Hermano, que buscas refugio en el matador.
Que sufres dolor en tu tortura. Pronto verás a tu Dios.
Perdóname, Toro. No te salve del dolor.
Tus heridas y los banderines en tu cuerpo. El estoque en tu interior. Pronto dejarás este mundo.
¿Por qué te hacen eso?
Es cultura y devoción.
O masacre y mutilación.
Respiras tu hierro carmesí, que brota de tu boca y te quiebras en llanto.
Deberías estar en un lleno de pasto y llano terreno.
Malherido, buscas tu redención.
Ven en tus ojos otra intención.
Y tu vocación es sentir y terminar por un criminal.
Duerme, mi hermano.
Deja caer tu cuerpo sobre la arena, y que la sangre fluya lento. Pronto estarás en casa, compañero. Pronto dormirás eternamente, y en tus sueños correrás libre de cuerpo y corazón.
Se acerca tu asesino, y con agradecimiento miras su rostro. Pronto te liberará de tu agonía, la bestia, el torero.
Duerme, mi bello animal. Deja caer tu cabeza, y descansa. Tus heridas ya no dolerán.
Tus ojos ya no se abrirán, y tu llanto no se expondrá jamás.
Ve, mi hermano menor, sé libre en los prados del Edén.
Corretea por las tierras en un cerro de piedra.
Y duerme, donde el dolor no exista.
Duerme, mi hermano, y duerme.
Nos veremos en otra vida, donde sí cuidaré de ti. Y donde de cerca me ves.
Y no hay temor.
Adiós, Toro.
Te veré pronto.
Sueña en lo bonito del mundo, que hace mucho viviste.
Yo me quedo, a cuidar lo que hiciste.
Tus demás becerros hijos y hermanos, que siguen vivos y agonizando.
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Un Sol Poético
ПоэзияPoemas de todo tipo. Algunos poemas motivadores, otros no tanto. Unos cuantos para recordar un día de café, o algunos pocos para leerlos con una taza en mano. Y muchos, muchísimos, para recordar, para amar, y para existir plenamente.