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La visita

La noche pintaba de negro todos los rincones de la mansión excepto el salón iluminado por la gran chimenea, Oswald se abrió poco a poco los ojos y divisó las grandes llamas que habían en esta, a los pocos segundos notó que no estaba sobre el sofá, sino sobre el regazo de Edward, no sabía como había llegado a parar allí, no recordaba nada.

Oswald levantó poco a poco la cabeza hasta mirar a Edward y sus ojos verdes se encontraron los los oscuros de Ed, lo estaba mirando, no sabía por cuanto tiempo pero lo miraba. Oswald noto como se sonrojaba, estaba acostumbrado a estar cerca de Ed, pero cada que lo miraba tan fijamente no podía evitar ponerse algo nervioso y sonrojado.

-- Ozzie, por fin despiertas, me tenías preocupado. ¿No recuerdas nada de lo que pasó? -- Edward lo miraba con ojos ansiosos, esperando la respuesta de Oswald.

-- No recuerdo nada, tampoco recuerdo como he llegado hasta aquí ... -- Oswald seguía mirando a Edward a los ojos.

-- Me tenías preocupado porque ayer te fuiste sin decir nada y cuando me dispuse a buscarte te econtré tirado delante de la puerta, estabas helado, así que cogí una manta y te traje hasta aquí. --le explico con una pincelada de preocupación en el rostro.

-- No recuerdo nada de eso Ed, siento preocuparte ... ayer ... iba a algún lugar pero no se donde -- dijo frustrado ante la situación, quería recordar, quería decirselo para calmarlo pero su memoria se negaba a recordar. -- no recuerdo haber quedado para ningún negocio, ni alguna otra razón por la que debiera salir.

Edward no le preguntó nada más, era obvio que por mucho que recordara no iba a obtener ninguna respuesta clara, Oswald no se acordaba absolutamente de nada, era extraño, no había quedado en verse con nadie y tampoco por otras razones, todo este tema le tenía intrigado pero intentó cambiar la cara de preocupación para no preocupar a Oswald sin motivo, al fin y al cabo no había resultado herido y eso era lo que le importaba a Ed, no soportaba verlo herido o sufriendo. Le dedicó una sonrisa a Oswald, agachó su cabeza y unió sus labios con los de él, a Oswald lo cogió con la guardia baja, no esperaba que lo besara, pero eso no lo detuvo para devolverle el beso, Oswald adoraba como lo besaba Ed, lo besaba con delicadeza, como si el fuera de porcelana a punto de romperse, amaba ese gesto de él, pero en ese momento Oswald decidió hacerle saber a Ed que no era de porcelana, que no podría romperse tan facilmente, intensificó el beso y se lo devolvía cada vez con más ferocidad, Ed ahogó un gritito en el fondo de su garganta, agarró a Oswald por los hombros y lo empujó hacia detrás dejandolo tumbado en el sofá y se posó sobre él. Podía notar su cuerpo bajo el suyo, exploró con sus manos la espalda de Oswald y este enredó sus dedos en el cabello de Ed, a pesar de que era corto lo notaba suave al tacto, era un sueño del que ninguno de los dos quería despertar, pero los momentos no son para siempre y el timbre de la puerta sonó.

Edward alzó la cabeza en dirección a la puerta y Oswald, recuperando el aliento, se le quedó mirando con la tristeza reflejada en sus ojos claros, era increible como en esos momentos se interrumpían por culpa de algo o alguien.

Edward se levantó y se dirigió hacia la puerta, tenía aun el pelo revuelto por Oswald y la camisa arrugada por fuera del pantalón, abrió la puerta y se encontró con Selina al otro lado.

-- ¿Qué haces aquí? -- le gruñó Edward con el ceño fruncido.

-- Vaya tranquilo eh, estoy aquí para recoger mi recompensa por el trabajito de la última vez, puede que tu no te acuerdes pero yo si, así que venga, suelta la pasta -- le respondió la chica extendiendo una mano.

Edward la miro de arriba abajo con desprecio y se dió la vuelta dirigiendose al salón, donde tenía el dinero en una de las estanterias, cuando entró a este vio que Oswald no estaba se había ido, poco despues escuchó el grifo de la ducha, "estupendo" pensó Ed con sarcasmo. Cogió el dinero y se dirigió de nuevo a la puerta donde se encontraba la chica.

-- Aquí tienes -- dijo mientras le arrojaba la bolsa con el dinero.

-- Pareces molesto, ¿he interrumpido algo? -- pregunto la chica mientras miraba que todo el dinero acordado estaba en la bolsa.

-- No, nada que te importe.

-- Ah bien, pues es un placer hacer negocios contigo -- dijo mientras se daba la vuelta para irse por donde había venido.

Edward, con el ceño fruncido, la siguió con la mirada y cerró la puerta de un portazo. Cuando volvió para el saló vio que Oswald ya había regresado de la ducha y estaba dormido en el sofá, Ed lo miró y dejó de fruncir el ceño, esbozando una pequeña sonrisa, miró al suelo y suspiró, acto seguido se dirigió el también hacia la ducha.

Tras una relajante ducha, Edward se dirigió hacia el salón de nuevo, tenía la intención de acurrucarse junto a Oswald pero este no estaba en el sofá, no le dio importancia, podría haber ido a la cocina a por algo de comer o beber o quizá al baño.

Edward se dirigió a la cocina pero no estaba allí, llamó a la puerta del baño y nadie contestó, era extraño, era como si no estubiera en la casa, entonces lo escuchó, un ruido procedente de afuera, Ed pensó lo peor y corrió hacia afuera, cuando salió hacía frió y el viento le heló la cara pero no le importó, lo único que le importaba era ver a Oswald.

Miró por los alrededores de la mansión y lo encontró, sentado en uno de los bancos del patio trasero, era extraño como si no se percatara de su presencia, y entonces se dió cuenta, tenía los ojos cerrados, Ed fue corriendo hacia su lado, lo llamó pero no despertó, entonces lo cargó en sus brazos y lo llevó hacia el interior de la mansión.

Oswald abrió los ojos poco a poco y se encontró de nuevo en el sofá sobre el regazo de Edward, era extraño, como si eso mismo le hubiera pasado antes hace un momento, y así era.

-- Estás despierto -- era la voz de Ed, este le estaba mirando, de nuevo.

-- Sí, no se muy bien que ha pasado, recuerdo haberme duchado y acostado en el sofá, creo que me quedé dormido -- explicó Oswald

-- Eres sonambulo Ozzie, ¿no lo sabías?

-- ¿Sonambulo? ... -- Oswald se calló por unos segundos y luego continuó hablando -- mi padre era sonambulo pero se supone que eso se nota desde cierta edad cuando se es pequeño y yo nunca he sido sonambulo. -- explicó Oswald.

-- No creo que sea por tu padre, pienso que ha debido de ser causa de la medicación para tu herida -- dijo Ed mirandolo fijamente.

-- Sea heredado o por la medicación, no me importa si cada vez que despierto es así, la chimenea, el sofá y yo en tu regazo -- Oswald le dedicó una pícara sonrisa, Ed sonrió a su vez -- además esta vez si me acuerdo de que estaba haciendo antes de que me pasara esto y la verdad no me gusta que me interrumpan cuando estoy con algo importante -- Edward comenzó a sonreir cada vez más, Oswald lo agarró por la camisa y lo tumbó en el sofá quedando encima de Edward.

-- ¿Y qué es eso importante que estabas haciendo? -- le preguntó Ed con una gran sonrisa en su rostro.

-- Ya verás Eddy -- y Oswald unió de nuevo sus labios con los suyos.