Capítulo 1

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Me despierto toda sudada, las gotas me caen ligeramente por la cabeza. Había tenido una pesadilla, estaba caminando por un bosque cuando siento que alguien me sigue, empiezo a correr y me tropiezo con una rama. Cuando me doy vuelta había un hombre con una máscara y un cuchillo apuntándomelo en el cuello.
-¡Hija!-llama mi madre como siempre me sobresaltó y caigo de rodillas al suelo.
-¡Ya voy mamá!-dije. Odio cuando hace eso.
Me visto rápidamente, me puse una remera negra, un short y zapatillas. Bajo trotando las escaleras y veo a mi madre sentada con mi padre a su lado comiendo el desayuno.
-Buenos días.-digo sin ánimo. Estoy agotada, dormí tan mal que no se si mi sueño fue real.
-Buenos días hija-contesta mi padre alegremente.
- Se te ve muy cansada-dice mi madre mirando mis ojeras.
-No dormí muy bien.-dije masticando la tostada. Veo el reloj y salto se la silla.
Agarro las llaves, mi celular y los libros.
-¿No se te olvida algo?-dice mi madre a mis espaldas.
-Nos vemos luego.-dije mientras me colgaba la mochila en un hombro. Abro la puerta y salgo corriendo literalmente por la calle.
Mi colegio queda a cuatro cuadras de mi casa y ya voy muy retrasada. Megan interrumpió mis pensamientos al tocarme un hombro.
-Vamos retrasadas.-dice con al voz agitada.
-¿ A si?-dije levantando una ceja mientras caminábamos más rápido de lo normal.-No me di cuenta.
Megan me mira por el rabillo del ojo y empieza a reírse.
Al fin llegamos. Camino por el pasillo del colegio, abro mi casillero y saco unos libros. Ahora tengo clase de historia, mi favorita.
Me despido de Megan con un guiño y entro a mi salón.
-Sra. Stevens.-maldición-llega tarde, que sea la última vez.- dijo con tono demasiado autoritario.
-Lo siento Profesor.-dije cabeza gacha. Me voy al ultimo banco como todas las mañanas.
El timbre suena y todos se levantan y recogen sus cosas. Mientras guardo un par de cosas una mano me agarra el hombro. Me doy vuelta lentamente y veo a Peter con su sonrisa de siempre.
-Hola Oc.-dice con una sonrisa de oreja a oreja.
-Hola Pete.-digo mientras lo abrazo.-Te extrañe mucho.
-Perdón por no haberte llamado, estaba en Londres con mis abuelos.-dijo apoyando las manos en el banco.
-No te disculpes, no me molesta, todos estuvimos ocupados en las vacaciones.-dije mirándole esos ojos cafés hermosos.
-Yo...hay algo que debo decirte.-dijo acercándose a mi oído. El año pasando empecé a gustar de Pete, su forma de ser conmigo, todo de él me gusta, pero sé que él nunca me vería de la misma manera en la cual lo miro yo.
-Quiero salir con Meg.-dijo susurrando.
Me alejé bruscamente. Me puse pálida, mis piernas no me funcionaban, ni mis brazos. Me quede congelada. No podía hablar, me empezó a doler la cabeza y......sentí como mi corazón se rompía en pedazos.
Cuando al fin mis piernas respondieron, corrí, corrí y corrí muy lejos de él. Salí al patio y me senté en el suelo. Sentí como mis lagrimas empezaron a brotar. Me dolía la cien. Me agarre la cabeza y fleccione las piernas contra el pecho. Una vez que calmo el dolor, veo a un chico alto, de pelo castaño oscuro, sus ojos color marrón intenso me miraban fijamente. Yo no sabía qué significaba esa mirada, es como si quisiera decirme algo. Suena el timbre retumbando en mis oídos, la multitud de jóvenes empezaron a entrar a sus clases correspondientes, miro el reloj, son las 4pm. Vuelvo a mirar el lugar donde se encontraba el chico pero ya no estaba. Me levante y camine hacia la puerta. Salí del colegio y camine hasta llegar a casa. No me siento demasiado bien. Llego a casa y mi madre estaba en el sillón mirando la tele.
-¿Que haces acá hija?-dice mirándome preocupada.
-No me siento bien mamá.-dije subiendo las escaleras. Voy al baño y me mojo la cara, miro mi reflejo en el espejo, mis ojos color celeste se llenaron de lágrimas nuevamente. Mi pelo largo rubio me dio calor así que me hice una coleta mientes lágrimas caían por mis mejillas rosas. Estoy muy descepcionada sobre el tema de Pete. Justo tenía que ser Meg. Mi mejor amiga. No voy a dejar que mi amistad con ella se arruine por Pete. Siempre traté de olvidarme de él, pero nunca lo logré.
Mi madre abre la puerta del baño lentamente y me ve llorando.
-Hey....-dice mientras me tiende sus brazos, yo me arrojó hacia ella y la abrazo con mucha fuerza-¿Que te sucede pequeña?-en verdad necesitaba ese abrazo.
Me separo lentamente y miro sus ojos.
-Es Pete...-dije mirando al piso-el....el quiere salir con Meg.
-Hay mi pequeña..-dijo mientras me tocaba la mejilla-él es un muy buen chico, pero no es para ti y lo sabes....
-Lo se, pero trato de olvidarlo y no puedo madre.-se me escapa un sollozo.
Mi madre me abraza nuevamente.
-Dejalo ir-dice con dulzura-se que no es fácil soltar, pero eso no significa que te tengas que alejar de él.
-¿Como hago para no odiarlo?-dije sonándome la nariz.
-Hija-dice agarrando mi mano.-no se odia, se ama, tu lo quisiste, pero solo tienes que soltarlo, dejarlo en libertad. Sé que duele y es difícil, pero es lo mejor.
Me retiro y voy a mi cuarto. Me acuesto en la cama y miro el techo. Mi madre tiene razón. Yo no puedo odiarlo. Tengo que soltarlo. Comprendí todo. Ahora todo está más claro en mi cabeza.
Suena mi celular, es Megan, atiendo.
-Hola Meg.
-Oc, estoy en la puerta de tu casa, vestite bien, vamos a salir.-puedo escuchar a través del teléfono la risa de Pete.
-Ok, espérenme que ya bajo.-sin más que decir corto el telefono. Me pongo un top, un jean tiro alto, sandalias y salgo.
Le dije a mi madre que iba a salir y volvería más tarde.
Pete estaba con Oc abrazados apoyados en el Audi de Pete.
-Hola chicos.-dije alegre. Mi madre tenía razón, si lo quería soltar tendría que salir con ellos y superar todo esto.
-Hola Oc.-dice Meg mientras se sube al auto.
Pete me saludó con la cabeza y me subí al auto.
Pete detuvo el auto. Bajo del mismo y veo todos autos muy caros. Veo chicas prácticamente desnudas.
Pete se acerca a un grupo de chicos y empiezan a apostar para una CARRERA callejera. Yo miro a Meg y ella solo sonríe. Yo en cambio estoy sorprendida. La agarro del brazo y la apartó de la multitud.
-¿Que rayos es esto?-dije apretando el agarre
-Esto es lo mejor.-dijo riendo-Yo vengo aquí con Pete todo el tiempo. Oc, no te preocupes, aquí está todo el colegio, no son desconocidos.
-¿QUE NO ME PREOCUPE?-dije gritando-¿HACE MUCHO TIEMPO QUE VIENES AQUÍ Y NO ME DIJISTE?-dije soltando su brazo.-¡SON CARRERAS CALLEJERAS MEGAN, PODEMOS IR TODOS PRESOS POR ESTO!
-Si no te gusta puedes irte.-me dijo con el tono más normal del mundo.
Yo me quede estática. No puedo creer que mi mejor amiga haga esto. Ella se da media vuelta y se va con Pete. Yo camino hacia los autos. Miro hacia todos lados , está Jeff, el mejor amigo de Pete, está Leah, la novia de Jeff. Todos los populares se encuentran acá. Me tiro para atrás y choco con un cuerpo. Me doy vuelta y era él mismo chico que me vio llorando en el patio. HASTA EL CHICO NUEVO ESTÁ ACÁ. No lo puedo creer.
-Perdón.-digo algo tímida.
-Tienes que tener cuido-dijo mirando mis ojos-no sabes con quien puedes chocar la próxima vez.
-Soy Octavia.-digo sonriendo.- Solo por si te lo preguntabas.
-Se como te llamas..-dijo con aire superior.
Luego dio vuelta y me dejo allí. Me acerqué al grupo de Pete.
-¿Esta que esa acá?-dice Jeff. Por cierto lo odio, en caso de que no lo haya mencionado.
-Esta tiene nombre.-digo con cara de asco.
-Si eres tan canchera como para contestar así al campeón de las carreras callejeras, ¿porque no me retas?
No,no,no. Esta loco si cree que voy a correr una carrera. Se manejar pero ni LOCA corro una carrera callejera.
-No tienes que manejar-dice Jeff chasqueando su lengua.-Solo tienes que ir de acompañante. Eso sí, alguien tiene que ofrecerse a correr contra mi, yo llevaré de acompañante a Leah.
Miro a perra Leah y me sonríe con hipocresía.
-Yo.-dijo el chico nuevo.
-¿ Y tu nombre es....-dijo Jeff pensando.
-Thomas....-dijo mirandome,luego miro a Jeff.-Thomas Green.
-¿El nuevo no?-dice con una sonrisa.
Thomas asiente con la cabeza.
-Perfecto-dijo Jeff más alegre que nunca.-¿Que estamos esperando?. Que comience la carrera.
Yo miro a Thomas y él a mí. Esto no puede ser. No podía negarme, porque si lo hacía la perra de Leah me molestaría toda mi miserable vida. Así que sin rechistar seguí a Thomas.
Su auto es un Mercedes blanco. Me subí al asiento del acompañante y él en la parte del conductor.
-¿Lista?-me dice lo más tranquilo y paciente posible.
- Eso creo.-digo con temor.
Una chica se pone delante de los dos autos con dos banderas. Thomas ensiende el motor que ruge como una máquina. Miro por su ventana y veo a Leah sonriendo y leí sus labios me dijo<<Te haremos pedasos>> yo solo me limité a mirar al frente. Mis manos transpiraban. Mi pecho subía y bajaba. Sentía mi sangre hervir. Miro a Thomas y agarra el volante.

Oscuro secretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora