40 - El Pibe (parte uno)

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¡No me sirve ser como supongo ser! ¿Y, a ver, quién carajos sos para hundirme? Si escribo mi mugre, totalmente, solo.
¡Si fuese tan fácil ser como vos, maestrx!
¡Dejá de despedazar mi alma! ¿No ves que la tengo que devolver como me la dieron?
¿No ves que me forzas a devolverla sin haberla usado? Y encima sucia.
No sé qué hago, qué escribo, y la música triste en mi auricular ya no me hace llorar. Sólo... es un limbo. Escucho el mismo tema, cometo los mismos parpadeos y suspiros, y cambio la canción una y otra y otra vez.
Si fuese fácil.
A veces, muchas veces, casi siempre y siempre siento nada en mi corazón, no siento la sangre, y siento que lo sellan al vacío, que se contrae, que lo aprietan, que lo apretujan y lo hacen ahogarse.
Y siempre era más. Siempre era explotar, en ira, mis manos rompían todo a su paso y yo les daba permiso a lastimarme. Pero no era suficiente.
Una vez soñé, como inconsciente caminaba por una feria con un porro entre mis dedos y una bolsa llena de ellos en mi bolsillo, la gente se alejaba, y yo seguía caminando solo, sin reír, mareándome. Nunca pensé soñar el futuro, es como si una parte de mí me susurra "va a pasar eso, hace algo o disfrutalo cuando pase". Pero ese día, cuando terminé los porros en mi mundo imaginario, tomé una pistola, todo era ruido y gritos, y de repente, sentí un leve golpe en mi paladar, después estaba seco, y ya no escuchaba nada.
Siempre tuve mis teorías. Quizás mi subconsciente se suicidó. Quizás me dijo "eso está pasando, disfrutá. No lo vas a poder parar".
No es el primero de esos sueños, pero sí el último que tuve hace meses.
Y tenía razón. Me siento adicto al porro, ya no me hace feliz uno, sino dos, y quizás me aburra pronto porque no paro de pedir una tercera ronda. Y con dos apenas puedo caminar y no caer.
Ya no exploto en ira. Exploto en nada. Como si bomba, a segundos de explotar, se diga "ya fue, ¿de qué sirve?", y se desactiva sola. Pero queda el sentimiento de hacer mierda, pero no las fuerzas de hacer mierda. Me quitan la pólvora para prenderle fuego a mis últimos alaridos de energía, y éstos mueren sin hacer el espectáculo.
No es poesía, es sólo una nota vacía de alguien que no importa y a la vez sí. Un cuento sin terminar. Una infinidad de ideas sin desarrollar. Una docena de libros que no conocerán la luz. Y yo, un artista muerto.
"He aquí un artista como me gustan los artistas, cuyas únicas cosas más importantes en su vida sean su sustento y su arte" me dio a entender un viejo de por ahí, cuyas letras amé. Pero, ¿será verdad?
Yo no soy un artista. Yo soy un muerto, y la línea es muy delgada: nos diferencia la devoción a la belleza. Yo no tengo. Yo sólo soy devoto a mis sentimientos, y yo no seré nunca un bello ser. No quiero reencarnar en un gusano, en una planta, ni en un águila. Ojalá reencarne en mis queridos personajes de cuentos que yo mismo escribí. Ojalá reencarne en mí, para hacerme un ser bello.
Ojalá morir me dé la vida eterna en un libro de arte, y ojalá las personas digan "era malísimo, pero al menos fingió tener el don de mejorar". Al menos supe mínimamente qué quería. Es una pena que nunca logre cumplir esos sueños.
No es una nota de suicidio, es un... pedazo de papel. Yo ya me morí.
Solamente... quería que el yo de antes pudiera despedirse, así que... Sí, lo reviví. Para ustedes, queridos lectores que no alcanzan a ser quince personas.
No voy a agobiar a nadie con despedidas largas y específicas. Sólo diré...
Adiós, obviamente es para siempre, y me dolería si fuese alguien. Pero, para el resto del mundo... no duele.
Si soy un boludo, lo sé. Odio saber qué soy, aunque peor aún es saber que nunca cambiaré.
Esto empezaba como un poema, así lo pensé, pero en el proceso me dejó mi novia, la otra chica que me gusta me dijo que le gusta otro y aprendí que no sirve de nada escribir cosas si, de todas formas, nadie las leerá.

Un Sol PoéticoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora