Una bella jovencita pelinegra salía de la estación de trenes y era recibida por un efusivo abrazo de sus padrinos.
Hija, que bella estás, decía un hombre de lentes y pelo lavanda.
Si es cierto aún me acuerdo cuando tú padre te traía a la capital cuando solo eras una niña y jugabas con mi Bulma, dijo una mujer rubia.
Y hablando de Bulma, ¿ella dónde está?, dijo Milk buscando a la peli azul con la mirada.
Fue con una de sus amigas de compras, no tuvimos tiempo de decirle que vendrías, decía la mujer.
No se preocupen, ya abra tiempo para verla, dijo la pelinegra.
Si, ahora vamos a casa, el chofer recogerá tu equipaje, dijo el hombre.
Solo me quedare unos días con ustedes hasta que encuentre un lugar donde quedarme, dijo Milk.
Hija tú sabes que puedes quedarte con nosotros, no es necesario que busques otro lugar, decía la mujer rubia.
Lo sé madrina, pero ya no soy una niña, ya tengo 20 años, se cuidarme muy bien sola y me gusta ser independiente, además una amiga que vive aquí ya me consiguió un trabajo, solo estaré con ustedes hasta que encuentre un lugar apropiado que este cerca del gimnasio donde asistiré y de mi trabajo, dijo Milk.
Como me gustaría que mi Bulma fuera como tú, ella a pesar de ser mayor que tú parece menor, ni siquiera trabaja, solo se dedica a gastar el dinero, dijo el padre de la peli azul.
Yo pensé que les ayudaba en la corporación, dijo la pelinegra sonriendo.
Bueno, ayuda cuando quiere, porque la mayoría de las horas se la pasa tras su noviecito, dijo la madre de la peli azul riendo mientras subían a la limosina.
Horas después:
Una bella pelinegra se encontraba terminando de instalarse en su habitación, cuando alguien toco la puerta.
Toc toc toc
Adelante, dijo la pelinegra.
Veo que ya terminaste, dijo la mujer rubia.
Si madrina, dijo la pelinegra.
Quieres puedo mostrarte la ciudad, como regresas después de tantos años, no debes acordarte muy bien de ella, dijo la mujer con amabilidad.
¡Gracias madrina¡ pero no es necesario, ahora tengo algo importante que hacer. Saldré por un par de horas y no preocupes no me perderé, dijo la pelinegra al ver la cara de preocupación de su madrina.
Minutos después: "Gimnasio"
Un joven cabello de flama guardaba con molestia su toalla dentro de su maletín bajo la mirada de sus compañeros.
¿Que me miran?, dijo con molestia Vegueta.
No entendemos tú odio por Gokú, él no te quito nada, dijo Yamcha.
Como que no, me quito mi lugar en este gimnasio, desde que ese llego siempre fue elegido por el maestro para representar al gimnasio, cada vez que yo pensaba que lo superaba el encontraba la forma de estar siempre delante de mí, por eso lo considero mi rival, más no lo odio, no confundan después de todo con su llegada hace que cada día intente ser mejor, ya llegara el momento en que yo ocupe nuevamente mi lugar, dijo Vegueta con orgullo.
Pero hay en algo que tu le ganas, dijo Krilín sonriendo.
Así, ¿en qué gusano?; dijo Vegueta mirando al calvo.
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"Alma gemela"
DiversosVegueta pensó que jamás se llegaría a enamorar pues para él ninguna chica era merecedora de su amor hasta que conoció a Milk Ox, una bella jovencita tan orgullosa como él, la cual le hará bajar su orgullo para ganar su amor y demostrarle así que el...