Capítulo 33

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Faltaban menos de 10 minutos para que empezara la clase y los nervios me estaban carcomiendo por dentro. Para mi buena suerte no vi a Félix en todo el día, tal vez se enfermó, faltó o simplemente el destino no quería que lo volviera a ver durante este día.

El salón se comenzó de a poco a llenar. Mire hacia la puerta me encontré con el rostro de Savka sonriente, muy sonriente. Pero de pronto su sonrisa desapareció. Jennifer entraba junto con Félix agarrado de la mano, por un segundo sus ojos chocaron con los míos, pero aparte mi mirada rápidamente. Con lo poco que pude observar, a pesar de todo no se veía feliz, lo que es raro porque ya consiguió lo que el anhelaba desde hace mucho tiempo.

- Se ven como asco de pareja – Dijo Savka sentándose a mi lado – Presiento que esa chica le hizo una especie de vudú africano, no se ven cómodos.

- No puedo decir nada al respecto, son unos idiotas. – Reaccione casi con odio al escuchar uno sonoros besos de las mesas de atrás, no voltearía porque sé perfectamente de quien son. Savka se dio vuelta con asco.

- Deberían tener en cuenta que esto es una sala de clases, no un motel, dejen de hacer esos asquerosos sonidos, que dan asco.

- Chica eres mi ídola – respondí ante el comentario que hizo

- Ya lo sé, Kerlyn me pego lo ruda.

- Pero tienes que aceptar que Kerlyn no es igual que ti, tú eres la chica linda y tierna, y Kerlyn... es Kerlyn. – Genial, que respuesta tan tonta.

- El poder es conocimiento – Se comienza a reír.

- Toma atención mejor, después reclamas que tú sacas una mala nota.

- Ya mamá – reí.

La clase de física es la más aburrida de todas, en especial con el profesor que teníamos. Me era casi imposible concentrarme si las personas de atrás se la pasan besos a besos, pero también me di cuenta de otra cosa... en ningún momento Félix fue el que empezó con la sección de besos, era como si lo hacía obligado.

- ¿Qué tanto miras a mi novio? – Rote mi cabeza para ver a la persona que dijo eso... Jennifer.

- ¿Acaso ahora no se puede ver a dos pares de idiotas?

- Tú no tienes derecho a verme, me pegas lo fea con la mirada – sacudió su cabello.

- Y tú me pegas lo puta.

- ¿Qué te crees pende...

- Cállate, ya me tienes harta, tengo que soportarte todos los días en esta estúpida escuela como para discutir con huecas.

- La pagaras... Profesor – dijo atrayendo la atención de éste.

- ¿Qué sucede Jennifer? – preguntó haciéndose el interesado.

- Emily me está diciendo palabras feas e hirientes – fingió un llanto. Si al menos se quiere hacer la victima que sea una buena, no como la falsa acción que está haciendo.

- Emily Harrison, a dirección.

- ¡¿Qué!? – conteste alterada. Era totalmente injusto.

- Pues lo que oye señorita, ahora si es mucha molestia, retírese del salón.

Esto es totalmente indignante, siempre una persona queda como la víctima y el otro como el agresor, un día de estos diré todo lo que pienso de las personas sin filtro alguno. Salí a paso apresurado, sin mirar hacia atrás, ni siquiera viendo a Savka.

- Maldito profesor bueno para nada, maldito Félix, maldita Jennifer, hija de...

- ¿Con quién estás hablando? – dijeron a mis espaldas. Di un pequeño saltito por el susto que me ocasionó escuchar esa voz a mis espaldas.

- Lo siento, pensé que estaba sola – me excusé.

- Pues pensaste mal... Al parecer estas un poco enojada – Aquel chico me miro como tratando de adivinar la razón por la cual estaba maldiciendo.

- No estaba enojada, solo estaba molestas.

- ¿No es la misma cosa?

- Pues claro que no, el enojo te puede durar mucho tiempo, pero una molestia te puede durar un rato – explique.

- Es bueno saberlo – Rió – Por cierto me llamo Christian.

- Me llamo Emily, un gusto conocerte – le estreché mi mano.

- ¿Qué haces sola por estos pasillos?

- Técnicamente no estoy sola.

- Es verdad, pero ¿A dónde ibas?

- Me mandaron a la dirección, por la culpa de una chica insoportable.

- Solo no tienes que hacer caso a esas personas, finge que no existen.

- Lo trato, pero es imposible.

- Ojalá puedas, me tengo que ir, adiós.

- Adiós, espero volver a hablar contigo.

Se marchó dejándome un poco anonadada. Vaya forma de conocer a una persona. Entré a la oficina del director, pero para mí mala suerte no estaba. Me tuve que entretener por casi 30 minutos mirando los cuadros y leyendo las cosas que tenía en la mesa. La puerta se abrió y seguido de ella la persona entró. Me di vuelta esperando encontrarme con el director, pero en lugar de eso me encontré con unos ojos más azules que el mar circasiano.

- Tenemos que hablar.

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Disculpen la tardanza pero wattpad no me dejaba publicar nada.

Una Novia De Mentira ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora