"Alma gemela"

Capítulo 20: "Epílogo"

Meses después.

Una bella pelinegra se encontraba apodando sus plantas en su pequeño invernadero.

No puedo creer que ya pasaran 1 año 4 meses de mi boda con Vegueta, sin duda fue una gran decisión atrever a intentarlo con él, pues descubrí lo maravillosa persona que es, ni pensar que cuando lo conocí lo deteste, quién diría que terminaría enamorándome y casándome con el que era el rival de mi ex novio, pensaba la pelinegra mientras una sonrisa se tatuaba en sus labios.

La pelinegra continuaba cortando las pequeñas ramitas de su Bonsái cuando alguien entro al invernadero.

Sabía que aquí te encontraría hermosa, dijo Vegueta llegando junto a la pelinegra y abrazándola mientras le daba un beso en la mejilla.

Ya sabes que desde que me aleje de las artes marciales esta se ha convertido en mi actividad favorita, decía Milk sonriendo.

Sabes que por ahora no puedes practicarlas, decía Vegueta colocando sus manos en el imperceptible vientre de su esposa.

Si lo sé, aunque ya tome una decisión, dijo Milk.

¿Cuál?, dijo Vegueta intrigado.

Ya no pienso seguir con ellas, a partir de ahora pienso dedicarme en cuerpo y alma a mi familia, dijo Milk sonriendo.

¿No te arrepentirás luego?, dijo Vegueta preocupado.

No, claro que no, si no me crees mírame a los ojos para que compruebes que digo al verdad, dijo Milk.

No es necesario, pero ¿porqué piensas dejarlas?, en cuanto nazca nuestro bebé podemos contratar ha alguien para que este pendiente de él o ella, dijo Vegueta.

No cariño, yo pienso dedicarme a la crianza de mi hijo e hija, también dejare la empresa por unos años hasta que nuestro hijo este grande, ya tome esa decisión. Además no siempre se puede tener todo en la vida, en esta oportunidad mi prioridad es mi familia antes que las artes marciales y mi trabajo, dijo Milk sonriendo.

Bueno si así lo quieres yo te apoyare siempre, ya sabes que lo único que quiero es hacerte feliz, dijo Vegueta.

Si lo sé, dijo la pelinegra.

Y como me gusta hacerte feliz, también me gusta consentir a mi mujercita, por ello hoy saldremos a cenar fuera, dijo Vegueta.

Me parece una estupenda idea, dijo Milk sonriendo.

Horas después:

Una bella pelinegra se alistaba para la cena que tendría con su esposo.

Ya estás lista preciosa, dijo Vegueta entrando a la habitación.

Si aunque tengo un problema, dijo Milk sonriendo.

¿Cuál amor?, dijo Vegueta.

Me tuve que poner este vestido porque los otros ya no me quedan, decía la pelinegra que llevaba puesta un sencillo vestido color azul.

Se te ve hermosa y no te preocupes iremos a comprarte nueva ropa, dijo Vegueta sonriendo tomando la mano de su esposa y saliendo con ella de la habitación.

Vegueta y Milk fueron a un restaurante de comida tradicional e hicieron sus respetivos pedidos.

¿Sabes que Dieciocho se casara en un mes?, decía Milk sonriendo.

La verdad no lo sabía como ya no estoy en la misma oficina que ella ya casi no nos vemos, dijo Vegueta.

Pues se casa en un mes, pero no es la única, dijo Milk sonriendo.