-¡Quiero la cabeza de esa mocosa!-grito con voz poderosa la reina de corazones mientras sus subordinados se movilizaban entre tropezones a cumplir las exigencias de la soberana del país-
-Debes irte-la súplica en los orbes azules hizo dudar al chico de vestido-
-N-no quiero dejarte...-tomo sus manos y sus ojos tenían la tristeza reflejada-
-No hay tiempo para caprichos Osomatsu-tomo su mano para empezar a correr-
Esquivaron guardias y sirvientes para llegar a la salida del castillo de la reina de corazones, atravesaron el bosque hasta llegar al lugar donde "Alicia" había caído a Neetland.
-¡Vete!-el conejo señalo el agujero-
-¡No! ¡No sin ti!-se aferró a su chaleco-
-Osomatsu, tienes una vida allá, yo no, yo pertenezco a este lugar, vete, las cosas se pondrán feas-tomo sus manos para hacer que lo soltara-
-¡No! ¡No, me niego a dejarte aquí y que enfrentes a esa desquiciada degolladora!-lo abrazo con fuerza y las voces de los guardias alertaron a ambos-
-Osomatsu, cuídate mucho, nos volveremos a encontrar-lo empujo haciendo que cayera en el hoy-
-¡¡KARA!!-grito para ver como este era apresado y segundos después todo se volvió oscuridad-
-Oso, Oso despierta-lo movió al ver el temblor en los labios del dormido ojicarmesí-
-¡Kara!-grito y se topó con la mirada esmeralda de su hermano menor-Choromatsu...
-¿Kara? ¿Cómo sabes el nombre de nuestro invitado?-lo miro sorprendido-
Aquellas palabras lo hicieron correr hasta el living, traje azul cielo, camisa blanca y el cabello un poco más largo, al ver sus ojos supo que era él y sin importarle las etiquetas y entre sollozos lo abrazo por el cuello.
-Kara, Kara...-susurro contra su oído-
-Te dije que nos volveríamos a encontrar, Alicia-acaricio su espalda-
-Estúpido conejo-se separó y lo tomo de las mejillas para plantar un beso en los labios del contrario-
-¡Osomatsu!-chilló el de ojos verdes-
ESTÁS LEYENDO
¡Omedetto Otanjobi!
De TodoUna serie de drables OsoKaraOso para mi amado tormento rojo ¡Feliz cumpleaños Maannee-chan!