Capítulo 20

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Comenzaba la tercera y última semana estando en este campamento, la verdad es que me sentía menos asfixiada que al principio ya que al fin podía ver la luz al final de un largo túnel oscuro, si, así es como me sentí todo este tiempo estando en este lugar.
Todo seguía igual con Harold, de vez en cuando nuestras miradas lograban encontrarse entre muchas pero esto no hacia que todo volviera a estar como antes, él al parecer cada día se le notaba mas cercano a Madison y bueno eso era algo que no podía impedir solo por no querer que fuera así.

- Espero que estés lista para las seis -reí de emoción mentalmente ya que saldría con aquel chico, Gustavo me había invitado a una fogata que habría hoy por la tarde, él y yo últimamente hemos estado mas juntos, la verdad ya habíamos hecho las pases al fin o al menos creo que yo solo me dejé llevar.

- Tranquilo lo repetiste un millón de veces, seguro no se me olvida -dejé escapar un bufido de fastidio.

- Bien, iré por ahí con unos amigos y por favor si necesitas algo solo llamame y vendré en seguida ya sabes que me preocupo por ti -esto me dio un poco de ternura, creo que ya lo veía como un nuevo mejor amigo sinceramente.

- ¡Seguro papá! -escuché su risa burlona para después salir de la habitación e irse.

Después de tanto tiempo tenía una tipo cita con él como en mis sueños, pero esta vez era raro, todas las cosas raras sentidas en mi estómago no estaban, solo venían en momentos para después irse, no sabría explicar un porque de esto ya que sinceramente no tenía la mas mínima idea de lo que estaba sucediendo.
Me dirigí a mi guardarropa y empecé a buscar alguna prenda que llamara mi atención, sin duda no sabia que ponerme.
La puerta se abrió de repente dejando pasar a mi amiga, se lanzó a la cama perteneciente del chico anteriormente visto.

- Me encanta, es tan divino -inundó el silencio con su tan conocida voz.

- ¿Hablas de tu ex Daniel? -pegó un quejido que me hizo reír, le molestaba tanto que le mencionara a ese chico y yo lo disfrutaba.

- Ese bastardo no, hablo de Gustavo en serio que esta guapo -Al parecer mi amiga se había estado obsesionado tanto con él y aveces hasta me daba miedo- pero al parecer solo tiene ojos para ti -habló con decepción y yo solo pude reír mentalmente.

- ¿Es en serio? ¿De donde sacas eso? Para nada, él y yo somos muy diferentes y no creo que le guste -la verdad es que estos últimos días con él me habían hecho ver la gran diferencia de pensamientos que tenemos.

- Tan solo con la forma que te mira -bufó algo molesta y yo solo solté una carcajada- ¡No te rías de mi tan mala suerte!

- Kimberly en serio si quieres te lo regalo, por mi parte no hay ningún sentimiento hacia él -dije triunfante y la verdad esa era la realidad ahora, últimamente estando al lado de él ya no había ningún sentimiento extraño, ni mariposas revoloteando, parecía como si se hubiesen extinguido.

- ¡No por nada te quiero nena! -pegó un grito con su voz chillona y saltó sobre mi dándome un abrazo.

Kim me ayudó a elegir que ponerme, obviamente no dejé que me vistiera como piñata con colores pasteles que ella solía utilizar así que le pedí que fuera algo mas madura y creo que me entendió un poco, me recomendó una falda de tablones color vino con una blusa verde militar de manga larga y sinceramente me encantó.

- Por primera vez puedo decir que algo se me ve bien -dije riendo mientras me miraba en el espejo.

- Mi niña, solo recurre a las manos de la señorita Kimberly modas -reí fuertemente, eso sonaba patéticamente absurdo y ella solo logró golpearme con su codo- iré a ver si encuentro a Lucía por ahí, ¡recuerda que Gus es mio! -salió del cuarto gritando lo último.

Mientras Me EnamorasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora