Casino/OsoKara

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Pov Osomatsu

Jamás había pasado por esta sección del casino, realmente no había llamado mi atención, pero desde unos días atrás he podido ver a muchos clientes hablando animadamente de este lugar, había una pista que sobresalía del suelo y en esta un tubo dorado pegado al techo.

-¿Pole Dance?-cuando me gire el lugar estaba lleno, algunos en la entrada querían entras y la puerta fue cerrada-

Una música suave y erótica resonó en el lugar, fui obligado a tomar asiento y estaba por replicar cuando las luces enfocaron el cuerpo enfundado en un traje azul brillante, debo admitir, que el cuerpo enfundado en ese traje hizo una revolución en mis pantalones, el maldito, porque era un hombre, estaba bien bueno, su sonrisa coqueta hacia los clientes, me hicieron sentir celoso, sus gráciles pasos, su contoneo de caderas, demonios, ¡no puedo quitarle los ojos de encima! Es hermoso, tomo el tubo dorado entre sus manos y con su pierna derecha enredada en este tiro de unos hilos de su traje quedando solo en una ajustada ropa interior negra, ¡que culo!

-¿Por qué no vine aquí antes?-trague grueso al verlo morderse su dedo índice de la mano derecha de una manera lasciva y sus azules ojos conectaron por un segundo con los míos-

Trepo hasta lo más alto del tubo sin perder esa sensualidad que parecía tan natural en el de ojos azules dejándose caer nuevamente al suelo de la plataforma en una posición muy sugerente, a gatas fue recogiendo los billetes que habían quedado en el suelo y se levantó haciendo gestos que provocaban suspiros y sin duda alguna uno que otro orgasmo, al final se despidió de los clientes lanzando besos hacia ellos.

Fin Pov Osomatsu

-¿Hará privados?-tenía un serio problema entre sus piernas-

Las horas para laborar de todos habían terminado, Osomatsu había sido el primero en salir esperando al bailarín y este salió después de otros compañeros.

-¡Oi!-lo llamo y al ver que se detuvo sonrió amplio-

-¡Sabia que te había visto en algún lugar!-le devolvió la sonrisa el de ojos azules-

-Bueno, me dio curiosidad el saber porque todo el mundo hablaba de esa zona tan bien y bueno...-le dio una mirada lasciva al cuerpo del ojiazul-¿qué tal si vamos a mi departamento?-unió su pulgar y dedo índice de la mano izquierda formando un circulo y lo atravesó con el índice derecho, no había que ver la figura dos veces para saber que quería el anfitrión principal del casino Akatsuka-

Un golpe en el estómago fue su respuesta.

-¡Serás mío!-le grito a un muy ruborizado bailarín que se alejaba rápidamente-

-¡Serás mío!-le grito a un muy ruborizado bailarín que se alejaba rápidamente-

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¡Omedetto Otanjobi!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora