La Nieta De Dumbledore [Draco Malfoy y Tú]

Capítulo XX

Narra _____:

Me encontraba caminando en dirección a la Sala de Astronomía, había quedado con Draco mediante cartas en juntarnos hoy en nuestra hora libre antes de ir a Cuidado de Criaturas Mágicas. Debía de cuidar que nadie sospechara, seguía siendo nuestro secreto. Ni siquiera mis amigos estaban enterados, a excepción de Hermione. No es que no confiara, podrían dejar de hablarme o hasta perder su amistad y era lo que menos quería. Ross tampoco estaba enterado.

Crucé junto a la gran gárgola que da a la oficina de Dumbledore y escuché un fuerte grito el cual hizo que parara de inmediato.

— Debe estar bromeando, director.— añadió una voz gruesa.

— No, Severus, la primera vez que la vi lo presentí, pero ahora estoy seguro que es ella. Tantos años buscándola y la tuve frente a mis ojos. Cuando fue seleccionada en Gryffindor y la varita, totalmente parecida a la mía, Severus. Natalie y Daniel no son sus verdaderos padres, sólo cuidan de ella.— dijo esta vez Dumbledore.

¿Natalie y Daniel? ¿Se refiere a mis padres o es que hay otros padres llamados igual? Y si es que lo son, ¿no son mis verdaderos padres? ¿Todo este tiempo he sido engañada?

Sentí mis ojos picar, mi corazón se aceleró y sólo quería huir de ahí. Pero escuché una frase, una frase que cambiará todo desde ahora.

— _____ Moore es mi nieta. _____ Dumbledore.

La gárgola comenzó a girar lo cuál significaba que alguien venía y no debían verme ahí. Corrí lo más silencioso y rápido que pude. No aguanté más y lágrimas comenzaron a caer sobre mis pómulos. Todos los estudiantes posaban su mirada en mí pero yo sólo los evitaba y debía llegar a mi destino; la Sala de Astronomía.

— ¿_____? ¿Por qué estás llorando?— susurró Draco. No me detuve y corrí a sus brazos soltando todo lo que tenía dentro. Todo lo que había escuchado no tenía sentido para mí, mis padres no eran mis verdaderos padres, Ross ya no era mi hermano y Dumbledore era mi abuelo.

Recordé la vez en que todos dormimos en el Gran Comedor debido al ataque de Sirius Black y la conversación que escuché de Snape y Dumbledore:

"—¿Y la señorita Moore sabe que es...? Usted sabe.—preguntó Snape.

—La primera vez que la vi, supe que era ella, pero no estoy muy seguro de eso, Severus."

Todo empezaba a cobrar sentido dentro de mí, pero aún no podía creer que mi vida era una mentira, una total farsa, mis verdaderos padres no me querían y me alejaron de mi abuelo.

Draco se sentó en el suelo apoyando su espalda en la pared mientras yo seguía agarrada a él llorando. Poco a poco me iba tranquilizando mientras el sobaba mi espalda. Mi respiración finalmente se niveló.

— ¿Te sientes bien? ¿Quieres decirme todo lo que pasó?— añadió. Me alejé un poco de él para poder mirarlo y lo más probable es que mi cara esté un desastre, pero no me importaba porque yo confiaba en él y debía contarle todo. Expliqué cada detalle, desde las palabras de Snape hasta mi llegaba a la Sala de Astronomía.

— Sabes, — añadió. — desde que era pequeño, he escuchado conversaciones extrañas sobre una heredera, la desaparecida nieta de Dumbledore. ¿Crees qué — tomó una pausa. — seas tú?

Otro recuerdo invadió mi mente. El día en que recibí mi varita y las palabras que pronunció el señor Ollivander:

"— Varita de Saúco, con nervio de pelo de cola de Thestral. — agité la varita y todo lo quebrado volvió a su forma original. — Eres la heredera, el día ha llegado."