Acepto

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Veo la gran alfombra roja que me dirige al altar, y un camino de pétalos blancos que dos niñas pequeñas van marcando observo a mis lados si hay alguna escapatoria pero es inútil necesito hacer esto, mierda no tengo que estar tan nerviosa sólo tengo que fingir eso es todo, respiro rápidamente mis manos sudan y tengo miedo de caer, mis manos tiemblan, oh mi Dios. Veo como mi padre toma mi brazo, y sonríe, oh no.

Escucho las dulces melodías de un piano, al acercarme el olor a Rosa me invade y mi corazón se acelera, es tiempo. Observo a mi padre y tomó fuerte su brazo, es mi único soporte en este momento. Las largas bancas están con gente sonriendo y tomando fotografías, caminamos al ritmo de las melodías, y no miro al altar buscó con mi mirada al abuelo Y a la tía Nora pero es imposible hay mucha gente, y predominan con rasgos árabes.
Veo como el altar se acerca y logró localizar al abuelo, sonríe con sus ojos azules llenos de lágrimas y me saluda, pero la tía Nora no sonríe muerde sus labios, y me dice «todo estará bien» pero ambas sabemos que no.
Trago el nudo en mi garganta y veo como una figura impotente se localiza en mi visión, Said. Su mirada expresa emoción?

Me pierdo en sus expresivos ojos negros como la noche, y su mano toma la mía, no logró quitar mi mirada de la suya hasta que el sacerdote nos interrumpe de nuestro extraño trance. Escucho sólo murmullos del sacerdote mi mente está lejos de esta iglesia, oh Dios Perdóname, sé que es un sacramento pero esto es un acuerdo y no nos amamos, lo hacemos por negocios. Esto no es lo que mi madre querría, perdón mamá.

Y sin evitarlo pesadas lágrimas caen de mis ojos, trato de respirar rapidamente pero mis sentimientos están a flor de piel. Siento como su  fría mirada mi penetra. Evito mirarlo a toda costa.

Se acerca el momento de la mentira más grande de mi vida, en toda la ceremonia he evitado mirarlo pero ha llegado la hora, veo sus negros ojos, y respiro.

«Yo Said prometo amarte y respetarte, en la salud y en la enfermedad en la felicidad y en la tristeza, en la riqueza y pobreza cuidar de tu amor hasta el último día de mi vida »
Veo como coloca fuertemente el anillo en mi frío dedo. Un sentimiento de decepción me invade, vamos Lía tu puedes.

«Yo Lía te prometo amarte y respetarte, en la salud y enfermedad en la felicidad en la tristeza, en la riqueza y en la pobreza, cuidar de tu amor hasta el último día de mi vida » digo en un susurro.
Y coloco lentamente el anillo en su dedo, y rápidamente quita su mano.

Por el poder que la Iglesia me confiere los declaro marido y mujer, Said puedes besar a tu esposa. Oh rayos. Olvidé esa parte, miro con desesperación al sacerdote para que se salte esa incómoda parte, nunca he besado a nadie en mi vida, vaya y en mi boda será el primer beso. Said toma fuertemente mi barbilla y le levanta lentamente y me mira un segundo a los ojos, y une nuestros labios mis ojos se cierran al sentir sus suaves labios con los míos, y su varonil aroma invadiendo. Escucho mi corazón latir y un conjunto de fuertes aplausos invade la Iglesia. Oh Dios estoy casada. Said separa nuestros labios, y toma mi mano suavemente, y me dirige a la salida. Sólo observo el camino a la salida, aún aturdida por su beso, que rayos acaba de suceder.
Al salir noto como la fría noche nos golpea, aún toma de mi mano, y me dirige a la misma habitación de hace unas horas.

Nos adentra, y se voltea hacia mí.

—Quiero que tengas claro que todo esto es un acuerdo que beneficiará a la empresa y a nuestros padres, en unas horas saldremos de viaje y oficialmente eres mi esposa de ahora en adelante serás Lía Akram, y ni una palabra a nadie. Entendido?
—Será un acuerdo de pocos meses, no estaré atada a ti Said, y recuerda soy tu esposa no una más de tus empleadas a las que les puedes ordenar. —digo poniendo distancia entre nosotros.
—Te recuerdo pequeña que tu padre te vendió en pocas palabras eres mía y haré contigo lo que se me antoje, así que más vale que te acostumbres a mí serán unos largos meses. Dice con su voz gruesa, mirándome como si fuese un insecto. Y es cierto mi padre me vendió pero no dejaré que me humille.

Decido no responder y limitarme y observar mi aspecto en el gran espejo, aún sigo pálida. Observo mis anillos  El gran vestido blanco, no cubre mucho y el frío me está atacando. Me acurruco en uno de los cómodos sillones de la habitación esperando que Said regrese y me indique que es hora de salir. Cierro mis ojos, y me duermo.

Siento una cálida mano en mi mejilla, que se mueve hasta mis labios, debí de estar soñando. Así que me acomodo mejor.
—Lía despierta— escucho su dulce voz. Su mano aún no se mueve de mi mejilla, oh mi Dios es Said. Su toque Casto y tierno me altera, y me invade el recuerdo de  nuestras miradas cruzandose y su beso tierno y lento. Me muevo un poco y su mano es retirada rápidamente .—Lía despierta es hora— su mano me mueve un poco y me despierta parpadeo varias veces, la habitación huele a rosas y a mi perfume de vainilla, levanto mi adormilada mirada y me parece ver un rastro de sonrisa pero rápidamente quita su mirada.
—Es hora de salir, los invitados están en la recepción esperando por nosotros.

Tiende su mano para ayudarme y la tomo su toque me altera rápidamente así que la suelto, camino rápidamente. El frío me golpea y tomó mi velo para ocultar mis brazos. El auto negro nos espera, rápidamente me subo a este tiritando de frío, un poco menos nerviosa.
—Kenny por favor puedes encender la calefacción?
—Con gustó señorita Akram, su respuesta me hace dudar hasta que entiendo ese es mi apellido, oh será difícil.

Mis ojos se cierran de nuevo, así que me acomodo en el frío asiento, al cabo de unos minutos siento algo caliente caer sobre mis brazos, el aroma de Said me invade y sé que me ha colocado su saco. Vaya eso no lo esperaba.

—Lía nos acercamos al hotel. Escucho la voz de Said de nuevo esta vez me levanto de inmediato. Efectivamente Said me colocó su saco.

Al llegar noto el gran hotel, adornado por luces blancas, y el bullicio de la gente. Said sale del automóvil y lo sigo con su saco sobre mis hombros, me tiende su mano y observo sus negros ojos.

—Oh vamos Lía no te haré daño, eres mi esposa no es lo único que tocaré. Y me hala fuertemente.

Oh no en sus sueños me tocará, será lo último que hará. Nunca.

Al acercarnos una mujer nos habla en árabe y Said responde rápidamente, quito el saco y se lo tiendo diciéndole gracias sin mirar sus ojos. Aunque el lugar esté helado. Mi estómago ruge, necesito cenar.

Observo el lujoso lugar, paredes blancas amplios corredores, luces de cristal, hasta que en el pasillo algo llama mi atencion.

Fakhir Akram, el padre de Said, las ganas de vomitar acuden a mi estómago, él y mi padre son los mayores culpables de este desastre. Said toma mi mano y mi guía hasta la habitación en la que su padre nos indica.

—Buena noche joven Lía—el sarcasmo en su voz me golpea de manera brutal
—Buena noche señor Fakhir—digo mirándolo con de decepción. Ni siquiera puedo mirarlo, es molesto.
—Bienvenida a la familia Akram, eres una de las pocas mujeres blancas que ha logrado entrar a mi familia, eres afortunada.
—Said es el primer no blanco que ingresa a la mía y no por elección mía, es él más afortunado—digo mirándolo con odio.
—Una de las cosas que admiro de la mujer blanca es su osadía, en nuestra cultura joven Lía las mujeres cuidan su tono, no es apropiado el sarcasmo, ni hablarle de ese modo a su esposo,  deberías tener cuidado Said no es paciente.—dice con su voz áspera mirándome atentamente.
—Usted lo indicó señor Akram la mujer árabe, no yo.—digo retóricamente.

Veo un atisbo de sonrisa en el perfecto rostro de Said pero rápidamente se voltea y habla con su padre, por supuesto no entiendo ni una palabra de lo dicen, esto será muy aburrido. Así que tomo asiento en una de las estrechas sillas de madera será una larga noche.

MercyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora