Capítulo Final: "Mi querida hija"

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Al día siguiente del entierro de Alejandra se encontraban todos reunidos en la casa de Jongsuk. Mike pidió permiso para hacer la reunión ahí ya que lo creía más conveniente.

A todos se les hizo extraño que el chico los citara, pero en cuanto les hizo saber que era algo que tenía que ver con ella, nadie se negó a asistir.

Mike pasó la noche anterior sin dormir, necesitaba terminar el favor que Alejandra le había pedido en el hospital, antes de su muerte.

—¿Puedo pedirte un favor?

—Claro, el que quieras —respondió él algo confundido pero con ganas de ayudar en lo que necesitara.

—¿Podrías prestarme una de tus cámaras de vídeo?

—C-Claro —seguía sin comprender pero no se negaría.

—¿Podrías traerla hoy en la tarde? —suplicó con la mirada—. Es algo urgente.

Y ahora comprendía la urgencia con la que la necesitaba.

—Si llega a pasar algo por favor mira la grabación —dijo después de entregar la videocámara a su respectivo dueño.

Le fue imposible no llorar de nuevo al ver vídeo.

—Mike, si estás viendo esto significa que ya no estoy —bajó la mirada y pasó saliva, sus ojos se cristalizaron pero tomó aire y se repuso—. Si es así quiero que edites lo que grabaré y lo muestres a todas las personas que quiero. Sé que mi enfermedad me está ganando la lucha y no quiero irme sin antes despedirme de alguna manera. Prefiero que sea de esta forma ya que las despedidas personales siempre me costaron mucho trabajo —sonrió levemente—. Además no creo ser lo suficientemente fuerte para hacerlo cara a cara. Y sé que tú eres el único que puede ayudarme ¿lo harás, verdad?

Mike rió por el puchero que hizo Alejandra en esa parte. Era tan adorable.

—Confío en que sí, así que voy a empezar.

Estuvo atento a cada una de sus palabras y no pudo evitar que las lágrimas volvieran a hacerse presentes.

La extrañaba demasiado y también se sentía admirado por el enorme valor que tuvo Alejandra al grabarse y evitar quebrarse. Aunque en ocasiones no lo lograba y le pedía que borrara esas partes. No deseaba que la recordaran triste.

Hizo lo que ella le pidió y ahora que estaban todos reunidos tomó una memoria usb y la conectó al televisor de pantalla gigante que tenían en la sala. La encendió y buscó el vídeo con el control remoto alejándose un poco para no tapar la visión de los presentes.

Al instante apareció en la pantalla una Alejandra sonriente y saludando con su mano.

Los ojos de todos se cristalizaron al verla nuevamente como la recordaban; sonriendo.

—Hola a todos. Sé que están sorprendidos por esto, pero solo quiero decirles algunas palabras. Mamá, Papá... muchas gracias por ser mis padres —sonrió con su mirada cristalizada—, por su apoyo incondicional y por aceptarme y amarme a pesar de no compartir el mismo lazo de sangre. Hermanas, estoy segura que a estas alturas ya deben estar enteradas de esto. Las conozco, no se quedan con un mínimo rastro de dudas. Solo quiero que no los juzguen y no estén molestas por no decirlo antes.

Estaba en lo cierto tanto Verónica como Francis sabían la verdad. Fue primero la menor quien al saber de la muerte de su hermana quiso saber el motivo. Su padre le dijo sobre la enfermedad con la que hacía tiempo estaba luchando.

Última OportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora