Capítulo 10: Mentiras y dolor

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Un nuevo día amanecía, una bella jovencita pelinegra se despertaba al escuchar el sonido de su celular. La pelinegra tomo su celular en sus manos y sonrió ala ver el nombre que aparecía en el mismo: Mi ángel guardián, pensó la pelinegra antes de contestar la llamada.

Aún seguías dormida, dormilona, ya van a ser las 7 am, decía Gokú sonriendo.

Si ya me di cuenta, dijo la pelinegra sonriendo mirando su reloj que estaba sobre su mesa de noche.

Pues alístate ya, paso por ti en 20 minutos para ir a la preparatoria, decía el atractivo jovencito de cabello alborotado.

Esta bien, te esperare, dijo la pelinegra cortando la llamada mientras una gran sonrisa se formaba en sus labios y su corazón latía con mayor prisa.

Paoz:

Nube voladora hora de partir, decía un atractivo joven de cabello alborotado que se encontraba parado sobre una nube con su mochila al hombro mientras pensaba: ¿Qué me pasa cada vez que escucho la voz de Milk?, siento una extraña alegría y es tan maravilloso lo que estar cerca de ella me provoca.

Preparatoria Dragón:

En uno de los pasillos de la preparatoria una rubia y un joven de cabello rosa platicaban.

Yo te avisare cuando logre mi cometido, estate atento a mi llamada, decía la rubia.

Así será Lunch, ya tengo su pastillita milagrosa preparada con mucho amor para ese momento, decía Majin boo riendo.

Por tu cara no son las mismas pastillas que Milk ha consumido, decía Lunch.

Claro que no, esta es la droga más potente que existe, la adicción que genera es mayor a la droga que Milk consumía. Si la prueba no podrá dejarla nunca, decía riendo Majin boo.

¿Tú ya la has probado?, decía Lunch.

Claro como proveedor tengo que conocer mis productos, pero yo lo hago con mesura pero para Milk mi regalito para calmar el dolor que sentirá es muy especial ya que la prepare pensando en ella. Ahora él estúpido ese no podrá salvarla así quiera, no podrá, decía riendo el joven de cabello rosa.

Mientras tanto:

Un par de pelinegros tomados de la mano corrían por las calles de la ciudad.

Hubiéramos venido en mi limosina, decía Milk fingiendo molestia.

La caminata es buena además es parte de terapia, dijo Gokú sonriendo.

Tú lo has dicho, la caminata, no las carreras, dijo Milk sonriendo.

Ya Milk no te quejes, solo nos queda unas cuantas calles, dijo Gokú.

Si, pero ya estoy cansada, dijo Milk.

Entonces me lo hubieras dicho, dijo Gokú soltando la mano de la jovencita y agachándose indicándole a la pelinegra que subiera en su espalda.

No, como crees, dijo Milk sonrojada.

Estás cansada, ¿no?, yo solo quiero evitar que te canses más, dijo dulcemente Gokú.

¡Gracias pero mejor sigamos corriendo¡ dijo Milk sonriendo.

¿Estás segura que puedes continuar?, dijo Gokú.

Si, dijo Milk con firmeza.

Entonces vamos, dijo Gokú volviendo a tomar la mano de la pelinegra y continuando su carrera con ella.

Minutos después:

Un par de pelinegros llegaban agitados tomados de la mano a la entrada de su preparatoria.

"Ángel"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora