❁Tres rosas azules❁

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Con el tiempo, mis sentimientos no cambiaron, actualmente tengo 24 años y mi corazón seguía correspondiéndole a la chica de cabellera plateada y ojos azules como el mar. Siempre me imaginaba lo hermosa que se habría vuelto, y a pesar de que se veía mayor que yo, no me importaba, mi amor por ella no cambiaría.

Esta noche celebrábamos la Navidad, así que aproveché la mañana para patinar, por lo que me he levantado temprano para ir al Ice Castle. Realicé el camino corriendo como todos los días, hacía esto con el objetivo de mantenerme en forma, ya que engordo fácilmente si no hago ejercicio, aunque esa no es la única razón, también me gusta sentir la sensación del viento recorrer mi cuerpo, me hace sentir relajado.

En la actualidad, Yuko ya no practica conmigo como cuando éramos niños, ya que ella es la encargada del Ice Castle junto a su esposo Takeshi, pero no la culpo, hemos crecido y ahora cada quien tiene sus responsabilidades, aun así seguimos siendo grandes amigos. Ahora quienes me acompañan son sus trillizas: Axel, Lutz, y Loop, debo decir que son unas niñas bastante traviesas y también están interesadas en el patinaje, así que de vez en cuando les doy una cuantas lecciones, otras veces ellas sólo se sientan a observarme patinar y a veces me graban, me da intriga saber que harán con esos videos, pero nunca les he preguntado.

Esta mañana estuve patinando por unas cuantas horas y al terminar me encontré con las trillizas aún con sus pijamas:

—¿Por qué tan temprano hoy Yuri?—dijeron al mismo tiempo, a lo que yo les respondí:

—Porque esta noche será Navidad, y hoy me pasare el día con mi familia.

—¿Y que hay de nosotras Yuri?—dijo Lutz con una cara decaída.

—¿No pasarás la Navidad con nosotras?—le siguió Axel.

Y por último Loop:—¿Acaso nosotras no somos también como tu familia?

Les mostré una sonrisa y les aclaré las cosas:—No se preocupen, también celebraré la Navidad con ustedes. ¿Su mamá no les ha dicho que vendrán al negocio esta noche?

Las pequeñas parecían bastante asombradas con la noticia que no pudieron evitar ponerse a celebrar.

—¡Festejaremos Navidad con Yuri!—se pusieron a decir en voz alta y después de esto se retiraron corriendo hacia donde estaba su mamá.

Salude a Yuko pero al mismo tiempo me despedí de ella, pues ya me tenía que ir a desayunar; había acordado con un amigo que desayunáramos en un café, para mi suerte el lugar se encontraba a tan solo una cuadras así que no tarde en llegar.

—Hola Phichit, disculpa si te hice esperar.

—No te preocupes Yuri, no tiene mucho de que vine.—Me dijo con una gran sonrisa.

Nos pusimos a platicar un rato mientras esperábamos nuestra comida, y en el momento que ésta llegó, yo ya le había empezado a disfrutar mientras veía como Phichit le tomaba foto a la comida, ya no se me hacía raro viniendo de su parte, incluso al terminar, me hizo tomarme una selfie con él en la salida de la cafetería, ya puedo imaginarme como estará mi Instagram repleto de selfies navideñas de Phichit; hablando de eso, lo invité a pasar la Navidad en el negocio de mis padres, pero él tuvo que rechazar mi invitación, me dijo que hoy vendría su familia a pasarla con él, pero a cambio me acompañaría a mi casa. Está claro que a pesar de su obsesión con las fotos, consideró a Phichit como mi mejor amigo, a quien le tengo bastante confianza; sin embargo nunca le he dicho sobre aquella chica. Él es ese tipo de persona que te molesta cuando estás enamorado, aunque tal vez algún día llegue a contárselo, de hecho, ahora que lo pienso... nunca se lo he dicho a nadie, pero bueno, eso no importa.

Llegando a mi casa me dediqué a ayudar a mi familia con el negocio, ¿recuerdan lo de responsabilidades? Bueno, apoyar en el negocio familiar se ha convertido en una de mis responsabilidades, trabajo de mesero por las tardes, pero hoy cerramos temprano por la misma razón de que es nochebuena.

Estaba lavando los platos cuando mi hermana me habló:

—¿No vas salir con la novia?—en tono burlón, sabiendo que yo no tenía novia.

—Yo no, ¿y tú con tu novio?—no se me ocurrió otra mejor cosa que decirle, y gracias a esto se fue callada a su habitación.

Fingí que las palabras de Mari no me afectaron, pero realmente me hizo sentir deprimido, porque si el destino lo hubiera querido, hoy hubiera podido salir a festejar con la chica de la cual sigo enamorado. Me encontraba tan aislado en mis pensamientos que no escuche el timbre, hasta que mi mamá me lo hizo notar:

—Yuri ¿puedes abrir la puerta por favor? Dile que ya cerramos por hoy.

—Ok mamá.—Me dirigí a la puerta, la abrí y dije las palabras que mi mamá me ordenó:—Disculpe señor, ya hemos ce—no alcancé a terminar porque fui interrumpido por éste:

—¡Hola Yuri! Cuanto tiempo.—terminando de decir esto, me abrazo repentinamente.

Yo lo aleje de mí por impulso y sólo mostraba una expresión confundido.

—¿Acaso no me recuerdas?—seguido de esto puso frente a mí una rosa azul que tenía escondida atrás de su espalda.

Una rosa... ¿¡¿azul?! No puede ser...

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NOTA: Phichit está de estudiante de intercambio en Japón. uwu

Blue Roses #AwardsOnIce [Pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora