A la mañana siguiente la joven desayunaba junto con Robin, quien tomaba un café y un sándwich sencillo, mientras la joven tenía un desayuno completo preparado para ella.
-Está muy buena... gracias Robin-san...- dijo la joven. –Baby 5 cocina bien, pero usted lo hace mejor...- sonreía con ilusión y la pelinegra regresó el gesto con la misma sonrisa.
-Me alegra que te gustará, tengo un amigo que me pasó esta receta...- comenzó a platicar con ella, al parecer la joven ya le tenía más confianza y en realidad no era el demonio que Zoro le había descrito, al parecer (t/n) sufría por dentro, pero no quería contárselo a nadie y por ello se escondía detrás de esa máscara de frialdad y prepotencia.
-Por cierto... ¿usted de qué trabaja?- preguntó curiosa, pues por toda la casa había muchos libros y en diferentes idiomas.
-Soy profesora de historia...- contestó. –Además me gusta mucho investigar la historia de otros países.
-¡Es genial!- la joven no lo podía explicar, pero con Robin era diferente a todas las personas que había conocido, le recordaba un poco a su mamá.
De repente tocaron a la puerta.
-Debe ser Zoro...- dijo la mayor, quien se levantó y fue a abrir la puerta, ahí estaba el mencionado, vestido ya para el trabajo, llevando consigo la bolsa que (t/n) había llevado a la casa de Nami. –Buenos días Zoro...- dijo con una sonrisa.
-Buenos días...- saludo a su amiga. –Buenos días señorita...- se dirigió a la joven.
-Buenos días... Roronoa...- dijo tímidamente, se negaba a verlo a los ojos.
-¿Ya te la quieres llevar?- hablo para romper el pequeño silencio incómodo que inundó la estancia. –¿No quieres desayunar?-
-Lo siento, pero Trafalgar quiere ver a la señorita lo antes posible...- dijo muy serio y la joven se sorprendió. –Traje sus cosas para que nadie sospeche así que puede cambiarse...- Robin tomó la bolsa y delicadamente empujó al peliverde afuera.
-¡Bien! Como (t/n)-san ya es una niña grande puede cambiarse sola, tú como su buen guardaespaldas debes esperarla abajo...- el peliverde frunció el ceño.
-¡Oye!- sin embargo la pelinegra cerró la puerta y carcajeo levemente, ante la sorpresa de la menor.
-Fufufu ahora puedes seguir comiendo en paz...- la joven se sonrojó y continuó comiendo.
-Gra... gracias...-
Mientras tanto Zoro estaba refunfuñando, sin embargo una llamada lo devolvió a la realidad.
-¿Diga?- contestó serio.
-"¡¿Dónde te has metido?!"- gritó una voz femenina, casi lo deja sordo.
-¡¿Qué te pasa?!- respondió.
-"¡Ya has tardado mucho! ¡¿Cuando piensas cumplir las órdenes?!"- se escuchaba irritada.
-¡Perona, deja de gritar! ¡¿No sabes por todo lo que he tenido que pasar?!- se escucho un resoplido de fastidio.
-"Pero no tienes avance alguno, ya casi cumples un mes en esa casa, ¡¿acaso no lo conseguirías lo más pronto posible?!"-
-¡Silencio! ¡En cuanto tenga algo te llamaré!- colgó fastidiado, sin duda su misión se complicaba.
"¿Cuánto más van a seguir siendo las mujeres estupidos seres vivos?"
Después de un par de horas (t/n) llegaba a la residencia, usualmente a esas horas de la mañana no había muchos en casa, por lo tanto fue a su habitación, como lo sospechaba, Law estaba ahí.
-¡Ho... hola!- saludo tímidamente, mientras el mayor estaba sentado en su cama de brazos cruzados.
-¿Por qué engañaste a Cora-san?- preguntó con una mirada fría, la joven avergonzada evitaba mirarlo. –¡Contesta!-
-Yo... yo sólo quería pasarla bien...- estaba molesta. –Te lo dijo Roronoa, ¿verdad?-
-No...- la joven se sorprendió. –Boney-ya te vio, me llamó avisándome que estabas ahí con tus amigos... y también que tu guardaespaldas te sacaba en brazos... ¿qué pasó?-
La joven bajo la mirada, Law vio como ella temblaba lentamente, veía como luchaba por no llorar, él se acercó y la abrazó, eso hizo que comenzará a llorar.
-¡Perdóname! Yo... yo no quería que esto pasara...- sollozaba. –Kid... él estuvo a punto de violarme...- el ojigris se tensó. –Tenía miedo...-
-¿Ahora entiendes por qué no quería que salieras sola a esos lugares?- acaricio suavemente sus cabellos. –Temía que algo así pasara... recuerda que eres hija de Doflamingo... él tiene enemigos, te advertí también que Eustass-ya no era bueno...-
-Lo sé... pero yo pensé... pensé que en verdad Kid me amaba...- se aferraba a la camisa del ojigris. –¿Es mucho pedir que alguien me ame de verdad?-
-Eres muy joven para pensar en eso...- se separaron. –Debes decirle a Doflamingo...- eso sorprendió a la chica.
-¡No!- Law se sorprendió. –No quiero que se entere... no creo que le interese...-
-¡No pienses así, lógicamente te escuchará, él es tu padre!- le dijo tratando de convecerla.
-¡No!- reafirmó. –Y te pido por favor que no le digas nada...- Law estaba a punto de reclamar. –¡Prométemelo Law-niisan! ¡No le dirás nada a nadie!- le suplico mientras unas lágrimas caían por sus mejillas, el mayor suspiro con fastidio.
-De acuerdo... pero si la ocasión lo amerita se lo tendrías que decir tu...- la miró seriamente y ella asintió.
-Gracias Law-niisan...- él acaricio los cabellos de la menor.
-Descansa... le diré a Baby 5 que te suba la comida...- sonrió levemente, la chica comenzó a calmarse mientras limpiaba sus lágrimas.
-¿Podrías... decirle a Roronoa que suba?- dijo tímidamente.
-Si...- salió de la habitación.
Unos minutos después tocaron a la puerta, Zoro estaba sorprendido, se supone que una de las reglas que le impuso la chica fue precisamente "no entrar en su habitación".
-Adelante...- el peliverde suspiró antes de entrar.
-¿Me mandó a llamar señorita?- cuestionó, esperando que la chica le reclamara por haberle contado a Law.
-Sólo... quería darte las gracias...- se sentó en su cama. –De no sé por ti... no sé qué hubiera pasado...- Zoro se sorprendió, e inclusive se sonrojó levemente, la menor se veía tan vulnerable con unas leves lágrimas en los ojos, ocultando su mirada.
Él sin permiso alguno se acercó a ella, tomando con delicadeza la mano de la (t/c), quien se sorprendió levemente, pero no lo apartó.
-Se lo dije... la protegería... nadie deberá dañarla mientras yo la cuide...- sonrió levemente, ella se abrazó al mayor, quien se sorprendió.
-Gracias... muchas gracias Zoro...- el peliverde quedó atónito, la joven lo había llamado por su nombre, en un principio pensaba que si se ganaba la confianza de la menor podría convencerla de entregarle las pruebas contra Doflamingo.
Pero ahora, no estaba tan convencido por ello, en verdad deseaba que la joven estuviera bien y feliz, ella era igual que él en el pasado, una pobre niña perdida que necesitaba de alguien que confiara en ella y la llevara por el camino correcto.
Correspondió al abrazo, sin dudas estaba entre la espada y la pared.
"¿Cuánto más van a seguir siendo los hombres niños irreflexivos?"
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Capítulo dedicado a Oeders quien me había pedido capítulo doble, pero por algunas causas de salud ya no pude :P
Espero publicar el capítulo 13 en la noche!
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Arrodíllate y besa mis pies. (One Piece. Zoro y tú)
Fiksi PenggemarUn suceso inesperado unirá la vida de dos personas. El orgullo puede ser el peor enemigo del amor.