Episodio 27. La cita

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Episodios 27. La cita

- Ya regrese!! – Anaís se acercaba entusiasmada...

- Gumball! Gumball! Gumball! ... -

- Sí sigues gritando me dejaras sordo... - Toma mi mano y la jala mientras señalaba la cocina.

- Papá dice que vayas con él –

- Esta bien, ¿Y dónde está? –

- En el patio trasero, en el cobertizo – le estire mi mano con mi mochila...

- ¿Podrías dejarla en mi cuarto? – La toma y sale corriendo hacia las escaleras, mientras yo me dirijo al cobertizo, parecía que mamá no estaba, tal vez aun no regresaba del trabajo.

Entro al cobertizo.

- ¿Me buscabas? – papá estaba recargado en la mesa, viéndome, se veía tan serio, tan no sé...

- Necesito hablar contigo y con Darwin –

- Ahh bueno Darwin tardara en regresar, o eso creo –

- Esta bien, quiero saber si han estado comiendo de esto... - Me enseño la caja del cereal...

- Eto... si, ¿Por qué? – Puso una mano sobre mi hombro

- Es porque lo compre para mí... -

- Bueno, no creo que no vendan más cereal en el centro comercial –

- ¿¡Como!? ¿Crees que es cereal? –

- Eh... ¿¡Qué no lo es!? –

- ¡No! Gumball esto es suplemento!! – Suspiro y me abrazo – Bueno, el suplemento es como vitamina muy fuerte, ¿Se han sentido bien? –

(Por eso Darwin a actuado tan extraño...?)

- Ehh... Si, bueno, así como lo dices, no es como si fuéramos niños, ya pasamos por esos cambios... solo me sentí con un poco más de energía... -

Nuevamente suspiro papá pero esta ocasión se sintió su alivio, le pregunte por mamá, dijo que había salido de compras, que tardaría una o quizás dos horas, entonces me fui a acostar

Entre al cuarto, la mochila en mi cama, la avente a la litera de arriba, apenas me acosté comencé a pensar el porqué Darwin a estado muy activo, porqué sentía tantas ganas de correr, aquellas noches con dolor de estómago, porqué el aroma de Penny me alteraba, porqué mi sudor lo sentía tan penetrante...

Escucho como llega Darwin, o mejor dicho escucho como Anaís le grita a Darwin que quiere verlo papá...

Supongo le estará diciendo lo mismo que a mí, bueno, eso es algo bueno, pues debe de pensar en que su gran instinto como el mío solo fue un error de hormonas....

Escucho a papá gritándole a Anaís, luego los escucho salir, a lo lejos suena el arranque del carro, Darwin entra al cuarto y avienta su mochila sobre la litera, cierra la puerta, y comienza a quitarse su playera, me pongo algo nervioso, ver solamente su piel, camina a la ventana y cierra las cortinas...

Voltea a verme, me levanto y voy hacia la puerta, pero me alcanza y jala de mi muñeca, con su otra mano enrolla mi cadera, pongo mi mano sobre su pecho y trato de alejarlo, solo fue un esfuerzo inútil...

- Aléjate – su sonrisa - ¡Vamos, ya suéltame! –

- Papá salió con Anais, parece que ella también tomo del cereal, y le dije que ella podría tener problemas con sus hormonas, fueron al médico, tardaran en llegar y mamá de compras... - paso saliva, su explicación es como un gran plan – Eres un tigre en cautiverio... - recargo su frente sobre mi hombro, comienzo a sentir sus labios, en mi cuello, luego su exhalación y al final cada palabra... - Las hormonas solo te hacen querer más lo que necesitas, yo te necesito y parece que tú... será la última vez que te sientas así por comer algo –

El increible mundo de Gumball (Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora