En algún lugar inexistente, sin una localización concreta y sin rastro de vida, se podía apreciar un cuadrilátero, más bien era como un tablero de ajedrez. Era curioso. En la conocida "nada" existía un tablero de ajedrez vacío, con varios cuadros agrietados y otros, blancos, manchados de sangre.
Negro. Blanco. Negro. Blanco.
Ese era el patrón.
Una figura femenina apareció en el centro, portaba un elegante y pomposo vestido rojo, digno de la realeza. Su cabello oscuro caía con elegancia por sus hombros, apenas ondulado y sin necesidad de ser recogido, era perfecto así.
_Mi reino... ¿Se ha marchitado un poco? Estúpido Sombrerero, le dije que regara las plantas. ¿Y eso? Le dije que quería rosas rojas claramente_
—Reina Elizabeth.
_Agh, no hay necesidad de que me llames por ese horrible nombre, Makoto, ya no estamos actuando_
El pelinaranja asintió, no se le veía feliz pero mantenía una expresión neutra, a sus costados estaban Shun y Kiyoshi de mal humor, tenían una expresión fría y de disgusto que divertía a Elizabeth. Poco a poco, en todo el área alrededor del tablero, fueron apareciendo más personas y cosas. Un gran reino con su gran castillo.
—¡Mi reina, has vuelto!
_Agh, sigues vivo, creí que por fin te habían matado._ El pequeño y elegante hombre, con barba y cabello blanco, se entristeció al escuchar esas frías palabras de su adorada esposa. _Oh, Richi, quita esa cara, debes ser consiente que nunca te he amado. Era un compromiso arreglado, cariño, y en ese entonces no tenía ni voz ni voto._
—P-Pero, mi reina, yo te he dado todo lo que siempre has deseado.
_Si, es cierto... Pero aún así no pienso cambiar de opinión. Serás bueno en la cama y me diste una preciosa hija, que quiso matarme muchas veces por la corona, y los sirvientes siguen plantando rosas blancas. Eso quita muchos puntos._
A paso tranquilo se acercó a sus súbditos y por donde pasaba recibía una reverencia sincera, Elizabeth podía ser la Reina más loca, chiflada y lo que quieras pero tenía todo bajo control, no había diferencias entre los pueblerinos y no les faltaba nada, al contrario, ellos le debían la vida por haberles salvado.
El rey no tuvo de otra que seguir a su esposa, amaba que fuera así con él, era masoquista, y lo admitía con orgullo. Makoto lideraba el camino mientras los otros dos escoltaban a los reyes. No muy lejos apareció un hombre, de traje blanco y sombrero gigantesco, sonrisa descarada y mirada lunática.
_Inutil Sombrerero, ¿Qué te dije sobre mis rosas?_ Se paró ante él y le clavó dagas imaginarás que el gustoso recibió, fingiendo que le dolía obviamente.
—¿Dónde está? ¿Dónde está? ¿Dónde está?—preguntaba a ritmo acelerado, dando saltos y mirando hacia todas partes, jugaba con su bastón y su ojo izquierdo parpadean aún más rápido gracias a su tic nervioso.
_Ah, la nueva, ¿Verdad?_
—¡Sisisisisisisisisi!
_Leo, tráela._ El rubio apareció en medio de la gran plaza que adornaba la hermosa, y rara, ciudad que conducía al castillo. Igual que los demás, portaba un semblante frío y fúnebre pero cuando miraba a la chica en sus brazos podías notar dolor y arrepentimiento. El Sombrerero se acerco con dos grandes pasos y quitó la capucha que la cubría, solo él era el único contento con eso. _¡Ciudadanos, les presento a mi último peón, quién será una clave importante para nuestra futura y última guerra contra los bastardos que dominan este mundo! ¡Frente a ustedes... Alessandra Liddell!_
![](https://img.wattpad.com/cover/75028897-288-k179111.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Vía De Escape
Fanfic-¿Por qué?... ¡¿Por qué?! No pedía mucho, solo una familia... una que me quisiera -¡ABRE ESA PUERTA JOVENCITA! -Yo solo deseaba... poder vivir en paz... -¡YA DÉJALA, NO LA MOLESTEN MÁS! -¡CÁLLATE! TAMBIÉN ERES INÚTIL-pudo apreciarse el característic...