Habían pasado algunos días y era miércoles de la próxima semana, ese día Zoro pidió descanso, para relajarse fue a comer con un par de amigos, una de ellos lo esperaba, de cabello negro y ojos azules, tenía divisada una sonrisa.
-Llegas tarde Zoro... ¿acaso te volviste a perder?- dijo con gesto de burla y amabilidad.
-¡Silencio!- dijo avergonzado y tomando asiento. –¿Y el ero-Cook?- cuestionó.
-Está trabajando...- dirigió su mirada al mesero rubio, quién hablaba con unas señoritas.
-Nunca cambiará...- suspiró con frustración.
-¿Y qué tal el nuevo trabajo?- preguntó la pelinegra al ver ojeras en la cara del peliverde.
-¡Cansado! ¡No soporto a la mocosa esa!- dijo enojado, en ese momento llegó Sanji, bailoteando y con corazones en los ojos.
-¡¡Robin-chawn!!- colocó una copa de vino y un sándwich. –Perdona la demora...-
-Como no vas a tardar si estás de idiota...- dijo fastidiado Zoro.
-¡¿Que has dicho?!- contesto enojado. –¡El idiota es otro por perderse fácilmente!- le gritó, mientras Robin reía por la típica escena de sus amigos.
-¡Maldito!- estaban frente a frente.
-Tranquilos...- trataba de calmarlos. –¿Acaso nunca podemos vernos en paz?- cuestión la mayor, los varones la voltearon a ver, calmando sus posturas y tomando asiento.
-¡Lo siento Robin-chawn, pero ese marimo idiota empieza!- lo señaló.
-¡Aquí el único idiota eres tú!- reclamó el peliverde, por lo visto otra pelea comenzaría.
-Ven... ahí van otra vez... fufufu...- dijo y los varones sonrojados se volvieron a sentar.
-Erocook... deseo sake...- dijo Zoro, sin embargo el rubio se negaba a moverse. –¡Oye!-
-Por favor Sanji, tráele sake a Zoro...- dijo con una sonrisa y el cocinero suspiro con resignación, no podía negarle nada a la pelinegra.
-Lo haré por petición de Robin-chan, tienes que estar agradecida con ella...- se levantó y se dirigió a la cocina.
-Como sea...- articulo.
-Estás de mal humor, mucho más que otros días ¿se debe a tu trabajo...?- preguntó poniéndose un poco sería.
-Si...- contestó. –Apenas llevó 2 semanas y deseo renunciar...-
-¿Tan mala es esa chica?- preguntó un poco preocupada.
-¡Es horrible... nunca pensé en conocer a alguien así!- dijo, era el momento de desahogarse. –Es toda una princesa, caprichosa, madona, arrogante...- suspiró. –Estoy apuntó de renunciar...-
-Pero tengo entendido que no puedes...- puntualizó y el peliverde echo la cabeza para atrás.
-Lo sé...- por eso trato de ser muy paciente... pero esa mocosa está sacada del mismo infierno...-
"El sol florece en el infierno y la oscuridad cae sobre el paraíso...
Brillantez o desesperación... ¿Cuál llega más profundo?"
-Después de todo, es la hija de Doflamingo, obviamente siempre ha tenido todo lo que desea, ese hombre es de los más ricos de todo Raftel...- Zoro asintió, en ese momento Sanji llegó con una gran botella de sake y un plato de pescado asado.
-¿Acaso cuidas a la hija de Doflamingo?- dijo sorprendido el rubio.
-Así es...- vio cómo Sanji hizo sus ojos de corazón, él rodó los ojos con fastidio.
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Arrodíllate y besa mis pies. (One Piece. Zoro y tú)
FanfictionUn suceso inesperado unirá la vida de dos personas. El orgullo puede ser el peor enemigo del amor.