Capítulo Doce: "Vestida de Novia"

112 7 7
                                    

Al mirarme al espejo con ese vestido de novia, que me gustó desde el primer momento, no pude evitar sentir alegría y nervios al mismo tiempo. El vestido era hermoso, sin mangas y pegado en la parte superior de mi cuerpo. En la parte del pecho llevaba decoraciones de pequeñas flores blancas. De la cadera hacia abajo era esponjado en varias capas. De largo cubría hasta mis pies en donde llevaba puestas unas zapatillas en el mismo color que el vestido con pequeños cristales que los hacían brillar.

Solo faltaba el peinado y estaría lista para casarme en ese mismo momento. Solo era la prueba del vestido, la última, y mi madre estaba emocionada hasta el punto de las lágrimas. Se puso de pie para abrazarme y decirme que estaba muy feliz por mí.

Los días habían transcurrido muy rápido, entre pruebas del menú del banquete, los colores y tipo de las flores que adornarán el lugar de la ceremonia, hasta los ensayos de la misma. Era algo pesado, por fortuna el drama ya había terminado sus grabaciones y tenía más tiempo libre.

Al caer la noche me disponía a descansar un poco cuando recibí una llamada, era Jiyong.

—¿Estás en casa? —cuestionó al contestar.

—Sí ¿sucede algo? —no pude evitar preocuparme, su voz sonaba triste.

—¿Puedo entrar?

Al escucharlo de inmediato caminé hacia la puerta para abrirle.

—No deseábamos molestarte con esto pero... —dijo al instante que abrí— ¿Sabes en donde puede estar Seunghyun? Lo buscamos por todas partes pero no logramos localizarlo. Hoy teníamos ensayo para nuestro próximo concierto pero no llegó, en realidad no ha llegado a dormir desde ayer.

Mi corazón se estrujó, el solo pensar que algo malo pudiera pasarle me ponía mal y ver el rostro preocupado de mi amigo no ayudaba en nada.

Hice un recuento mentalmente de los posibles lugares en los que estaría hasta que llegué a uno en especial. Abrí mis ojos grandes al recordar el departamento, el que antes era de los dos.

—Sé dónde puede estar —dije pero al momento de explicar le llegó un llamada, me quedé en silencio para que la atendiera.

—Te acompañaría pero tengo que ir a la compañía —me informó guardando su móvil—, el Ceo quiere verme y me imagino el motivo.

—Descuida, si sé algo te aviso.

—Gracias —finalizó y se marchó.

Suspiré pesadamente, mi corazón seguía latiendo fuerte con el anhelo de que se encontrara ahí. Me cambié de ropa por algo que me mantuviera caliente, afuera el invierno estaba demasiado frio y había nevadas en cualquier momento.

Bajé al estacionamiento, mi padre dejó su auto por si llegáramos a ocuparlo, se suponía que no debía manejar por mis desmayos inoportunos, pero esta era una emergencia.

Durante todo el camino mis manos sudaban y todo mi cuerpo temblaba, pero no era por el frio, eran nervios.

Al llegar aparqué el auto frente al edificio. Era un lugar en el que poca gente transitaba y adentro no había recepcionista por lo que pasábamos sin problemas, por ello lo elegimos.

Subí al elevador y oprimí el quinto piso, seguía nerviosa moviendo mi pie arriba y abajo. Al llegar al piso solicitado se abrieron las puertas y al instante salí. Caminé hasta el departamento y al llegar me detuve frente a la puerta. Estaba cerrada pero aun recordaba la contraseña, si es que no la había cambiado.

Con esperanza de que siguiera siendo la misma oprimí los botones de los números, los cuales eran nuestros dos últimos dígitos de la fecha de nacimiento.

Última OportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora