Algunos días habían pasado, Zoro hizo caso a los consejos de Robin, debía jugar igual que (t/n), para ello la investigó más a fondo, haciéndole preguntas disimuladas a Giolla y Baby 5.
Faltaban pocos días para la salida a Dressrosa y la joven no había conseguido que su guardaespaldas renunciara, debía esforzarse más.
Una tarde ella estaba en la sala de entrenamiento, jugando videojuegos con sus amigos de la escuela: Luffy, Usopp, Vivi y Nami.
-¡Roronoa!- gritó (t/n), Zoro entraba a la estancia.
-¿Qué desea señorita?- dijo, pero algo no le dio buena espina al ver a los amigos de la joven ahí, de seguro ella tramaba algo.
-Trae bebidas para mis amigos...- el peliverde no dijo nada más, saliendo del lugar, Nami se acercó a ella con rostro intrigado.
-¿No le dirás lo que nos gusta?- cuestionó y su amiga sonrío.
-No... él debe saber qué hacer, si no lo hace bien, dará las vueltas necesarias para complacerme...- rio maliciosa.
-Debo de admitir que es guapo...- dijo susurrando Nami. –Pero tiene expresiones de viejo amargado...-
En ese momento, Zoro llegó una bandeja con 5 bebidas, una naranjada, una té verde, dos malteadas de chocolate y, para sorpresa de la (t/c), su jugo favorito.
-Aquí está lo que me ordenó señorita...- dijo secamente, (t/n) se tensó, cómo pudo adivinar a la primera, eso no estaba bien.
-Pero eso no es lo que queríamos...- sin embargo no seguir hablando, Luffy dejó el juego y tomó los vasos de malteadas.
-¡Mira Usopp!- le entregó a una a su amigo. –¡Se ven deliciosas!- exclamó.
-Tienes razón...- dijo su amigo.
-¡Luffy!- exclamó la (t/c), pero Nami tocó su hombro, tratando de relajarla.
-¿Desea algo más?- preguntó el peliverde enarcando una ceja.
-¡No!- dijo con fastidio la joven. –¡Lárgate!- le gritó, el guardián hizo caso y salió con una sonrisa triunfante.
-¿Pasa algo?- preguntó Vivi, quien vio cómo su amiga estaba muy enojada.
-No logró hacer que renuncie...- se cruzó de brazos.
-¿Y por qué quieres que renuncie?- preguntó Luffy, haciendo a un lado su juego.
-Detesto tener niñera...- contestó.
-Pero se ve que tú guardaespaldas es una buena persona... ¡nos trajo bebidas deliciosas!- exclamó con una sonrisa el joven.
-Tiene razón...- dijo la peliazul al probar su té.
-Odio admitirlo, pero todos tienen razón...- confesó Nami al probar la suya.
-¿Cómo se llama?- preguntó Luffy con mucha curiosidad.
-Roronoa... Zoro...- dijo resignada (t/n).
-Increíble...- dijo el joven pelinegro. –¿Crees que él quiera ser mi nakama?- preguntó con su sonrisa amplia.
-¿Acaso quieres que sea tu amigo?- dijo incrédula la (t/c).
-¡Si! Te digo que se ve que es una buena persona... shishishi...- la joven no podía enojarse con Luffy, lo pensó un poco y tenía razón, Zoro es una buena persona, la ha aguantado más que cualquier integrante de la familia, la salvo de Kid, y nunca le contó a su padre sobre aquella noche en el antro.
También sus pensamientos se dirigieron al día que lo vio sin camisa, sonrojándose por el pensamiento involuntario, el cual no pasó desapercibido por Nami.
-(t/n)...- la saco de su trance. –¿Acaso te gusta?-
-¡No!- exclamó atónita y algo nerviosa.
Luffy y Usopp volvieron a los juegos, Nami y Vivi, comenzaron a cuestionar a la joven, quien tenía una expresión sonrojada.
-Entonces ¿por qué estás roja...- dijo con malicia, quería que su amiga confesara.
-No es que me guste... sólo que un día lo vi...- trataba de decirlo sin ponerse nerviosa.
-¿Lo viste desnudo?- exclamó acusatoriamente la pelinaranja, sonrojando más a la joven.
-¡Claro que no!- exclamó muy fuerte que Luffy y Usopp voltearon.
-¿Qué pasa?- preguntó preocupado el joven de nariz larga.
-Nada...- dijo nerviosamente Vivi. –Ustedes sigan jugando...- a los chicos no tuvieron que decírselo dos veces, pues continuaron con el juego, mientras Nami seguía cuestionando a la (t/c).
-¿Entonces?- volvió a preguntar.
-Sólo lo vi sin camisa... punto, no quiero hablar del tema...- desvió la mirada.
-¿Acaso tiene un cuerpo atlético?- cuestión con pena la peliazul.
-S... si...- dijo nerviosa (t/n). –Pero tampoco es lo más maravilloso del mundo...- trató de disimularlo.
-¿Por qué no intentas algo con él?- el tono malicioso de Nami no desaparecía.
-¡Por supuesto que no!- exclamó la (t/c).
-Te apuesto 1,000 berries a que te enamoras de él...- dijo con firmeza Nami.
-Perderás tú dinero...- aseguró la joven. –Ese empleado nunca estará a la altura de alguien como yo- sentenció.
-Si llega a pasar me pagarás ese dinero...- concluyó la pelinaranja.
-Lo que digas...- dijo con sarcasmo.
-Mejor olvidemos este tema, Nami, recuerda que venimos a distraer a (t/n), no a estresarla...- dijo con una sonrisa.
-Es verdad... lamentamos que te castigaran, sabía que debías salir con nosotras...- cambio su tono a preocupación.
-No es su culpa... es sólo que me deje llevar... no volverá a pasar... lo juro...- prometió la joven y sus amigas sonrieron.
-¿Qué te parece si le pides ahora comida?...- susurró. –Estoy segura que nunca le atinará al apetito de Luffy...- sonrió con malicia.
-Tienes razón...- sonrió de la misma manera. –¡Oye!... ¡Roronoa!- exclamó y después de unos minutos, el guardaespaldas llegó. –Tráenos comida...-
Zoro pensaba que sería fácil, pero tuvo que dar como 5 vueltas a la cocina para saciar el apetito del joven pelinegro, el guardaespaldas no creía que alguien tan pequeño tuviera un gran e inmenso apetito, mientras daba esas vueltas, Nami y (t/n), principalmente se burlaban de él.
"Arrodíllate y lame mis uñas color carmesí... y con tu retorcida lengua llámame tu 'reina'..."
Al final del día Zoro se cansó, había dado muchas vueltas para llevar comida para la joven y sus amigos. Mientras Nami observaba todo, se le ocurrió una buena idea para que (t/n) fuera a Dressrosa sin guardaespaldas.
-¿Crees que funcione?- preguntó sorprendida la pelinegra.
-Por supuesto que sí...- le guiñó el ojo. –Tú confía y nos vemos el viernes en la noche...-
Mientras tanto, Kid paseaba por los barrios bajos de la ciudad, entrando a una casa pequeña, dónde estaba un hombre de traje y estilo italiano.
-¿Tienes lo que te pedí?- preguntó ansioso el pelirrojo.
-Si... ya sabes cuanto cuesta...- Kid dejo caer un gran fajo de billetes y el hombre le entregó una bolsa con un polvo blanco.
-Muchas gracias... estoy seguro que con esto cumpliré mi venganza...- dijo con malicia.
-Escucha mocoso...- el hombre llamó su atención. –Si Doflamingo se entera, tú y yo nunca nos conocimos... ¿entiendes?- amenazó, sin embargo se podía sentir el nerviosismo que tenía.
-No te preocupes, dudo bastante que se entere...- carcajeo saliendo del lugar, debía preparar algunas cosas para el viernes en la noche en Dressrosa.
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Arrodíllate y besa mis pies. (One Piece. Zoro y tú)
FanficUn suceso inesperado unirá la vida de dos personas. El orgullo puede ser el peor enemigo del amor.