Atrapada

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Al cabo de dos horas mis ojos no pueden estar más tiempo abiertos, no he escuchado la voz de Said en todo el viaje, así que desabrocho mi cinturón y coloco mis piernas cerca de mi y las abrazo, el aire me está congelando.

«Estoy orgullosa de ti pequeña, sé fuerte» la voz de mi madre me hace despertar, mi corazón late muy fuerte, noto un manto rojo cubriendo mi cuerpo dándome calor, el leve movimiento del Jet me termina de despertar, volteo y algo llama mi atención, algo. Estoy tendida en la cama que observé al entrar, parpadeo varias veces y recuerdo que estoy aún estoy en el aire.

Como llegué hasta aquí, no recuerdo haber pasado del asiento a la cama, ni solicitar un manto, Said. Al lado de la cama están el par  de asientos, y en uno de ellos Said, observo que sus ojos están cerrados y su ceño fruncido, vaya incluso dormido es atractivo. Me acerco un poco y lo observo dormir. Se ha quitado el cinturón y el asiento luce un poco inclinado hacia atrás,  debe ser incómodo dormir ahí.

Me levanto en silencio y Me dirijo al baño, recuerdo haber escuchado a Said indicarme cuál era, así que me encamino en este pero al caminar veo todo da vueltas, oh rayos. Me sujeto de uno de los asientos traseros y me acerco rápido a la puerta. Al entrar el pequeño baño, observo mi aspecto, mierda.

Suelto los pines de mi peinado, así que me cabello cae en hondas por mi espalda, tomo una toalla y la humedezco, quito cualquier rastro de maquillaje corrido en mis ojos. Aún sigo pálida debe ser por los mareos, o por los nervios de despertar en la cama y no saber quién me coloco en ella, seguramente Said solicitó al sobre cargo que me colocara en ella, sí eso sucedió, espero. Así que me dispongo a hacer mis necesidades.

Al salir cierro con delicadeza la pequeña puerta el aire está helado, observo que las luces dentro del pequeño avión han sido reducidas, hay poca claridad. Me acerco a Said y continúa dormido. Le quiero decir que cambiemos de lugar él en la cama y yo en los asientos, pero luce como un niño indefenso, dormido. Es precioso. El recuerdo de los votos regresa a mi mente, su gruesa voz diciendo una promesa, falsa.  De nuevo observo las alianzas en mi mano izquierda, son hermosas pero falsas como todo lo nuestro.

Su apasionado beso,  su mano acariciando mi mejilla, su respiración mezclándose con la mía todo dio vueltas por un segundo el mundo desapareció éramos sólo Said y yo, sus gruesos labios rozando los míos, fue perfecto hasta que la realidad cayó sobre mí.

Decido dejar la cómoda cama y sentarme de nuevo al su lado, pero el sueño ha desaparecido, me dispongo a observar por la ventana y no logro, apreciar nada en la oscuridad debe ser de madrugada aún.

Desde la cena en que Said y yo nos conocimos no hemos hablado más de diez minutos mi falso esposo y yo solo hemos hablado por minutos. No conozco nada de él, es un completo desconocido. Pero con gran corazón, unos días antes de la boda me dispuse a buscarlo por Google, asociaciones indicaban que él era el mayor benefactor a campañas para las personas afectadas por los bombardeos, niños sin padres y mujeres solteras.

Era creador de casas de refugio para niños afectados de Siria, y refugiados en el mundo, su corazón era grande. Eso me hizo ver que no era mala persona del todo. El día que lo conocí no compartimos palabra alguna, sólo miradas entrecruzadas. Hasta el día de la boda. No sabía que pensaba Said de toda esta locura, posiblemente él no estuvo de acuerdo tampoco y su padre lo obligó. Pero no lo creo, Said a sus 27 años podría decidir también.

En la cena conocí a algunos de sus hermanos, los gemelos por ejemplo a Kadím y Karím, que a su corta edad de 17 habían cometido tantas locuras , que su padre había decidido enviarlos a un crucero por un año, son similares a Said pero con menos estatura  son muy amables, y graciosos. Todo lo opuesto a su hermano.  Jamil es el más parecido a Said, alto, piel morena, sonrisa perfecta, cejas gruesas pero más sonriente, es dulce y amable. Y estaba Ahmed, este en preciso me inquieta un poco, en la cena me miraba de una manera seductora, y al presentarme tomó mi mano con excesiva dulzura. Fue incómodo.

Sólo espero que al llegar todos crean que está farza es verdadera, sólo cinco personas saben que es un acuerdo, mi padre, el padre de Said, tía Nora, mi nuevo esposo y yo. Esto es una locura.

Decido Traer la manta roja y cubrirme con esta, pero observo de reojo a Said y con sumo  cuidado lo cubro también con la manta. Espero que no se moleste. Y aún pienso en como llegue a la cama. Será mejor que lo olvide. Así que cierro mis ojos.

Un movimiento hace que mi cuerpo tiemble, y hace que habra mis ojos y la luz me hace cerrarlos de nuevo. Parpadeo varias veces hasta que puedo acoplarlos a la luz. Me acomodo en mi asiento y observo a mi lado. Said está mira done fijamente, oh Dios.

Mis nervios regresan de nuevo, me mira de una manera diferente, curiosamente quizás.

—Dejaste la cama—dice con su ronca voz. Luce espectacular, Ojos brillantes, su perfecto cabello negro un poco despeinado.
—Oh, iba a despertarte para que pudieras dormir en ella, pero parecías cómodo durmiendo .—digo rápidamente, esperando su grosera respuesta.
—Y por qué regresaste aquí—dice dudosamente.
—No tenía sueño pensé que ibas a despertar pero no lo hiciste así que cerré mis ojos—digo en un susurro
—Estas pálida te sientes bien?— su cambio de tema me asombra
—Oh debe ser por el movimiento del avión no estoy acostumbrada a viajar por tanto tiempo...— en realidad, no estoy acostumbrada a estar casada con un árabe atractivo, que me asusta con sólo hablar y además un largo viaje de horas.
—Comiste algo después de la cena?— pero no logro gesticular palabra alguna, sólo observo su mirada, sus labios gruesos, y sus perfectos dientes.
—Lía— su voz me saca del trance
—Oh sí lo siento....no en realidad no— alejando la mirada
—Necesitas comer, llevas tu estómago vacío durante horas, y la cena no fue muy apetitosa.

Observo como llama al sobre cargo y en un perfecto francés ordena algo, con su elegancia y dureza, veo la alianza en su mano, un anillo del mismo tono de mis alianzas y eso me hace pensar que nos une. Oh no Lía no.

Al retirarse el sobre cargo un silencio incómodo nos invade así que decido hablar.

—Tu familia es grande— qué??? Es lo único que cruzó por mi mente
—Lo es, en realidad esa sólo es la parte paterna—Dice con su gruesa voz
—Vives con muchos de ellos?
—No. En casa sólo viven algunos de mis  hermanos, mi padre, y la servidumbre. —sus respuestas son cortas, así que decido no hablar más, me volteo y observo por la ventana. Sé que él está ahí observando. Y mis nervios están a flor de piel, cierro mis ojos e inhalo su aroma varonil, desearía estar dormida. Su beso regresa a mi mente, sus labios suaves y seductores,  mierda.
—Tu padre nos vio al salir del hotel—su voz interrumpe mi silencio, sin voltear sigo escuchando su voz. —me advirtió sobre ti, eres inteligente lo sé, así que espero que no intentes escapar.
—No intentaré nada Said, hicimos una promesa, no la romperé, y no me iré si no intentas nada estúpido —digo aún con mis ojos cerrados, puedo escuchar el latir de mi corazón.
—Eres mi esposa si a eso te refieres—Dice con tomó arrogante. Su comentario me hace voltear y mirarlo impasible.
—Te lo dije antes de ser tu esposa y te lo repito ahora no me tocarás ni un pelo Said, recuerda que es un acuerdo todo esto es una farsa—digo alterada.
—Ante la Iglesia y la ley eres mía Lía—Dice quitando la manta de su cuerpo, el calor de la manta y su aroma me han atontado.
—No por gusto Said y lo sabes esto es una decisión de ti, y nuestros padres pero no mía así que sigue soñando— digo molesta y acalorada, así que me levanto de mi asiento y me dirijo al baño, pero Said toma mi mano y me hace voltear, también se ha levantado y su estatura me hace levantar la cabeza. Para poder mirarlo a los ojos.
—Señora Akram eres mía y nada lo cambiará.

MercyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora