Narra Kenia.
Sin saber como, me encontraba en la puerta de mi casa, tenia miedo, el regresar a ese lugar donde pasaste los peores momentos de tu vida no era algo agradable. ¿me gustará lo que habrá allí dentro? ¿como estará mi madre y mi padre? No tenia el suficiente tiempo para responder esas preguntas, así que sin más entre a la casa.
Todo se encontraba como lo recordaba, la sala, la cocina, el baño. Pero... No encontraba en ningún lugar a mi madre, pensé en los lugares en los cuales ya había buscado y me faltaba mi habitación, el problema es que yo no quería entrar, no podía, no lo haría. Tal vez era muy estúpido de mi parte el no querer hacerlo, tal vez solo le tenia miedo a los recuerdos, pero necesitaba verla, oír su voz. No fue la mejor madre, pero yo la quería a pesar de todo.
Mis manos temblaban, y mi respiración era agitada, lo cual me daba señal de que había un mortal cerca. Tome la perilla, y...
Narra Abraham.
Mis sentidos no despertaban, trataba de moverme, de decir algo, pero por mas que lo intentaba no podía, no escuchaba nada ¿acaso estaba muerto? No, esto no podía pasar, seguía mandando señales a mi cuerpo. De poco a poco la luz lastimaba mis ojos, empecé a pensar que había llegado mi hora, pero no fue así, simplemente estaba abriendo mis ojos. Un ensordecedor sonido se escucho, eran las sirenas de una policía o una ambulancia, no sabia reconocer. Mi garganta estaba seca, ¿Que estaba pasando? Estaba desesperado por que mis ojos se abrieran por completo, pero como si estos leyeran mis pensamientos volvieron a cerrarse. ¿este era mi fin?
De nuevo no podía hacer nada, mis pensamientos se alejaban, era como si mi cerebro se apagará, otra vez me derrumbaba.
Narra Kenia
¿pero que estaba haciendo? No podía abrir la puerta, o ella me vería. Mi mente contó tres y cruce.
Lo primero que vi, fue todo mi cuarto como lo había dejado, unos malos recuerdos me invadieron, pero se alejaron cuando mi vista se centro en la pared junto a mi cama, aunque se podría decir que ya no se veía la pared, si no, muchas imágenes de un Abraham sonriente. Escuche unos sollozos, gire un poco mi cabeza, y ahí estaba mi madre, sentada en mi escritorio, en su mano sostenía un marco para fotos, pero no alcanzaba a ver que tenía, su otra mano cubría su boca, negaba con la cabeza, sus mejillas estaban levemente enrojecidas, verla llorar así, me destrozaba, tenia ganas de ir y darle un fuerte abrazo, decirle que estaba con ella, y que superaríamos esto juntas, como alguna vez quise que me dijera a mi, pero no podía, no sabría que traería eso de consecuencia.
Me acerque cuidadosamente, para ver lo que el marco contenía, mis labios se entre abrieron, era un collage que había hecho de pequeña, recuerdo que me robe un gran álbum de fotografías, y recorte el rostro de mi padre, madre y el mio, y los pegue en otro recorte de revista que mostraba una familia feliz, al lado le colgué un papelito, que decía "Lo que la realidad me quito, pero los sueños me dejaron"
Otro sollozo me saco de mis pensamientos, observe a mi madre, estaba buscando algo en el cajón, de este saco un lápiz y un pedazo de hoja y se puso a escribir. Dejo la nota junto del retrato, se levanto y salio de la habitación. Me acerque a leerla.
Querida Kenia:
Tu padre y yo no nos hemos visto desde que te fuiste, lo odio, si no fuera por él, tu seguirías aqui, conmigo.
Te amo, lamento no ser lo que esperabas, si, tal vez es extraño que te escriba esto ya que jamas lo Leerás pero necesito decirte algo: vuelve, te extraño.
Atte:
Tu madre.
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"La Noche" ||Abraham Mateo||
Teen FictionÉl salvó su vida. Y ella no con vida salvara la suya.