16 - Niña

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Chiquilla, que pintas trenzas en tu cabello.

Mi niña, mía, que bailas desenfrenada y sonriente, incansable.

Y te vistes elegante.

Sí elegante significa esa playera y esos shorts, y tus pies descalzos y desnudos, tal como tu inocencia.

Transparencia.

Y se ve a la legua.

Mi belleza, joven fresa, mi manjar de emociones.

Veo como caes y no te rompes, y tu llanto no se expone.

No llores, pequeño pétalo, deja que el dolor fluya...

Pero no rompas esa carita de porcelana.

Te doy, en cambio, mi pañuelo y mi palabra.

No llores, pequeña y linda niña, deja que el dolor salga.

Y no te ahogue en un drama.

Pues todo se arregla, si esperas bajo la rama.

Bajo aquel árbol, bajo la estrellada manta.

Y mira el firmamento de almas.

Mientras que las palabras se desmayan, y sucumben bajo tu mirada.

Y sólo tú y tú, y nadie más que tú logra callarlas.

No llores, mi niña, ya no hay más secretos ni fantasmas.

Ni en tu ropero ni debajo de la cama.

Duerme mi bella durmiente, y sueña con las almas.

Con las estrellitas que brillan arropadas.

Y sueña, y sueña.

Y siente mis caricias, y mi beso en tu frente.

Buenas noches, mi niña, aquí te veo otro día.

Disfruta tu sueño, no sabrás cuándo termina.

Pues si fuese por mí, vivirías soñando. Y así quizás entiendas lo mucho que te amo.

Buenas noches, mi niña, y sueña la vida.

Y cuando despiertes, cuéntame tu aventura.

Un Sol PoéticoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora