Jessica había llegado y estaba mirándonos como si fuéramos el circo más divertido del mundo.
—Tae, anda a mi habitación. Luego hablaremos.—indiqué con la cabeza a la escalera. Él estaba extremadamente rojo y no me miró a los ojos. Subió y un silencio se apoderó de la sala.
—¿Y bien? ¿ya me vas a insultar?—me puse de pie para quedar frente a Jessica.
—No, ¿por qué lo haría?—por primera vez en la vida su voz sonaba suave y agradable. Estaba gratamente sorprendido.
—¿Le dirás a mi padre?—volví a preguntar.
—Claro que no, de eso debes ocuparte tú—caminó a la cocina—¿Estabas cocinando?—tenía una extraña aura dulce y maternal.
—Si—me gané al lado de ella—Dime Jess, ¿nunca sentiste la necesidad de besar a alguien sin importar qué pasara?—no podía creer lo que estaba compartiendo con ella.
—Claro que si—sus facciones eran suaves—Y lo hice. Adivina quién era.—me dedicó una sonrisa y la verdad, no había notado que era muy bonita.
—Ni ideas.—reí.
—Tu padre—la miré y rió—No me mires con esa cara, ahora, anda a hablar con tu novio.
—No es mi novio—rodé los ojos y salí de la cocina—Pero puede que algún día llegue a serlo—subí las escaleras y entré a mi cuarto nervioso. Taehyung estaba sentado en la cama mirando hacia afuera.
—Tae—miró rápidamente—No quiero que te enojes ¿vale? No sé que pasó abajo, fue cómo que perdí el control de mi mismo. Sé que te gusta Hoseok y sólo soy tu mejor amigo ¡no estoy diciendo que me gustes! pero quizás, sólo quizás, me atraigas un poco, ¡no quiero que me dejes de querer o considar cómo un ser cercano a ti! tampoco quiero que me odies cómo a Jimin, pero—suspiré—Dame una oportunidad, por favor—no tenía ni la menor idea de lo que había dicho.
—Cálmate ¿quieres?—mi amigo tomó aire y me miró a los ojos—Creo que me gustas JungKook.
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