—Lalisa, amor, ¿quieres ir a tomar un helado a la salida de clases?—le hablé rápidamente a mi novia al ver que Taehyung venía llegando al aula.
—Claro bebé—me miró extrañada ya que nunca le hacía ese tipo de invitaciones; detestaba salir.
El evitar pasar tiempo con mi mejor amigo no era sólo porque había dado en mi punto sensible el día anterior—al molestarme de la misma forma que Jessica—si no que también era por la extraña actitud de cercanía y excesivas muestras de afecto que había acostumbrado últimamente. Para mi era incómodo, ya que los dos eramos varones, pero por lo visto a él no le importaba tomar mi mano o besarme la mejilla en plena vía pública y que toda la gente que pasaba nos mirara con cara rara.
—JungKook, hola—una voz ronca pero infantil llegó a mis oídos.—Perdón, no quería decir eso ayer.—miré en su dirección y sonreí.
—Está bien Tae, sé que no fue con mala intención, te conozco—golpeé su mejilla suavemente. Él me sacó la lengua en un gesto gracioso.
—¡Gracias Kook!—se abalanzó hacia mí y me abrazó.
—Si, si—lo alejé con disimulo.—Por cierto Tae, hoy no podré acompañarte a casa. Iré con Lisa a comer, ¿está bien?.—su cara se pintó con tristeza.
—Eh, claro, le preguntaré a Jimin si puedo irme con él.—agregó una sonrisa.
—Excelente, nos vemos más tarde entonces—le tomé el mentón y lo apreté en forma de consuelo. Tenía que alejarme un poco de él.
