Un joven de cabello alborotado terminaba de tomar su segunda taza de café mientras una bella pelinegra lo miraba a los ojos como esperando que este hablase.
Gokú dejo su tasa sobre la mesa y miro a la pelinegra a los ojos y dijo: ¡Gracias¡ ¡gracias por todo Milk, gracias por amarme tanto al extremo de venir tras de mí¡ ¡gracias por poner tus ojos en mi a pesar de ser de distintas clases sociales¡ ¡gracias por aceptar la propuesta que te hice cuando nos volvimos a encontrar¡ ¡gracias por todo el tiempo que compartí contigo¡ nunca podré olvidarlo lo conservare siempre de mi corazón, pero ha llegado el momento de decirte adiós, me concedieron la beca, en una semana tengo que partir, dijo Gokú destrozando por completo el corazón de la bella pelinegra.
¿Una semana?, dijo la pelinegra.
Si, ese es el tiempo que me dan para arreglar todos mis pendientes, dijo Gokú tratando de mantener la calma.
Entonces ya no hay esperanzas de retomar lo nuestro, dijo Milk sollozando.
Milk, no llores ¡por favor¡ dijo Gokú abrazándola.
Debí llegar antes de que presentases esos estúpidos papeles, así nada de esto hubiera sucedido, decía Milk.
No digas eso Milk, tú sabes como soy de obsesivo con las artes marciales así hubieras venido antes era una oportunidad que no podía dejar pasar. Al fin podré compensarle a mi abuelito todo lo que ha hecho por mí, al fin podré darle la calidad de vida que merece, yo me voy con él, solo permiten que lleve una persona y esa es mi abuelito, espero y me comprendas, tú tienes muchos proyectos aún que cumplir acá no es justo que yo trunque tus sueños o que tu los trunques por seguirme, decía Gokú.
Yo te esperare, decía la pelinegra.
Milk son cinco años y si me dan un contrato a lo mejor me quedo haya de por vida, dijo Gokú.
No me importa yo te esperare, dijo Milk sollozando.
No, no quiero que hagas eso, tú no mereces sufrir tanto por mí, yo te escribiré cuando pueda o te llamare, pero solo será para saber como estás, decía Gokú mientras la pelinegra agachaba la mirada para ocultar su dolor.
Milk mírame, dijo Gokú mientras colocaba sus manos sobre los hombros de la pelinegra.
Hay muchos chicos que mueren por tener una sola oportunidad contigo para demostrarte cuanto te aman, acepta esas oportunidades, yo se que tú volverás a encontrar el amor, como yo tal vez también lo haga, pero si el destino se empeña en que no sea así tal vez algún día nos volvamos a encontrar y si seguimos solos tal vez volvamos a retomar lo nuestro pero por ahora es imposible. Prométeme que te darás una nueva oportunidad, prométeme que buscaras esa felicidad, yo seré feliz si tú lo eres Milk, decía Gokú.
Eso es imposible Gokú nadie es como tú, tú me complementas, tú me equilibras, decía la pelinegra.
No Milk, no busques alguien que se parezca a mí porque solo sufrirás, deja que tu corazón te guíe y no te dejes llevar más por prejuicios, mi niña, decía Gokú.
Yo te esperare, cinco años, yo te esperare, si te estuvimos separados por tres años, dos años más no serán nada, decía la pelinegra. Mientras Gokú la abrazaba a él.
No Milk, no es justo para ti, dijo Gokú.
Luego de algunos minutos más de plática Gokú se despidió de Milk, quien se dirigió melancólica a su habitación.
La pelinegra con los ojos llorosos tomo su celular y marco el número de la única persona que se le ocurrió llamar en ese momento.
Mansión Ouji:
ESTÁS LEYENDO
"Alma gemela"
De TodoVegueta pensó que jamás se llegaría a enamorar pues para él ninguna chica era merecedora de su amor hasta que conoció a Milk Ox, una bella jovencita tan orgullosa como él, la cual le hará bajar su orgullo para ganar su amor y demostrarle así que el...