Transcurrieron dos días desde que Oswald le había confesado lo que sentía a Ed, dos días realmente maravillosos junto a él y a la vez demasiado paranoico de que descubriera lo que había hecho. No dejó ningún cabo suelto, hizo que todo pareciera un accidente, no tenía de qué temer, aun así, a veces el sueño lo abandonaba por completo, pensando solamente en que lo que había conseguido con Edward se esfumaría tan rápido como la vida de Isabella.
Eran aproximadamente las dos de la mañana cuando oyó el sonido de cómo alguien tropezaba con una silla. No hacía mucho que había conseguido dormirse, ahora esa idea de volver a hacerlo se evaporó por completo. Abrió los ojos con una pereza desorbitada para distinguir una sombra deambulando por la habitación. No se alarmó, podía distinguir a la silueta de Edward en cualquier lugar. Estaba vestido con su traje, ¿tenía pensado salir a esa hora?
− ¿Qué pasa Ed? – Su voz aún estaba ronca. – Vamos ven aquí y duerme un poco más.
− Lo siento Ozzie, hay un asunto pendiente y lo tengo que acabar hoy.
Su voz era más grave y seria de lo normal cuando contestó. Esto hizo que se incorporara en la cama, quedando sentado y mirando a Ed en la oscuridad de la habitación.
− ¿Es muy urgente? ¿Puedo ayudar?
− No. No tienes por qué preocuparte. – Esbozó una sonrisa. – Duerme.
− Si tú lo dices ... pero ten cuidado.
Sabía por qué lo decía, ambos sabían cuidarse bien las espaldas, pero aún desconocían quién había sido el atacante de Oswald. Edward se dirigió hacia él, acercándose lo suficiente para que sus labios se unieran con los de Oswald, un ligero toque entre ambos.
− Tendré cuidado. Te lo prometo.
Ed se alejó de él, agarró su chaqueta y, antes de abandonar la habitación, se despidió con un guiño.
****
La oscuridad nocturna envolvía la mansión, haciendo que se viera tétricamente hermosa a la tenue luz de la lamparita. A pesar de que Ed le había sugerido que continuara durmiendo, no había podido pegar ojo. No le había contado de qué asunto se trataba, tenía miedo y estaba demasiado inquieto como para que se volviera a dormir.
Había bajado al salón, sin parar de dar vueltas de aquí para allá, mirando el reloj que ahora marcaban casi las cuatro. Desde que se marchó a las dos no había llamado ni sabía nada de él, la angustia lo carcomía desde dentro, sintiéndolo en sus entrañas. Aunque le había dicho que no se preocupara, era imposible no hacerlo.
Sin esperar un minuto más se cambió el pijama y salió en su busca. Tal vez el atacante de la última vez había ido ahora a por Ed, ¿y si estaba herido? O algo peor. Alejó rápidamente ese horrible pensamiento de su cabeza, montándose en el coche y quedando prácticamente inmóvil. No tenía idea de por dónde empezar a buscar, lo le había dado ninguna información, ni siquiera una pequeña pista de a dónde iba o qué iba a hacer. Después de unos segundos, decidió ir al edificio de juntas, tal vez había surgido algo relacionado con el trabajo, aunque a esa hora lo dudaba.
Miró una vez más su reloj de pulsera, faltaban dos minutos para las cinco de la mañana, lo que le decía que llevaba una hora dando vueltas por todo Gotham, buscando por todos los lugares donde pensaba que podría estar, incluso se pasó por la comisaría de policía. Estaba totalmente desesperado.
Con un suspiro, decidió volver a la mansión, era absurdo continuar dando vueltas. Mientras giraba en una de las bifurcaciones de la zona, vio a Edward salir de un bloque de pisos que, a juzgar por su aspecto, se trataba de uno de los más antiguos de la ciudad. Estaba casi en ruinas. Reprimió el impulso de salir del coche y correr hacia él. Antes de irse de confirmó que todo estaba bien y que no se preocupara, si lo veía allí, tal vez se molestaría, así que aguardó en el coche. Al menos sabía que estaba bien.
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Nygmobblepot
FanfictionMini-historia/One-Shots dedicada a Edward Nygma y Oswald Cobblepot personajes de la serie de televisión "Gotham"