Capitulo 37

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- De verdad siempre nos tenemos que topar en algun momento... tal vez es el destino - Félix apretó su mandíbula como lo solía hacer.

- No hay un destino entre nosotros

- Eso no lo sabes tú - se defendió.

- Claro que lo sé, sé que no te quiero cerca de mí nunca más, y con eso me basta y me sobra. - me senté unos bancos más lejos.

- Emily, ¿seguirás con este resentimiento hacia mí? - sentí como su voz se quebrada, y por una vez estuve a punto de creer en lo que decía.

- Félix me dañaste, rompiste la ilusión y la mínima esperanza que tuve contigo, pero lo peor de todo fue que me decepcionante como amigo, como mi mejor amigo.

- Lo hice por tu bien, yo...

- Ya tantas veces he escuchado eso de parte tuya que creo que no tienes ningún argumento sólido para aclarar lo que en realidad sabes... nunca me quisiste. - bajé la cabeza.

- Eso es mentira, yo si te quiero.

- Hubieras pensado eso antes de haberte ido con Jennifer, bien harto me querías - mi enojó era claro en mi tono de voz, y era más que obvio, cualquier chica haría lo mismo si estuviera en una situación parecida a la mía.

Miré la hora, cerca de las 8 de la noche y había olvidado por completo la cita con Christian. Me sentí muy culpable al no haberle avisado antes de que tenía un castigo y que no podría ir a la cita de hoy. Busqué mi teléfono entre mis cosas y haciendo un par de conversaciones entre personas pude conseguirme el número del chico. Marqué y al tercer sonido contestó.

- ¿Hola? - dijeron al otro lado de la línea.

- ¿Christian?, soy yo Emily.

- ¿Dónde estás?, estuve cerca de 40 minutos fuera de tu casa esperándote, hasta que me decidí ir por ver que no aparecías nunca.

- Yo... lo lamento, tuve un percance en la escuela por llegar tarde a una clase y tengo un castigo, no pensé que sería a esta hora pero ya sabes como son la dirección, así que no sé a qué hora saldré de aquí.

- No te preocupes preciosa, lo entiendo, tal vez otro día se pueda repetir lo de la cita, sólo si tu quieres.

- Sería una gran idea, y ahora sí que la cita irá tan bien como debería haber ido sin el castigo, incluso diría que mejor. Te veo luego, descansa.

- Adiós linda - cortó la llamada.

Guardé rápido mi celular nuevamente  en mí bolso para que no se perdiera. Al levantar la vista me encontré con la mirada intimidante de Félix. Tenía las cejas fruncidad y los puños apretados gasta que los nudillos estuvieran rojos. Sólo unas veces lo vi con esa actitud y no fue para nada bonito.

- Quita esa mirada de mí - reclamé.

- ¿Quién es Christian? - alzó su voz y avanzó tres puesto hasta quedar delante mío.

- Eso no te incumbe para nada.

- Claro que sí, no te quiero cerca de él - amenazó.

- Tu no eres mi padre para andar diciéndome que hacer o No, y si quiero estar con él es cosa mía.

- Así que si tienes algo con él - espetó. Ahora me arrepiento de haber dicho esas palabras.

- No tengo nada con él, y sí, lo tendría aunque tu no lo creas... Es un caballero.

- is in cibilliri - se burló.

- Madura por favor, no tienes 5 años.

- Su nombre era Christian, ¿cierto?... Me suena como a alguien que mataron mañana.

- Ni se te ocurra hacerle algo - me levanté de mí asiento y él imitó mi acción.

- ¿O qué? - susurro a centímetros de mis labios. Su cercanía me intimidaba, sentía su aliento mentolado y aunque mi cerebro decía que no, mis labios querían probar los suyos nuevamente. Rápidamente lo empuje y salí de donde estaba para comenzar a limpiar bien los pasillos. Terminé 40 minutos después y pude irme a mi casa. Pero al salir me encontré con una lluvia fuerte... ¿cómo podía llover tanto en verano?...

Comencé a caminar toda empapada hacia mí casa, farfullando cosas sin sentido. El sonido de un auto me hizo girarme hasta encontrarme nuevamente con él.

- Sube.

- Ni loca iré en un auto junto a ti.

- Bueno, pero si tu te enfermas no vas a poner ir a la escuela ni poder tener ese cita- dijo. Dios, odiaba que tuviera la razón

- Bueno- le Di la vuelta al auto y me subí, estaba tiritando de frío hasta que una chaqueta se posó sobre mis hombros.

- No la quiero- intenté apartarla pero la mano de Félix lo impedía.

-  No te la vas a sacar, porque yo lo digo.

MENUDO IDIOTA... ( pero ese IDIOTA te sigue gustando aunque lo niegues)

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Y mil años después tenemos capítulo.. la razón es super simple, me queda un año y entro a la Universidad, por lo cual tengo que todos los días estudiar mucho, pero ahora que estoy en vacaciones escribiré más seguro.

FELIZ NAVIDAD

Una Novia De Mentira ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora