"Alma gemela"

Capítulo 11: "La despedida: Un nuevo comienzo"

Después de la plática que tuvo Milk con Vegueta ella decidió estar más tranquila y disfrutar los últimos días que le quedaban junto a su primer amor.

La pelinegra había decidido acompañar en lo que pudiera a Gokú, el joven de cabello alborotado acepto la compañía de la pelinegra pues ella mostraba una nueva actitud ya no la veía entristecida, sino más calmada y dispuesta a apoyarlo en todo lo que el necesitara en esos sus últimos días juntos. Ambos no estaban asistiendo al gimnasio por esa semana. Milk solo iba a su trabajo por las tardes donde le comentaba a su nuevo amigo todo lo que había realizado por la mañana con el joven de cabello alborotado.

Vegueta por su parte había decidido por esa semana mantener distancia con la pelinegra solo la veía por las tardes, donde como buen amigo siempre la escuchaba y aconsejaba.

Ya solo quedaban dos días para la partida del joven de cabello alborotado, todos sus amigos le habían organizado una pequeña fiesta de despedida en el gimnasio donde había practicado artes marciales durante 4 años.

¡Gracias chicos¡ decía un emocionado Gokú luego de escuchar las palabras de su maestro y de uno de sus compañeros.

No agradezcas, lo mereces, te esforzaste mucho y esa beca es el premio a tu esfuerzo y dedicación, decía Piccolo.

Si y ese solo es el inicio de tu carrera al éxito, decía Ten.

Solo no te olvides de nosotros cuando estés en la cima, dijo Krilin.

No claro que no nunca los olvidare, dijo Gokú.

No te olvides de escribirnos, decía Yamcha.

Tratare de hacerlo al menos una vez al mes, dijo Gokú sonriendo.

Que logres alcanzar tus sueños, dijo Vegueta.

Eso también espero yo, dijo Gokú mientras una pelinegra escuchaba con atención los buenos deseos de cada uno de su compañeros.

Lo lograrás, alcanzaras todos tus sueños, serás el mejor del mundo, dijo la pelinegra acercándose a darle un efusivo abrazo al joven de cabello alborotado.

¡Gracias Milk¡ dijo Gokú sonriendo.

Luego de un pequeño compartir Gokú y Milk fueron a caminar un poco mientras platicaban.

No se te olvide llamarme cuando llegues, decía la pelinegra.

No se me olvidara, decía Gokú.

Tú abuelito debe estar muy nervioso, es la primera vez que subirá a un avión, ¿no?, dijo la pelinegra sonriendo.

Sí, así es, decía Gokú.

Gokú prométeme algo, dijo la pelinegra.

Dime, dijo Gokú.

Prométeme que si en el lugar a donde vas llegas a volverte a enamorar yo seré la primera enterarme, dijo la pelinegra aguantando su dolor.

Te lo prometo, tu serás la primera en saberlo, pero tú promete que yo también seré el primero en saberlo si tú llegas a enamórate nuevamente, dijo Gokú aguantado sus celos.

Lo prometo y de todo corazón te deseo toda la felicidad del mundo, dijo la pelinegra abrazando a Gokú mientras acercaba su rostro al de él.

Yo también te deseo lo mejor y ojala algún día volvamos a encontrarnos y estemos tan felices que esta decisión haya valido la pena, dijo Gokú mientras posaba sus labios sobre los labios de la bella pelinegra.

Milk y Gokú se besaban en plena calle sin importarle nada en esos momentos solo eran ellos dos y los sentimientos que experimentaban en ese momento.