1 Septiembre

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-¡Hoy es el día!–seguía diciendo Gon con entusiasmo

-Yo también lo esperaba con ansias, veré a Leorio-san y Kurapika-kun

-Tsk

Al parecer Killua esta un poco celoso de que me lleve bien con el rubio, a parte de que se enterara primero sobre mi pasado.

Leo sólo nos miraba seriamente, por alguna razón esta así desde ayer. Quise preguntarle qué le pasa pero no da señales de hablar.

Caminábamos por los grandes puestos, intentando estafarnos, y uno llamo mi atención. Me desvíe del grupo y me acerqué curiosa, la vendedora se sorprendió al verme.

-¿Qué es eso?–señale un recipiente en forma de cilindro y cubierto por una manta blanca, en momentos se apreciaba una luz en diferentes colores

-Algo que nadie, jamás, debe tocar... Cuesta 1 billón de yenes–sabía que podía ser una estafa pero me interesaba demasiado

-¿Quién me garantiza que no sea mentira?–pregunté para alterar su corazón pero seguía calmada

-Los ojos son las ventanas del alma, mírame bien, yo no le miento a mis clientes

-Lo sé, me lo llevo–soltó una carcajada y se levantó de su silla, estaba muy cercas de mi cara

-Hace muchos años que quiero deshacerme de eso–apuntó al recipiente–Te lo daré gratis si compras algo más de mis cosas

Mire lo que tenía, joyería gitana, me gusta. Cogí 6 camafeos, 12 pulceras de oro falso y unos anillos de boda, me habían gustado demasiado como para dejarlos ahí.

Terminé pagando 600,000¥ y me lleve el recipiente en una caja, parecía más bien un regalo. Me dio algo así como una guía para el recipiente y me fuí, desde lejos podía oler la colonia cara de Leorio.

Cuando los encontré, estaban peleando por el precio de unos teléfonos y los asuste con un grito digno de películas de terror. Gritaron asustados y comencé a reír muy fuerte.

-¡¿Ale?!–dijo Leorio sorprendido–¡Eso no se hace!

-¡Lo siento!–dije entre risas, siempre había querido hacer eso

Tiempo después, ya de haber ganado, estábamos caminando en dirección a mi casa entre chisme y chisme. Me contó que Yandere ahora mismo estaba dormida en su habitación de hotel, no quería venirse con nosotros.

Killua me ayudó con la caja y Leo me regaño por gastar tanto dinero, era para ayudar a los chicos a conseguir el Greed Island pe~ro ya sé cómo terminará todo.

Entramos al departamento y no me sorprendí al ver a Yandere comiendo los ratones que le compre.

-¡¿Cómo se metió?!

-Las lechuzas, como los gatos negros, son mascotas de brujas, ¿Tú cómo crees que entró?

-No la quiero cercas...

Dejé mis cosas en mi habitación y me puse el delantal, me miraron sorprendidos pero Leo me imitó con una sonrisa.

-Leorio-san, ¿Leyó mi carta?

-Sí...

-No ponga esa cara, no es razón para...–su abrazo me sorprendió, era bastante cálido

-Eres una niña aún, deja que este viejo te cuide...

-Gracias–me soltó y limpie sus lágrimas–¿Quieren comer algo? No es por presumir pero somos buenos cocinando

-Eh~ ¿Por qué nunca cocinaste para mi?–dijo Killua con un puchero

Vía De EscapeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora