capítulo 4

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Me encontraba caminando con Félix hacia su casa. No era la primera vez que voy para allá. Sus padres son agradables y siempre me trataron como si fuera una hija para ellos, me sentía cómoda estar con junto a esas personas, me daban alegría y seguridad al mismo tiempo. me encontraba tan sumida  en mis pensamientos que no me di cuenta y ya me encontraba en el suelo. Me había caído, siempre me tenia que caer en alguna parte, era como si tuviera algún hechizo que dijera " estarás condenada a caerte siempre"; sería algo muy raro y al mismo imposible. Me mire mi pierna y estaba sangrando, la toque un poco ¡Auu! Duele.

Félix me tendió una mano para que me levantará. La tome y con un poco de ayuda de su parte me pude levantar.

- ¿Por qué siempre te caes? - dijo

- No se, algún día me caeré y me romperé entera. - reímos. Trate de dar un paso para seguir caminado. Uu mala idea, no podía caminar del dolor que sentí. Mi amigo se dio cuenta y sin preguntarme ya estaba en sus brazos.

- bájame, yo puedo sola- reclame moviéndome.

- No te muevas y no, no te soltare así que puedes alegar pero no tocaras el suelo.

- Peso Mucho, te romperé la espalda - alegue.

- No pesas nada - me respondió,Félix.

Llegamos en muy poco rato a su casa. Con cuidado me llevo para arriba y me metió a su baño. Yo no sabía que iba a hacer pero tenia que confiar en el. Lo vi sacar un botiquín de primeros auxilios y de ahí tomó algo de alcohol y venditas curativas. Se arrodilló frente a mi y con suma delicadeza tomó mi pierna y la empezó a curar.

- ¿Por qué haces esto? - me miró.

- Por qué a las princesas se le debe de tratar bien- me sonroje.

- De nuevo te sonrojaste- me levanto cuando terminó de limpiarme.

- Déjame - lo golpee.

Me subió a sus hombros y me llevo a el living. Golpeaba su espalda con mis puños pero no lo movía ni un poco.

Me tiro al sillón pero yo no lo solté e hice que cayera sobre mi. Estábamos realmente cerca. Yo lo quería besar pero gracias a que le estornude en la cara mate el momento.

- Iugh Emily, que asco.

- Sorry- hice un puchero.

Estuve tan cerca de besar al amor de mi vida y lo arruine totalmente todo. Me sentía tan mal conmigo misma que me dieron náuseas de la nada y tuve que ir corriendo al baño. Félix venía detrás de mi.

- ¿Estas bien, Emily? - dijo desde la puerta.

- Si estoy bien- tomé agua para sacar ese horrible sabor a vómito. Esto solía pasarme a veces.

Titubeo un instante.

- Bueno pero quiero comprobarlo yo mismo - entro al baño sin importarle. Toma mi cara en sus manos y me miró directamente a sus ojos. Dios si estés chico seguía así lo violaría aquí mismo.

- Sabes que me preocupa lo que pueda pasar nena- me acarició la mejilla.

- Si lo se.

Fuimos nuevamente a la sala y nos sentemos a ver películas. Estábamos viendo the Last song. Me encantaba esa película. El sueño de a poco empezó a presentarse entre nosotros. Ya era hora de ir a dormir. Me levante y antes de que pueda ir arriba su mano me detuvo.

- ¿A donde vas? - dijo todavía algo adormilado.

- A dormir - dije algo obvia- ¿En el cuarto de huéspedes?

- Esta en reparaciones así que dormirás conmigo en mi habitación- me soltó.

Yo abrí los ojos como platos y fui como él dijo a sí habitación. Abrí la cama y me recosté hacia el lado de la pared. Sentí un peso en la cama y al momento después unas manos rodeando mi cintura. Comenzó a dar caricias ahí y la verdad es que no voy a reclamar, me encanta. Me apego más a él y pronto caí totalmente dormida.

Una Novia De Mentira ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora