🔞Especial San Valentín R18🔞

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Oswald estaba cansado de ver anuncios y programas especiales por la televisión sobre San Valentín, nunca le había llamado la atención aquella fiesta, si se podía llamar fiesta. ¿Sólo una vez al año declaras tu amor? ¿y el resto del año no cuenta? Había personas que salían en los programas quejándose y llorando porque su pareja no hacía nada interesante en un día tan especial. Con un suspiro apagó la televisión y se levantó del sillón situado cerca de la chimenea. Oswald había acabado de almorzar y Ed no estaba por ningún lugar, estaba completamente sólo en aquella gran mansión. 

La noche anterior, antes de irse a dormir, Edward ya le había advertido que este día y el siguiente no estaría por la casa, tenía planes pendientes y no podían esperar, Oswald lo entendía perfectamente, los negocios eran los negocios, además aquel día no significaba nada para él, al contrario, tanto amor por el aire le empalagaba y le daban arcadas. La chimenea aún desprendía un tenue calor por haber estado encendida la noche anterior. Oswald decidió levantarse y dar un paseo por las frías calles de Gotham, en la casa no tenía nada que hacer, así que cogió su bastón y su abrigo y se marchó cerrando la puerta principal con llave.

Las calles eran aún peor de lo que lo eran los programas de televisión, eso fue lo que pensó  cuando veía los escaparates de las tiendas de color rosa o rojo y todo, absolutamente todo, decorado con corazones, cupidos y parejas abrazadas o besándose. Aunque no hacía falta mirar un escaparate para ver aquel panorama. Las parejas paseaban por las calles cogidos de la mano, acaramelados y sonriendo. Oswald los miraba a todos con un atisbo de asco, demasiado amor en Gotham. Mientras caminaba por la calle se cruzaba con más y más parejas. En un segundo que apartó la mirada del camino, alguien chocó contra él, este le dio un gesto de pocos amigos, dedicándole una amenazante y gélida mirada.

- Guárdate esa mirada para otro, conmigo no funciona. - Dijo Selina burlona.

- ¿Y dónde vas con tanta prisa? ¿Algo que robar?

- ¿Robar? No, esta vez no. Hay alguien que quiere invitarme y consentirme todo el día de hoy, así que me voy, no puedo entretenerme. Tengo que aprovechar todo el tiempo posible.

Selina le guiñó un ojo y se perdió entre la multitud, increíble, pensó Oswald, alguien como Selina celebrando también San Valentín. De pronto, allí parado con el frío del atardecer y tanto sentimiento alrededor suyo, sintió que en el fondo le hubiese gustado estar con Ed, no en el sentido meloso, pero por lo menos, disfrutar de su compañía. Con un suspiro, dio media vuelta y continuó andando en dirección a la mansión. Había experimentado demasiado San Valentín por la calle. El camino a casa fue incluso más solitario, sentía el gélido aire como diminutas agujas de cristal sobre su piel.

Cuando Oswald estaba de nuevo en la entrada principal de la mansión, sacó su llave y para su sorpresa, la puerta no tenía el seguro puesto, estaba abierta. Ed no estaba, así que alzó su bastón por si tenía que defenderse, abrió la puerta poco a poco, cereándola tan despacio que no se oyó ni el clack de la cerradura. Poco a poco avanzó con la guardia bien alta y, en la mesita de la entrada lo vio; un sobre verde. Automáticamente bajo el bastón, lo dejó al lado de la mesita y se quitó el abrigo, luego cogió el sobre para abrirlo. 

"El amor y el dolor van de la mano, si sabes cómo, podrás disfrutar de ambos"

Oswald resopló, no tenía ni idea de su significado o de qué trataba aquella nota, viniendo de Ed podría ser cualquier cosa. Le dio la vuelta a la carta y había un dibujo de una flecha que señalaba hacia arriba. Oswald dio por hecho que se refería al segundo piso, por fin algo claro, así que se dirigió hacia la escalera. La casa estaba en total silencio, no se oía nada, como si no hubiera nadie allí, solo él. 

Una vez en el piso de arriba, atravesó el pasillo, tomando la dirección de su habitación. Cruzó la puerta y se detuvo. Allí no había nadie. Cuando se dispuso a irse, alguien le tapó los ojos con una venda completamente negra, no veía nada, como si se hubiese sumergido en una total oscuridad. Intentó quitársela sin embargo, antes de que pudiese hacerlo alguien le agarró las manos, "click" escuchó y sintió como algo frio rodeaba sus muñecas, no podía moverlas, ya había sentido ese toque metálico antes. Unas esposas. 

NygmobblepotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora