Una fiesta interesante

836 94 107
                                    

Hola hola lectores!!! Sentimos mucho la demora del capítulo pero se nos han complicado las cosas a la hora de sacar tiempo libre a la vez para poder terminarlo, además de que Black está con exámenes (Todos te mandamos la mejor de las suertes y muchos ánimos! Eres una champiñón y puedes con ellos) y eso es prioridad número uno!

Este capítulo es algo más largo de lo normal por lo que lo hemos dividido en dos y en cuando nos sea posible subiremos la segunda parte ^^ Esperamos que lo disfrutéis y que la espera mereciera la pena!

Besitos infinitos! Se despide...

Yamil Viró

El ruido de la fiesta se amortiguó cuando llegué a la terraza desierta y cerré la puerta a mi espalda, mientras dos, tres, cuatro tonos de llamada resonaban en mi oído

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El ruido de la fiesta se amortiguó cuando llegué a la terraza desierta y cerré la puerta a mi espalda, mientras dos, tres, cuatro tonos de llamada resonaban en mi oído. ¿Dónde mierda se había metido Xavier?

No tenía ni la mas mínima idea de qué pasaba entre ellos, del porqué de esas discusiones, pero esto no podía seguir así, no cuando Cordelia se ponía en este estado. Para ella era más difícil que para ninguno de nosotros mantenerse como un demonio, ser una más. Su poder angelical había sido en un tiempo pasado tan poderoso, tan vibrante, tan luminoso que ahora la oscuridad era un territorio peligroso para ella. Cordelia era la primera y única serafín caída. Ninguno más. Y además, no había caído por pecar contra Dios, no, ella simplemente había Caído por amor, lo cual la hacía vulnerable al poder de las sombras.

Todos nosotros, incluido Xavier, sabíamos que si la oscuridad terminaba por consumirla por completo, apagando la última chispa de luz angelical que le quedaba a ella, igual que a todos los ángeles caídos, Cordelia moriría, porque el Serafín de la Luz y el Amor no puede sobrevivir a algo así.

Y sin embargo, ¿dónde estaba Xavier ahora? ¿Por qué estaba permitiendo que esto pasara?

Marqué por tercera vez su número y esperé, cada vez más impaciente. Sabía que solamente él conseguiría calmar la sensación de ahogo del pecho de Cordelia. Aún resonaba en mi mente su dolorosa pregunta: ¿Es que tú tampoco me quieres, Daniel? Ahí, en esas simples palabras, estaba escondido todo el pesar, todo el sufrimiento, que ella pasaba en silencio. Amar a un ser que no puede amar.

La tercera pareció ser la vencida cuando al tercer tono, Xavier descolgó el teléfono.

—¿Qué mierda quieres, Blake?— fue lo primero que oí en su voz ronca.

—¿Dónde mierda estás? No puedes desaparecer sin más dejando todos tus problemas atrás como si no existieran.

—Tú lo oíste, de todos modos nadie iba a echarme de menos.— dijo y sonó por un segundo dolido a repetir las palabras que Cordelia había dicho esa misma mañana en el restaurante.—Y si sólo has llamado para echarme la bronca, mejor déjame en paz, tengo cosas más importantes.

The Falling Grace © [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora