3. INTERROGATORIO

5K 619 36
                                    

Las horas se arrastraban de forma desesperadamente lenta para el Stark, sin poder dormir, habiendo pasado la noche en vela.

Se encontraba sentado en uno de los bancos dispuestos en el interior de la prisión, recargado sobre una pared, sin tomarle importancia a sus ropas llenas de polvo y las miradas de los presos.

Notó que uno de ellos lo miraba con mayor intencidad que los demás.

Su cara se veia algo negra, con un gorro que le impedia ver su cabello y un pedazo de tela atorado en su cuello. Sus manos estaban ocultas en los bolsillos de sus pantalones, con una simple camisa blanca y pantalones marrones.

Observó con atención al hombre, quién parecia sonreir complacido al ver que había captado su atención, sacando lentamente algo de su bolsillo.

Tan atento estaba que no noto la entrada a la prisión de un nuevo recluso, quien no tardo en ver al genio.

-miren a quien tenemos aquí-le dijo parandose enfrente suyo, haciendo que el hombre de hierro dejara de prestar atención a lo que observaba, mirando a su interlocutor, robusto y varios centímetros más alto que él-el mayor detective de la época... Sherlock Holmes- Tony miro como pronto los rodeaban los demás presos, tal cuál como si esperaran una pelea.

-no soy él- fue lo único que pudo contestar antes de que el hombre lo tomará del cuello y lo estampara contra la pared.

-¿no me recuerdas? Tan poca cosa significo mi caso cuando fui por su consejo, le complacera saber que tuvo razón, si era mi hermano-

-¿algo de lo qué dices tiene sentido? Yo soy Tony Stark, no Sherlock Holmes-el hombre por fin lo soltó, solo para darle un puñetazo que termino por derribar al millonario, quien paso su mano por su boca al notar la sangre que salía por ella.

-¡levantate!-gritó su agresor, con todos a su alrededor exigiendole hacer lo mismo, el sujeto que antes observaba se había acercado también, llamando al hombre robusto, entregandole un objeto.

Se levanto con trabajo, notando un objeto de metal en una de las manos del hombre con quien peleaba: un cuchillo.

-tiene que ser una broma-murmuro el Stark, sabía defenderse gracias al entrenamiento que llevaba con Happy, pero contra un cuchillo no veía muchas posibilidades de sobrevivir.

-¡ataca!-

-¡dale su merecido!-

-¡cobarde! ¡defiendete!-los gritos se confundian entre sí, haciendo dificil entender todo lo que decían.

El hombre embistio contra él, rasgando su camisa, fallando por muy poco. No supo como paso, pero tampoco se molesto en pensar en ello, lo que ahora más le preocupaba era detener el avance del cuchillo que su agresor empujaba con todas sus fuerzas contra su cara, ambos en el suelo, con Tony tratando de patearlo de alguna manera para que este se quitara de encima.

-¿Qué es esto? ¡Atrás! ¡Atrás!- se escucharon nuevos gritos, poco relevantes para Tony, que sentía como poco a poco, el cuchillo se acercaba a su piel, causandole una cortada en la mejilla izquierda.

Pronto se ve liberado de todo el peso que tenía sobre él, respirando aliviado. Lestrade lo jalo del brazo, obligandolo a levantarse, sacandolo de aquella prisión, bajo las quejas y gritos de los presos.

-por lo visto lo han confundido conmigo, señor Stark, pero debe admitir que el parecido es innegable-le dijo Holmes, notando una mueca de sorpresa en su doble al volverlo a ver, misma que desapareció después de algunos segundos.

-aja ¿Ya me explicara lo que pasa? ¿O debo averiguarlo por mi cuenta?-pregunto Tony, habiendo salido ya de su estado de adrenalina, efecto de la pelea, recibiendo un trozo de tela de parte de Lestrade para que limpiara la sangre en su mejilla.

-esperabamos que fuera usted quien nos explicara lo ocurrido...-

-¿Quién era ese sujeto y por que quiso matarme?- preguntó Tony, interrumpiendo al inspector.

-eso no tiene importancia, gracias Lestrade, yo me hare cargo desde ahora-dijo el detective, pronto quedando a solas con el Stark.

-seras mi doble perfecto, pero no te conosco y no confio en ti-

-¡pero que falta de modales!-exclamo Holmes ofendido-le voy a pedir que sea un poco más respetuoso en como se dirige a mi-poco falto para que Tony se empezara a reir a carcajadas, el tipo era más anticuado que él mismísimo Rogers.

-lo siento amigo, yo que tú no esperaría la gran cosa ¿ya me puedo ir? Quisiera volver a casa ya mismo-le dijo Tony apunto de irse-¿dónde tienen mi traje? Espero que no tenga que ir a una especie de corralon, no tuve tiempo de cambiar por billetes de la época-

-usted aún se encuentra bajo arrestro, la unica razón por la que esta fuera de la cárcel es por necesito informacion de lo ocurrido y su traje fue confiscado, el servicio secreto lo tiene-ante esas palabras poco falto para que Tony explotará.

Holmes lo miraba con atención, percibiendo el terror en sus ojos y la palidez de su rostro.

-acompañeme, lo mejor por ahora sera que un médico lo revisé-le dijo el detective, señalando el carruaje enfrente suyo, donde Tony subió siendo conducido por Holmes, sin decir nada, sintiendose un poco desesperado.

Apenas pudo recomponerse miro los lugares por donde pasaban, decidiendose a resolver su principal duda, la que esperaba, estuviera por completo equivocado.

-¿Qué año es este?-

-interesante-musito Holmes, jugando con la paciencia de Tony al tardar varios segundos en responder-1893 señor Stark ¿recuerda lo qué hizo ayer por la mañana? ¿y hace una semana?-

-no es posible, no es posible, no es posi... no es.. ¿¡cómo demonios es esto posible!?-gritó Tony.

-sería sensanto que se calmara, no luce bien-

-¿calmarme? ¡acabo de viajar en el tiempo! ¿¡Cómo fue que paso!?-

-mantenga la compostura- le dijo Holmes seriamente-cualquiera que lo escuchara pensara que habrá perdido la razón-Tony, medito las palabras de su doble, guardando silencio de inmediato, no queria quedar encerrado en un manicomio.

Algo vio en el rostro inexpresivo y serio del detective que lo hizo temer por su libertad.

-no me cree ¿cierto?-preguntó, hablando por primera vez como le había demandado Holmes, quien lo miro, meditando su respuesta.

-todo a su tiempo señor Stark-

-si claro-respondio Tony con sarcasmo, hundiendose en el asiento donde se encontraba-no quiero ver a un médico- sentenció antes de sumirse en un incómodo silencio, donde apesar de todo, ninguno de los dos tuvo deseo de romperlo.

1. DETECTIVES: Salto En El TiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora