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Aún no entendía que hacía la morena ahí, parada frente a su casa a altas horas de la madrugada. Lauren le hizo señas preguntando que hacía ahí, a lo que la morena le respondió con una simple encogida de hombros.

Y era verdad, ni la misma Camila sabía a ciencia cierta que demonios hacía frente la casa de la ojiverde si se supone que estaba ignorándola para evitar dichos sentimientos. A veces ni ella misma se entendía, primero dice que la molestaría para estar más tiempo con ella y ahora esta ahí tratando de evadir lo inevitable; sentir cosas por Lauren.

"Que cobarde eres, Cabello."

Lauren le hizo señas para que subiera como aquella vez, Camila comenzó a caminar, era como si toda la fuerza de voluntad se esfumara cual humo en el viento.  La morena se movía y obedecía a las ordenes de Lauren, 'gobernada', le dicen.

Logró subir por aquella escalera, torpemente ya que seguía bajo el efecto del alcohol.

Lauren: ¿Qué rayos haces?

Camila: Uh..daba una vuelta por aquí.-dijo como si caminar a esas horas fuera de lo más normal en el mundo.

Lauren: ¿Qué te crees?, ¿un alma en pena?.-la miro extrañada y la morena solo gruñó ante su comentario.

Camila: Olvidé las llaves y mi madre no está.-dijo con un ligero rubor en las mejillas, Lauren no pudo evitar soltar una risita.-¡No te burles!.-gritó

Lauren: Shhh.-siseó.-Mi madre duerme abajo, podría oírnos.

Camila: Bueno entonces ya me voy.-trató de bajar pero Lauren la detuvo.

Lauren: No, espera.-la miró.-Al parecer no tienes a donde ir..

Camila: ¿Y?.-la ojiverde la miraba con atención

Lauren: Y..no traes suéter.-reclamó.-Si pensabas quedarte a dormir en una banca te iba a dar frío.-la ojiverde preocupándose siempre de pequeños detalles.

Camila: Como si esas cosas pasaran..-arrastró las palabras.

Lauren: Estas ebria.-dedujo.

Camila: No.

Lauren: Sí.

Camila: No.

Lauren: Que sí.

Camila: Solo estoy mareada, cuatro ojos.

Lauren: Ven acá, entra entra.-la apoyó para que entrara por la ventana, para su suerte Camila era muy delgada y pudo entrar sin problemas.

La ojiverde la guió hasta su cama y la sentó.

Camila: No soy un bebé, Lauren.

Lauren: Pero estas ebria..

Camila: Ebria pero no idiota.-la ojiverde sólo rodó los ojos y negó con la cabeza .

Lauren: Buscaré un suéter para ti, te cambiarás esa ropa.-ordenó como una madre.

Lauren no solía ser tan linda con las personas por ser poco social, pero con las pocas personas que la rodeaban, ella era un dulce caramelo, sobre todo si de nuevos amigos se trataba o de alguien que comenzaba a gustarle.

Camila: Duermes como una reina..-admitió mirando la cama tamaño matrimonial en donde se encontraba sentada.

Lauren: ¿Uhm?, bueno..gracias.-sonrió mientras buscaba ropa para Camila.-La verdad es que soy muy tranquila para dormir, duermo sólo en un rincón.

Camila: ¿Y entonces por qué una cama tan grande?, es decir yo duermo en una pequeña cama.-gruñó

Lauren: Mamá cree que necesito espacio, me dijo que un día me daría un gato y podría dormir conmigo.-dijo la ojiverde emocionada con el suéter en la mano y un pantalón de dormir.

Camila: Gatos..-suspiró y se tumbó a la cama.

Lauren miró a la morena y le dio por querer estar cerca de ella, como cuando te da el antojo por querer comer o realizar algo, así que ésta decidió acostarse a su lado. Cumpliendo su inocente capricho.

Lauren: Bu.-dijo a la morena mientras ésta otra comenzaba a caer dormida. Lauren observó detenidamente cada facción de Camila, el modo en que sus pestañas semi quebradas caían, como su respiración lenta la tranquilizaba, y sus labios..maldición, no podía dejar de mirar esos increíbles labios.

Aquellos que cada vez más deseaba probar sin saber el porqué.
Lauren no sabía si realmente gustaba de las chicas, sólo sabe que desde muy pequeña los chicos no eran mucho lo suyo, eso no le asustaba en absoluto, solo le intrigaba y aunque nunca lo habló con su madre, sabía que a ella no le importaría si en algún momento a la ojiverde gustara de una chica y no de un chico.

A pesar de que a Lauren le intrigara saber porque las chicas se le hacían mucho mas lindas que los chicos, su mayor intriga era el porqué Camila se le hacía más linda que todas las demás chicas que había conocido antes.

La ojiverde tenía que despertar a Camila quisiera o no, no iba a permitir que durmiera con esa ropa olorosa a cigarrillos, aunque se viera malditamente adorable durmiendo.

Lauren: Camila..-susurró para no alterarla.-Camz, vamos, no dormirás con esa ropa.

Camila: Calla Lolo..-la ojiverde abrió los ojos como plato y su corazón se aceleró al oír a Camila llamarle así.

¿Realmente se estaba refiriendo a ella? ¿Ese era su apodo especial?

Lauren: ¿Lolo?.-preguntó

Camila: Ujum..es..un apodo para ti.-dijo la morena con los ojos cerrados.

Lauren: Es lindo..-le sonrió a pesar de que Camila no pudiese verla.

Camila: Como tú..-soltó inconscientemente.

En ese instante Lauren sintió como sus mejillas ardían a más no poder, tenía una sonrisa boba dedicada solo a Camila, sentía como su corazón estaba brincando por todo su pecho, gritando y festejando aquel hecho. Algo que para otros pudiese ser un simple halago de amistad, para Lauren era lo más especial que alguien le había dicho jamás.

La ojiverde decidió dejar dormir a Camila así como estaba, pensó que sería mejor tenerla dormida y pacífica a enojada por solo querer que se cambiara de ropa.

Lauren acomodó a Camila en la cama ya que sus pies aún sobresalían de ésta, era increíble que la morena tuviese el sueño pesado y no hubiese gruñido o algo por el estilo mientras Lauren la acomodaba. Ella durmió en una esquina, mientras que Camila ocupaba casi todo el espacio de la cama. Lauren comenzaba a caer dormida, cuando de la nada sintió como uno de los brazos de la morena rodeaba su cintura, la ojiverde sonrió y tímidamente tomó la mano de Camila entrelazandola a la suya.

Las manos de Camila estaban ligeramente frías, a Lauren le pareció algo tan lindo ya que sus manos le recordaban al reconfortante frío nocturno en otoño. Así como esa misma noche.

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Camila había despertado quizá un poco más temprano que Lauren, ella recordó como llegó hasta la casa de Lauren y como ésta le ofreció quedarse en su habitación. La morena se sentía avergonzada, había dormido con la chica que comenzaba a confundirla de una manera inexplicable, por una parte Camila se sentía tan bien por haber pasado tiempo con Lauren e incluso dormir con ella, pero por otro lado, se sentía preocupada ya que para ese momento quizá su madre ya estaría en casa preguntándose en donde demonios estaría Camila. Así que sin decir algo, la morena salió por la ventana donde había entrado en la noche, no quiso despertar a la ojiverde ya que sería como molestarla más de lo que seguro ya la había molestado, sí, aunque no lo pareciera Camila se preocupaba por algunas cosas.

Antes de comenzar a bajar por aquella vieja escalera, Camila echó un vistazo por la ventana de Lauren, la veía dormir tan tranquila y cómoda, estaba echa bola en una esquina, enrollada entre sus sábanas, así como un lindo cachorro y sin darse cuenta, Camila suspiró.

Perdida, así estaba ahora.

Weak When U R Around |CAMREN|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora