impresión crees que tendrá de ti en cuanto se entere? —dijo TaeMin a su pequeña, caprichosa y revoltosa hermanita. Su, melliza, de hecho.

—Taeeeee...

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Y la pregunta del millón volvía a surgir una vez más en él.

¡¿Porqué demonios había terminado diciendo que sí?! Ah, cierto, su estúpida debilidad por su mierda -pensó el chico molesto mientras caminaba hacia su tortura.

Llevaba ya una hora vestido de aquella estúpida manera y los últimos cinco minutos caminando incómodamente en aquellos estúpidos zapatos. Los odiaba. En realidad, en aquellos momentos él los odiaba a todos y a todo.

La cita ni siquiera había comenzado y él ya estaba listo para volver caminando a pie hasta su casa... literalmente a pie porque esos zapatos iban a terminar pronto en el tacho más cercano y no le importaba ni mierda lo que su estúpida hermana dijera. Aquellas cosas eran unas malditas armas mortales y su hermana estaría mejor sin ellas, eso era seguro.

¡¿Cómo demonios hacían las mujeres para caminar por horas sobre aquellas malditas armas de tortura andantes?!

Sí, estaba divagando y bien lo sabía. Pero, el divagar le ayudaba a TaeMin a no concentrarse en cosas peores, tal y como el creciente y molesto dolor de pies, o en las irrefrenables ganas que sentía aumentar a cada segundo sobre acercarse a ahorcar a su hermana... o incluso sobre el estúpido deseo de haber sido hijo único por primera vez en su corta vida. Algo que en verdad nunca se había imaginado fuera a pensar.

Quizás no debió estar tan metido en su mundo por tanto ya que debido a aquello ni siquiera notó cuando oficialmente su nueva tortura llegó.

—¡Tae!

—¿Eh? ¿Qué? ¿Qué diablos quieres ahora? —espetó, molesto y sin darse cuenta de que ya no eran los únicos parados allí. Donde sea que ese allí fuese.

—¡Tae... Yeon! —gritó entonces su hermana, la molestia y el temor evidentes en su tono de voz. Su hermano lucía adorable vestido así, se había asegurado de ello pero, si seguía abriendo la boca de esa forma él iba a terminar por arruinar su única oportunidad de salir con su MinHo-oppa.

—¿Eh? ¡Ah! Sulli...

—Ejem... —carraspeó una voz a su izquierda.

—Hola, Tae... Yeon ¿cierto? Un gusto —dijo otra voz ya directa frente a él.

La voz de un chico que lucía algo inquieto y sonriente mientras se inclinaba ligeramente entre el otro chico y él.

¡Joder! ¡Él conocía a ese chico, maldita sea! -gritó TaeMin para sí. El pánico haciendo agujeros en su pobre mente.