Capítulo 13

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EX'ACT Corporación. 5:00 p.m. Islas Heard, Australia.

Hace un año

Amelie salió antes que sus compañeros de la habitación, seguían revisando a los chicos que pronto serían llevados al tercer piso para continuar con el proceso. Camino apresurada pero sin dejar sospechas, estaba a punto de hacer algo, de lo que seguramente, le va a quitar su lugar en la corporación pero eso no le importó en absoluto. Quería salvarla y lo va hacer ¿como? No tenía ni idea pero algo se le ocurrirá.

Llegó a la habitación de la chica y le dieron ganas de llorar con solo verla conectada a todos eso cables. Miro a todos lados para verificar si nadie la había seguido y una vez que vio que estaba despejado, desconecto el aparato para que a la hora de quitarle los cables no se escuchara.

Empezó con los de la cabeza y terminó con los de las manos, la chica respiraba tranquila, como si estuviese dormida cuando en realidad está en un estado de coma. Paso su brazo por debajo de sus rodillas, la otra por su espalda y la elevó, no estaba pesada, es una chica de estatura promedio y es delgada.

Salió de la habitación con un poco de dificultad pues no podía abrir la puerta, cuando al fin pudo, observó a ambos lados. Vacíos. Suspiró y siguió su camino hasta el elevador.

Los pasillos están muy tranquilos, se escuchan las máquinas de todos los adolescentes a punto de ser llevados, sintió lástima por ellos pero ya encontraría la manera de que todo esto acabe. La corporación no lleva mucho tiempo y ella aceptó trabajar ahí, por que lo que le dijeron fue que iban a salvar a personas con enfermedades terminales más nunca le informaron que llevarían nuevos ADN y entre ellos un virus que lograría controlar sus sentimientos y emociones.

Estaba a punto de presionar el botón cuando las puertas del elevador se abrieron. Un compañero observó a la chica en sus brazos y luego a ella.

—¿Que haces, Amelie? –Pregunto

Amelie no respondió, comenzó a entrar en pánico y lo único que se le ocurrió fue sacar su jeringa. Como pudo se lo encajó en el brazo y este cayó al suelo inconsciente. No lo mató, lo durmió.

Entró rápido al elevador y presiono el botón que la llevaría al estacionamiento. Pudo escuchar un grito cuando las puertas se cerraron, logrando que nadie la viera.

Al llegar al estacionamiento busco algún auto, prácticamente se la vivían en ese lugar así que no era necesario tener un auto pero el director sí. El tiene varios autos estacionados que toma para ir a donde su helicóptero se encuentra. Con el va por las víctimas que últimamente han sido puros adolescentes.

Encontró uno cerca de la entrada, corrió hasta a el y por suerte las puertas no tenían seguros. Abrio la puerta del copiloto, sentó a la chica y le puso el cinturón para después subir ella. Maldijo en su mente pues se dio cuenta que no traía llaves. Se quedó un momento pensando hasta que se le vino a la mente la película que vio ayer en la noche, de algo sirvió verla y rezo por que funcionara aquello.
Y después de unos movimientos el auto encendió. Suspiró aliviada observando a la chica, sonrió aunque esta no la viera se sentía feliz por alguna razón pero aun no podia cantar victoria.

Al salir del estacionamiento vio todo despejado, ni una señal de que la estuviesen buscando y cuando llegó a la entrada no fue necesario explicar pues, como las ventanas estaban polarizadas y teniendo en cuenta que el director es el único que tiene un automóvil, le abrieron las puertas sin ninguna queja.

A unos kilómetros de la corporación se detuvo para calmar su respiración, su corazón se aceleró en la entrada.
Una vez calmada siguió su camino.

El barco que investigó está mañana estaba ahí, a punto de zarpar.
Los hombres subían las últimas cajas cuando ella llegó y estos observaron al auto de una manera impresionada. Amelie bajo y se acercó a ellos.

—Por favor, ayudenos –Pidió– me he escapado con mi hija de unos secuestradores y vienen siguiendonos –Fingió un sollozo

—Vamos a África, señora

—No importa, nos podemos
quedar ahí hasta que mi hija se recuperé

Los hombres se miraron entre sí y accedieron. Fueron por la chica y ellos la cargaron hasta el barco, las llevaron a un pequeño cuarto donde metían cajas, nada cómodo pero al menos las estaban ayudando.

⚫⚫⚫

No supo cuantas horas pasaron cuando llegaron a la costa y de nuevo con ayuda bajaron a la chica.

—Muchas gracias –Agradeció Amelie

—¿Quiere que la llevemos a un lugar seguro? –Pregunto uno de ellos

—No quiero molestar

—No lo hace –El hombre dejó la caja– vamos

El hombre cargo a la chica y emprendieron camino.

Llegaron a un pequeño pueblo donde una anciana los recibió amablemente. Los llevó a su casa, tuvieron la suerte de que la mujer fuese una curandera.
Amelie se alejó en lo que revisaban a la chica, _____ se llama por cierto, y apuntó unos números en un pequeño papel, lo metió en un dije que guardaba en su pantalón.

Pasaron días cuando ella despertó al fin. Le contó lo que podía hacer pero que no lo divulgara pues muchos querrían experimentar con ella. También le contó la historia del secuestro prefirió que así fuera, no quería involucrarla en su vida.

Amelie tenía planeado en rescatar a unos chicos para que fueran a buscarla y así poder salvar a los demás.
Pero cuando regresó a las islas la encontraron y encerraron.

⚫⚫⚫

Meses después un caza talentos ofreció una beca a _____ para estudiar en España cuando la escuchó cantar en un pequeño festival que hizo el pueblo. Y después de que la convencieron, aceptó la beca.

•EX'ACT• (D.O y Tu) [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora