Boomber

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Estábamos frente a las consolas que contenían el juego de Ging, ya no había vuelta atrás, debía tranquilizarme. Nos explicaban varias cosas sobre el juego que yo ya sabía, me interesaba más ir a explorar la Mansión, tal vez encuentre objetos de los Liddell y tenerlos en mis manos me harían más influyente con los Bolton, que por cierto uno de sus Guardaespaldas está aquí y no deja de mirarme.

-Hay que decidir el orden de entrada, no pueden entrar todos a la vez.–dijo uno de los compañeros de Tsezugera, creo que es el de los bichos.

-Hagamos piedra, papel o tijera, será más rápido.–dije simulando bostezar, en parte quería creer que tenía sueño, digamos que pensar un nombre para la chica esa es muy difícil y no "dormí" como quería. Aceptaron mi idea y nos acercamos para jugar, cerré mis ojos por el aburrimiento y al abrirlos...

-¡Primero va la piedra, Piedra, Papel o Tijera!–oh... ésta no me la esperaba.

-¡Primer lugar!

-Tsk, quede en el 13.

-No presuman que soy la última,–había elegido Tijeras, el guardaespaldas de Bolton me ganó–debe de ser mi peor día, tendrán que esperarme.

-¡Okay!

Fui a sentarme en un rincón, tenía demasiada pereza y unas horribles ganas de beber sangre. Algo me estaba pasando, mi sed crecía y crecía a pesar de que comía frutos rojos o había bebido hace un mes, no es para nada normal, y todo comenzó cuando le propuse a Killua ser mi novio.

Un momento... ¿Ese es el problema?

_Técnicamente sí_

-(¿Dónde estabas? He intentado comunicarme contigo desde hace milenios).

_No necesitas usar tu sarcasmo_ hice varias muecas al imitar sus palabras, logré hacerla enojar un poco _Escucha, esa cosa que liberaste me está dando dolor de cabeza_

-(¿Por qué?)

_Ella es..._

-Ale, ¿Puedo sentarme?–Killua interrumpió mi concentración con su olor, ni siquiera medí o pensé mis actos, ya lo tenía encerrado entre mis piernas con mi nariz escondida en su cabello–S..Si querías estar así m..me hubieras dicho.

-Prefiero hacer y luego decir.–el solo contacto de mis manos con su piel escondida me excita, ¿Qué me pasa? No puedo detener ésta ansiedad de recorrer cada parte y rincón de su pequeño y frágil cuerpo.

-A..Ale, nos miran.

-Que lo hagan, morirán en algún momento.–O casi todos. Mire por el rabillo del ojo a la rubia, trataba de disimular su emoción al vernos en esta posición y sonreí, aún no ha visto nada.

Dejé mis manos quietas para sólo concentrarme en oler su aroma, es adictivo, una droga perfecta.

_¿Podemos seguir hablando?_

-(No... Quiero estar así sin preocuparme por Gon).

De uno en uno, minuto a minuto, los participantes fueron pasando y despejando la habitación. Faltaban dos personas para que Killua se fuera, entrelacé nuestras manos y recargue mi mentón en su hombro para intentar verle, estaba sonrojado.

-Supongo que volví a llevar la delantera, ¿Verdad?

-Cállate.–besé su mejilla y tardé en despegarme, adoro el contacto de su piel con mis labios–De..Deja de ganarme.

-No, así no sería divertido.

-¿Quién sigue?–preguntó Tsezugera y nadie respondió, ya llegó su turno–Niño, deja a tu hermana en paz y avanza.

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