Capítulo 15

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Frente a mi se encontraba una enorme fila de estudiantes interesados en asistir al campamento del año, por mi parte no estaba interesada y mucho menos en la maldita fila pero en cambio mis dos amigas lo estaban. Estuvieron casi una hora tratando de convencerme pero no lo lograron, la verdad es que tengo mi animo por los suelos, se que debo disfrutar mi adolescencia y todo pero en realidad no se como.
Me cansé de estar parada esperandolas hací que me senté en el pasto recargando mi espalda en el tronco de un árbol, tomé mis auriculares de la mochila y me los coloqué cuidadosamente, ellos son los que me ayudan a olvidar todos los problemas a mi alrededor.
Un chico castaño se acercó hasta mi lado y se sentó, yo sólo me quité mis preciados amigos de los oídos.

- Harold, ¿que tu también no irás?

- Si iré -sonrió mientras clavaba su mirada en mi rostro.

- Entonces por que no vas a la fila, es un poco larga pero los chicos te están quitando lugar.

- No iré sin ti, tienes que ir Abigail será genial te lo puedo asegurar -tomó un mechón de mi cabello y empezó a juguetear con él pero por una extraña razón sentí algo raro.

- Se la pasarán bien sin mi te lo puedo asegurar -le guiñé un ojo, tomé mis cosas y empecé a caminar para alejarme e irme.

- Rápidamente me tomó del antebrazo impidiendome dar un paso más- No seas así por favor, si no vas me la pasaré aburrido ya que necesito a mi amiga conmigo, ¿somos amigos si o no?

- Obvio que si idiota -refunfuñé.

- ¿Entonces? Dejas sólo a tu amigo -fingió tristeza agachando la cabeza.

- No se como lo haces, siempre me convences -dicho esto me solté de su agarre y seguí mi camino.

- ¡¿Eso es un sí?¡ -gritó desde atrás mio.

- Me paré en seco y voltee a verlo, sólo le asentí y me dirigí de nuevo hacía él.

Los dos estuvimos en la fila por un largo tiempo hasta que llegó nuestro turno de escribir nuestros nombres en la lista, dudé un poco pero él me dio ánimos así que sin pensarlo una vez más coloqué mi firma.
Ya era salida de clases, el día fue agotador, ya no me quedaban más energías pero debía cumplir con retroalimentación.

- Deberías amar a ese chico Harold ya que te convenció -alzó las cejas al decir esto y aplaudió con emoción.

- Kimberly no me hagas ir a borrarme de la maldita lista -la amenacé.

- Ojalá y nos toque juntas en la misma habitación, estaría súper ¿no lo creen? -Habló mi otra amiga con un gran entusiasmo pintado en los ojos.

- ¡Ugh, no Lucía! Quiero que me toque compartir la cama con chicos -como siempre, la pervertida de Kimberly.

- Pero si para eso hay camas para cada quien -me tragué una risa enorme al ver su cara de fastidio.

- Si que no entiendes nada, quiero dormir con chicos en una sola cama.

- Pero te pueden violar Kimberly...

- Lucía, ese se supone que es el objetivo -se acercó a ella y le dio un pequeño jalón a su cabello agarrado por una coleta.

- Oigan me tengo que ir, se hace tarde -las abracé a las dos- nos vemos.

Con pasos digamos que lentos empecé a caminar hacia el aula de siempre, cuando sería el maldito día que no sintiera esos nervios en el estomago que estoy sintiendo justo ahora, lo odio porque él es el causante de que me ilusione tanto pero lo amo por que para mi es perfecto, soy una rara.
Miré desde la parte de afuera que no había nadie dentro, ya era un poco tarde y él era puntual siempre o a lo mejor esta vez llegaría retrasado.
Mis piernas me pedían a gritos descanso así que me dirigí al escritorio, antes de tomar asiento noté una hoja con algo escrito en el banco del chico.
Tal vez por un impulso de idiotez me atreví a leer lo que decía.

Mientras Me EnamorasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora