Capítulo 10: Amor maternal.

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Después de un rato llegaron a un modesto edificio, Zoro y Robin salieron primero del vehículo.

-Te la encargo por favor... no dejes que salga hasta que yo llegué...- dijo seriamente, mientras se dirigía a la puerta trasera.

-De acuerdo...- dijo con una mirada tranquila.

-Por aquí señorita...- dijo secamente, sin embargo se sorprendió un poco al ver que ella tenía unas lágrimas en sus ojos. –¿Estás bien?- cuestionó con sincera preocupación.

-¡¿Cómo si realmente te importará...?!- limpio sus lágrimas y bajó ignorando a Zoro.

-Por aquí (t/n)-san...- Robin se fue con la joven, el peliverde chasqueo la lengua e igual se adentró al edificio.

Algunas horas después (t/n) le pidió a Robin permiso para bañarse y la pelinegra le prestó un poco de ropa.

-Puedes dormir en esta cama, es algo pequeña pero es cómoda...- dijo con una sonrisa señalando el mueble.

-No quiero ser molestia...- se abrazó a si misma y tenía la mirada baja, Robin se puso seria y levanto la mano hacia la joven.

-¿Qué te pasa?- (t/n) dudosa tomó la mano de la mayor, ambas se sentaron en la cama.

-No es nada...- decía sin ver a la mujer, quien sonrío levemente.

-No le diré nada a Zoro, si eso te preocupa...- la joven levanto la vista.

-¡No te creo!- protestó con cierta fuerza. –Eres amiga de ese...-

-Pero ahora olvidemos que conocemos a un tal Zoro... hablemos de mujer a mujer...- sonríe amablemente.

-Sabes... siempre quise que mi madre y yo habláramos así...- bajó la miarada, calmando sus facciones.

-¿Y tú madre?- preguntó preocupada.

-Ella murió cuando era niña... desde entonces... estoy sola...- Robin acaricio suavemente su hombro.

-Lo siento mucho...- lo dijo con ternura, la (t/c) levantó la vista y observó la mirada compasiva de la mayor. –Yo también perdí a mi madre cuando era niña... nadie estuvo para mí... pero yo creo que tú no estás sola...-

-¡No me conoces!- declaró y la mujer sonrío. –¿Qué es tan gracioso?-

-Tienes a tu padre... ¿no?- preguntó.

-S... si... pero el trabaja... aunque tengo a Cora-san, Law-niisan... Baby 5... Giolla...- comenzaba a recordar a todos en la familia, que la quieren, la consienten y la cuidan.

-Ves...-

-Pero no es lo mismo...- volvió a bajar la mirada.

-Lo sé... ningún amor es igual al de los padres, pero tampoco debes ignorar el amor de quienes te rodean, tengo grandes amigos, y las personas que cuidaron de mi cuando era pequeña también era buenas...- (t/n) suspiro, Robin tenía razón.

-Dime... ¿Roronoa... él... y tú?- no concretaba la pregunta por pena.

-Sólo somos amigos, lo conocí cuando llegó a Rafael hace 5 años, era muy serio y reservado, pero comencé a hablar con él y suelo apoyarlo como hoy por ejemplo...- explicó tranquilamente sin borrar su sonrisa.

-¿Por qué?- le entró la curiosidad, usualmente nadie ayuda a otros sin un motivo.

-Él es igual que yo, pero con una historia un poco más lamentable...- la (t/c) se sorprendió. –Cuando nos llevamos mejor, me contó que desde que tiene memoria no conoció a sus padres, iba de un orfanato a otro hasta que un hombre se apiadó de él y lo cuido, hasta ser el hombre que es hoy... por eso es muy reservado y serio...- dijo lo último con cierta burla.

-Es horrible...- dijo sinceramente la (t/c).

-Si, aunque no lo creas, si Zoro prometió cuidarte así lo hará, él me contó que te le pusiste 3 reglas básicas...- la chica asintió. –Pues él también tiene 3 reglas para tú cuidado...-

-¿En serio?- la mayor asintió. –¿Cuáles son?-

-Bueno... número 1: Protegerla de todo sin excepción alguna...- (t/n) recordó cuando Zoro la protegió de Kid y le dijo eso. –Número 2: Observar atentamente lo que hace...- ahora la joven se explicaba porque el peliverde ya no da tantas vueltas como antes cuando le ordena algo. –Y la última... nunca dejarla sola...-

(T/n) se sonrojó notoriamente, ni siquiera sabía si eso era verdad o no, pero en fondo le alegraba.

-Yo... yo no sé qué decir...- bajo la mirada para ocultar su sonrojo, pero Robin lo notó.

-¿Acaso Zoro ha llamado tú atención?- la joven se puso nerviosa, negando energéticamente.

-Bueno si no me quieres decir, no te obligaré...- carcajeo suavemente, levantándose de la cama. –Descansa...- empezaba a salir.

-Robin-san...- la mayor volteo. –Gracias... por escucharme...-

-Si otro día necesitas alguien que te escuche, ya sabes dónde vivo y no te preocupes, de mis labios no saldrá nada...- sonrió guiñando el ojo y salió rumbo a su habitación.

(T/n) se acostó en la cama, buscando dormir, sin duda había sido una noche de emociones fuertes, tenía miedo de encontrase a Kid, que intentará hacerle daño otra vez, sin embargo esos pensamientos fueron cortados al pensar que Zoro la protegería, como lo hizo en el centro comercial y esa misma noche.

No lo pudo evitar, se sonrojó al pensar en el peliverde, era atractivo y tenía buen cuerpo, además era fuerte y responsable, tal vez debía ser más agradecida con él, después de todo Zoro no tenía la culpa de que su padre nunca le prestara atención.

Su mente divagaba hasta que recordó a su madre, una hermosa mujer, bondadosa y carismática, que siempre la cuidaba y amaba, al igual que su padre, sin duda eran una familia feliz, hasta que su madre enfermo, pasaba en cama día y noche, Doflamingo había pagado toda clase de doctores para dar con la solución, pero ninguno acertaba y sólo afectaban la vida de la mujer.

La joven no lo pudo evitar y comenzó a llorar, deseaba que su madre siguiera a su lado, de haber sido así, nada malo le hubiera pasado, seguirá siendo feliz como hace años, ¿por qué le había pasado eso?

Esa misma pregunta se hacía su padre...

Recordó algo que hace tiempo le dijo...

Flash Back...

Uno de esos días en que la señora Donquixote estaba en cama, su hija entraba con una sonrisa.

-¡Mamá!- subió a la cama.

-Mi pequeña (t/n), no corras así, podrías caerte...- dijo con una cálida sonrisa, mientras acariciaba a la niña.

-¡Lo siento mucho!- se arrulló en el abdomen de su madre.

-Y dime ¿cómo están todos?- usualmente le contaba sobre lo que hacía la familia.

-Bien... hoy Baby 5 y Buffalo hicieron de enojar a Cora-san...- carcajeo recordándolo.

-Le hicieron otra travesura...- dijo disfrutando el relato.

-¡Así es... fue muy divertido... después de eso jugué con Baby 5 y Giolla nos leyó un cuento junto con Dellinger-chan!- platicaba con mucha emoción. –Era de una princesa y su amor verdadero... ¡oye mamá!... ¿yo encontraré un príncipe azul, cómo en el cuento?- preguntó con inocencia y ternura.

-Claro mi vida... encontraras a un hombre que te ame por lo que eres, te protegerá y te hará muy feliz... cuando estés triste él te alegará la existencia...- sonreía cálidamente.

-¿Lo mismo te pasó con mi papá?-

-Exacto... estoy segura que serás tan feliz como yo lo soy ahora...- la mujer abrazo a la niña, sólo había amor y esperanza.

En ese momento (t/n) le había creído...

Fin del flash back.

-Mamá... te extraño mucho...- se arropó con las mantas mientras seguía llorando hasta que se quedó dormida.

Arrodíllate y besa mis pies. (One Piece. Zoro y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora