—¿Ah, si?—mordí mi labio nervioso.—¿Cómo supiste?.—intenté sonreír, pero era realmente incómodo.
—¿No estás enojado?—una sonrisa de satisfacción se posó en su rostro. Se quiso acercar a mi para dar un abrazo pero dí un paso atrás involuntariamente.—Es que me gusta un chico—colocó cara pensativa-Al comienzo creí que lo admiraba, porque está en el club de música, y sus letras son asombrosas, pero luego al pasar del tiempo, más lo observaba y más me gustaba.—Suspiró. Yo estaba aterrado. ¿A mi mejor amigo le gustan los chicos?.—Está en una clase arriba de nosotros Kook, se llama Jung HoSeok.—se movió con las manos en la espalda, cómo una colegiala cohibida. Lo miré un minuto; por alguna razón me causaba celos, pero también, alivio.
—Si, creo que lo recuerdo—saqué mi celular y abrí Instagram.—Dime su usuario de Insta.—lo miré.
—No tiene—soltó una carcajada y sacó su celular.—Él es.—me mostró una foto. Si, era bastante guapo. Tenía una cara graciosa, risueña y bien definida. Reí.
—Mh, suerte Tae.—palmeé su espalda-Pero, ¿es gay siquiera?
—No sé, pero me gusta.—sacó la lengua y rodé los ojos. No piensa nada de lo que hace.
—Bien, excelente—miré la hora; once con cuarenta y seis.—Tae, ya hay que volver a casa, aunque para ti no hay problema.—indiqué con la cabeza su casa que se encontraba al frente.—Pero mañana hay clase.—hizo un puchero, se acercó a mi y pasó su brazo por mis hombros, él tenía que estirarse un poco para llegar al otro extremo.
—Nos vemos Kook—lanzó un beso al aire.—Ah, y deseame suerte. Le diré a mis padres sobre esto—con su mano libre dibujó un círculo que asemejaba a nuestra conversación.
—Suerte y adiós.—me separé y me fui caminando a paso rápido ya que corría un viento muy frío.
ღ
—¿Por qué vienes llegando a esta hora?—eu, Jessica.—Hubiese sido mejor que no llegaras.
—No te importa.
—Si, cierto.—sonrió—¿Andabas con tu novio?
—No tengo novio, tengo novia.—fui a la cocina a buscar un vaso de agua.
—De cualquiera de las dos formas, tu papá no tiene idea.
—Es porque no anda metiendo la nariz donde no lo llaman; a diferencia de ti.
—No me hables así JungKook, soy tu madre.
—No eres mi madre Jessica, era la mina con la que mi padre le gusta acostarse.—sentí como el vaso de agua salió volando y se estampó contra el piso, a unos dos metros de los que yo estaba. Una cachetada, una fuerte y dura cachetada.
—Te dije que no me hablaras de esa manera.
—Ya te dije que tú no eres nadie, por lo tanto no debo hacerte caso.—fui a recojer los trozos de vidrio y se escucharon unos pasos.
—¿Qué fue ese ruido Jessica? Ah, JungKookie.—me saludó con una voz somnolienta.
—Hola pa, sólo se me resbaló el vaso de las manos, nada importante.—envié una mirada cínica a Jessica. No importaba cuantas veces le dijera yo a mi padre que su novia me golpeaba; habían pasado tres años y seguía sin creerme. Ya no valía la pena seguir insistiendo.
—Está bien, volveré a la cama. No se acuesten tarde.
Tras mi padre cerrar la puerta, recogí todo y me fui a mi cuarto, no quería seguir discutiendo.
